ANNE GRADY

No importa dedicado, trabajador e inteligente que usted pueda ser, llega un momento en que el estrés se vuelve abrumador y lo envuelve. Los desencadenantes son aquellos estímulos (situaciones, imprevistos, etcétera) que lo hace ponerse de pie de un salto y eso puede o no ser la mejor respuesta a una situación dada.

Cuando se dispara el estrés, la parte emocional de su cerebro se hace cargo del timón. Usted es literalmente inundado con su propia adrenalina y cortisol, los mismos neurotransmisores y hormonas que evolucionaron para protegernos de amenazas como ataques de osos (quedarse inmóviles, luchar o huir).

La capacidad lógica de su cerebro se "desconecta" momentáneamente y pierde la capacidad de pensar de manera racional. Con el tiempo, estas reacciones pueden conducir a ansiedad aguda, depresión, irritabilidad, fatiga y otros problemas de salud.

Cómo manejamos las situaciones de estrés juega un papel importante en la determinación de nuestra resiliencia (capacidad de adaptarse adecuadamente a situaciones adversas). Para manejar mejor el estrés, es una buena idea comenzar observando cómo uno mismo responde cuando se encuentra bajo presión:

-¿Cómo le afecta físicamente el estrés? ¿Opresión en el pecho, sudoración, nudos en el estómago, dolores de cabeza, etcétera?

– Cómo le afecta psicológica o emocionalmente el estrés? ¿Se siente fuera de control?

-¿Cómo reduce su estrés? ¿Riendo, meditando, practicando yoga, leyendo?

Si presta atención a los momentos en que experimenta estrés, emociones abrumadoras y frustración, empezará a notar un patrón, una respuesta casi esquemática y repetitiva. Por lo general hay alguien o algo que desencadena una respuesta al estrés. Algunas fuentes comunes de estrés que todos conocemos incluyen el trabajo, los niños, las finanzas personales, las relaciones, las enfermedades y la falta de equilibrio entre el trabajo y la vida.

La buena noticia es que, una vez que se es consciente de los disparadores del estrés, se puede administrar cómo reaccionar a ellos. Las siguientes preguntas son útiles para identificar sus desencadenantes:

-Me enoja cuando_____.

-Me siento abrumado cuando ___.

-Me siento ofendido cuando ___.

-Me gustaría que la gente ____.

La próxima vez que alguien diga o haga algo que activa sus desencadenantes de estrés, aproveche y practique el acto de reconocer y comprender sus emociones. Asuma la intención positiva y busque la interpretación más esperanzadora de su comportamiento.

Cuando enfoca sus intenciones en la interpretación más positiva de una persona o situación, comenzará a ver las cosas de manera diferente. Usted reducirá sus niveles de estrés y se sorprenderá de lo mucho más optimista que se sentirá.

Para llevar esta práctica a la acción, comience identificando una situación que está desafiando su inteligencia emocional, después pregúntese:

-¿Cómo me está afectando física, emocional y psicológicamente?

-¿Qué desencadena estos sentimientos y emociones?

-¿Qué acción puedo tomar para manejar más efectivamente la situación y mi respuesta emocional?

Resiliencia es un conjunto de habilidades que se pueden practicar y perfeccionar. Si bien no hay escasez de estrés en nuestras vidas, la gestión proactiva de los disparadores del estrés le pondrá de nuevo en control de usted mismo. Mediante la práctica de estas habilidades, usted no solo reducirá sus niveles de estrés, sino también enriquecerá su inteligencia emocional, su determinación y su resiliencia.

(Anne Grady es la autora de "Strong enough: Choosing courage, resilience and triumph").

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