LIZ KISLIK

Todo líder ocasionalmente tiene expectativas exageradas, pero algunos jefes son poco realistas la mayor parte del tiempo. No toman los hechos en cuenta, o habitualmente se refieren a sus experiencias previas en otras compañías, en lugar de partir de las personas y eventos en la organización actual, o quizá le reportan a alguien que es incluso más agresivo o exageradamente optimista que ellos.

Cuando trabaja para uno de estos jefes, usted puede sentir que está posicionado para fracasar. Puede ser peligroso desafiar a un superior, e incluso plantear su argumento puede sentirse inseguro. Podría tener datos o experiencias relevantes que contradigan la validez de las indicaciones de su jefe, y sin embargo puede haber mucha presión para cumplir con todas las exigencias.

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En lugar de solo ceder o decidir que es momento de actualizar su currículum, pruebe estos enfoques para obtener un mejor equilibrio y fortalecer su relación con un jefe demandante.

-Controle su cuerpo para manejarse a sí mismo: Si la presión de las demandas de su jefe lo ha colocado en modo de pelear, huir o congelarse, primero cálmese, de forma que pueda organizar sus pensamientos y tomar la acción apropiada. Una de las mejores formas de calmar su agitación es a través de intervenciones de aterrizaje que traen de regreso al cuerpo a esa mente exageradamente reactiva. Usar una simple práctica de anclaje, como la de sentir sus pies en sus zapatos, tranquilizará su cuerpo y le señalará a su cerebro que en realidad no está frente a un peligro físico inmediato.

-Acuerde en principio, después comparta detalles realistas: Quizá no siempre se sienta así, pero usted y su jefe tienen una misión conjunta y algunas metas en común, y mostrar que están en la misma página podría darle el espacio para explicar algunas de las realidades prácticas. Describir los pasos prácticos que puede dar para obtener los resultados que él quiere y abrir la discusión con entradas como, “permítame compartirle una forma en la que creo que podríamos lograr esto con la menor disrupción”, puede facilitar el intercambio.

-Lance unos globos de prueba para obtener retroalimentación rápida y utilizable: Es improbable que su jefe planee ser poco realista o injusto. En lugar de solo pensar “¡Esto es ridículo!”, siga verificando para estar seguro de que entiende y está entregando lo que su jefe realmente quiere. Pruebe algo como: “Se que está preocupado acerca del riesgo de invertir demasiado muy rápidamente. ¿Capturé los escenarios y factores que usted busca?”.

-Evalúe si es que está obteniendo tracción: Evalúe el estilo y enfoque de su jefe para determinar si obtendría una mejor respuesta comportándose proactiva o reactivamente. A un dueño de agencia con el que trabajé le gustaba fantasear y transformar esas fantasías en expectativas poco realistas. Cuando su equipo aprendió a compartir información relevante de manera frecuente y consistente, los pensamientos del dueño se volvieron más aterrizados. Por otra parte, un cliente que era CEO editorial aprendió a detectar que tenía divagaciones visionarias cuando su equipo le preguntaba directamente si es que estaba teniendo un “momento de cielo azul” o enfocándose en planes actuales.

Mientras se mantenga en el trabajo, es responsable de ayudar a su equipo y a su jefe a ser y verse exitosos. Por más frustrante que sea trabajar para un líder poco realista, su meta debería satisfacer tanto de la misión organizacional como sea posible, mientras mantiene su cordura y autorrespeto.

(Liz Kislik ayuda a organizaciones, desde aquellas en la lista de Fortune 500 hasta organizaciones nacionales sin fines de lucro y negocios familiares, a resolver sus problemas).

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