MATT BRUBAKER Y FOSTER MOBLEY

El miedo es un fenómeno natural y universal, que afecta a los altos ejecutivos igual que a cualquier persona. A través del trabajo de nuestra firma, hemos llegado a la conclusión de que los miedos no reconocidos entre los líderes suelen ser una causa de sufrimiento profesional y potencial desaprovechado. Sin embargo, esos miedos no son necesariamente malos. Si los directivos entienden y aprenden de sus miedos, pueden convertirlos en combustible para el desempeño.

La experiencia de Suzanne, una consultora estratégica, ilustra esto. Ella tenía uno de los mejores desempeños de su firma y creía que su carrera se había atorado. Entonces, una revisión de 350 grados pudo revelar que su equipo no confiaba en ella. Fue un duro golpe para Suzanne, porque ella se consideraba una buena jefa. Ansiosa de siempre dar una buena impresión, se había vuelto experta en darle un giro positivo a los eventos claramente cuestionables. No era sorpresivo que su equipo estuviera receloso. Lo que otros no veían es que ella sufría por el miedo a no ser lo suficientemente buena.

Sin embargo, con nuestro proceso de cuatro pasos para los ejecutivos, ella pudo entender sus miedos y convertirse en una mejor líder:

1. Reconozca el miedo: el primer paso de Suzanne fue admitir su miedo, lo que no es nada fácil. Observó de cerca su historia y examinó las decisiones que había tomado a lo largo de los años. Se dio cuenta de que puso su mayor esfuerzo en actividades en las que tenía certeza de destacar, en lugar de las que realmente le interesaban.

2. Interrogue al miedo para entenderlo mejor: Suzanne tuvo que evaluar críticamente su realidad actual y observar analizar todo lo que su miedo podría costar. Después de enterarse de que su equipo no confiaba en ella, tuvo que enfrentar el hecho de que al compararse constantemente con otros y tratar de verse bien por encima de todos, había perdido contacto con lo que realmente le importaba y con el cómo su comportamiento afectaba a los demás.

3. Elija un curso de acción diferente: Suzanne consideraba la honestidad como a uno de sus valores principales. Sin embargo, conforme se interrogó a sí misma sobre cómo es comportamiento actual, se dio cuenta de que no necesariamente lo estaba cumpliendo. Similarmente, le importaban las relaciones con sus colegas, pero en un deseo de impresionar se había vuelto menos digna de confianza de ellos. Hizo una elección consciente de trabajar duro en alinear de mejor forma sus valores y comportamientos.

4. Actúe sobre esa elección, de una forma que se alinee con sus valores: la última fase del viaje de Suzanne se dedicó a cumplir sus compromisos. Parte de esto fue asumir proyectos que no eran un éxito asegurado, desafiándose a aprender en un espacio de incertidumbre. También se esforzó en entrar en contacto con lo que le gustaba, en lugar de elegir cosas que otras personas admiraran.

Una ardua autoexaminación de sus miedos puede verdaderamente darle la vuelta a su vida. Cuando los líderes están controlados por sus miedos, pueden quedar incapacitados por ellos y volverse impotentes. Nuestro proceso de cuatro pasos puede ayudar a convertir los miedos en una fuerza productiva: Sígalos, y la empresa que dirige se volverá más exitosa.

(Matt Brubaker es CEO en FMG Leading. Foster Mobley es fundador y presidente de FMG Leading).

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