RANA L.A. AWDISH Y LEONARD L. BERRY

El potencial curativo de la medicina moderna depende de un recurso que está siendo sistemáticamente agotado: el tiempo y la capacidad para verdaderamente escuchar a los pacientes. Algunos profesionales de la salud señalan que la carga de trabajo y otros factores han reducido los encuentros médicos hasta el punto de que una conversación genuina con los pacientes ya no es posible o práctica. Nosotros no estamos de acuerdo.

El escuchar activamente a los pacientes transmite respeto por sus conocimientos y construye confianza. Les permite a los médicos asumir el rol de un intermediario confiable. Es solo a través del conocimiento compartido que los médicos y pacientes pueden crear en conjunto un plan de cuidado auténtico y viable.

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La medicina que no deja tiempo para la escucha activa tiene riesgos reales. Los profesionales de servicios médicos podrían de forma incorrecta brindar tratamientos inefectivos o no deseados, u omitir información pertinente. Todo esto lleva a una disminución en la alegría de atender a los pacientes, lo que a su vez contribuye a las elevadas tasas de agotamiento médico. Estas consecuencias tienen claros costos humanos y financieros.

En su entrenamiento médico, a los doctores suele enseñárseles a mantener una distancia clínica y un temperamento tranquilo. Se les advierte no volverse demasiado cercanos a los pacientes, para evitar que internalicen su sufrimiento y este se convierta en una carga para ellos.

Los pacientes también aprenden roles: adherirse al plan del doctor, reprimir comentarios erráticos que pudieran sonar tontos, no hacer demasiadas preguntas, confiar en el experto, ser "buen paciente".

En una situación compleja y tensa como una enfermedad seria, las personas necesitan un guía compasivo, un sherpa sabio y reconfortante que conozca la montaña, los riesgos de las diversas rutas, los planes de contingencia viables. Este médico-sherpa debería ser un compañero en el viaje, no solamente un operativo médico.

Cuando doctor y paciente unen fuerzas pueden desmantelar jerarquías dañinas. Ambos se obligan a depender de su socio, porque ninguno tiene acceso a toda la información relevante.

Los sistemas de salud deben invertir en culturas organizacionales que valoren la voz del paciente. Las organizaciones pueden hacer esto invitando a los médicos a compartir historias de pacientes durante las reuniones o al organizar juntas del Consejo Asesor de Pacientes con líderes de la práctica médica, para explorar formas de mejorar la experiencia de los pacientes.

La medicina está evolucionando constantemente, conforme emergen nuevas formas para tratar, sanar y curar. Debemos reflexionar continuamente sobre los cambios, y corregir el curso conforme sea necesario. Este trabajo no puede hacerse en un vacío de eficiencia forzada. Los médicos, pacientes y administradores deben mantener y desarrollar lo que es sagrado y lo que tiene alma dentro de la práctica clínica.

(Rana L.A. Awdish es la directora del programa de hipertensión pulmonar en el Henry Ford Hospital y la directora médica de experiencia de atención para el Henry Ford Health System. Leonard L. Berry ocupa la cátedra M.B. Zale de ventas al menudeo y liderazgo de marketing en la Mays Business School de la Texas A&M University).

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