Dick Grote
Todavía recuerdo mi primera revisión de desempeño, a pesar de que han pasado casi 50 años desde que Ray Moeller, mi primer jefe en GE, me llamó a su oficina y me entregó un documento que él llamó "evaluación de desempeño".
Lo leí. Y me dolió.
La evaluación de Ray sobre mi desempeño laboral fue dura, pero también acertada: yo no estaba haciendo un buen trabajo. Ray lo remarcó. Mi respuesta fue revertir esa situación inmediatamente y comenzar a merecer el sueldo que me pagaban.
Yo podría haber reaccionado de manera diferente si hubiese sentido que la evaluación fue inexacta o injusta. ¿Cómo debería reaccionar usted si su jefe le hace llegar una evaluación de desempeño que le parezca injusta o incorrecta?
Comience por reconocer que una evaluación de desempeño es un registro formal de la opinión de un supervisor sobre la calidad del trabajo de un empleado.
Siempre y cuando esa opinión se base en la evaluación honesta de su superior y que no esté afectada por prejuicios personales, el asunto se puede resolver.
Todos pensamos que somos mejores de lo que realmente somos. Así que el primer paso es aceptar que el jefe puede, de hecho, tener la razón.
Con esto en mente, generalmente tendría tres opciones:
– "Mi jefe puede tener razón. Estoy decepcionado, pero voy a aceptar esto y hacer los cambios necesarios para obtener una calificación más alta el próximo año".
– "¡Esta evaluación es incorrecta y estoy listo para hacer lo que sea necesario para que cambie!".
– "Me voy de aquí".
Decida con claridad y luego proceda.
Los problemas de evaluación de desempeño más fáciles de resolver son aquellos en los que la opinión del gerente se basa en información incorrecta. A veces los malos datos son suficientes para que se justifique el cuestionamiento del resultado final que se asignó a su desempeño. Pero desafiar la valoración de un jefe, incluso en un claro caso de malos datos, es siempre una cuestión delicada. Asegúrese de que vale la pena.
Haga lo que haga, no intente una resolución inmediata. Diga algo como: "Me gustaría pensar en lo que ha dicho y escrito y tal vez tener otra conversación antes de que esto se convierta en algo oficial. ¿Puedo volver a conversar con usted en un día o dos?".
Luego, consúltelo con la almohada. Considere si la evaluación de su jefe pudo haber dado en el blanco o, al menos, no haya sido tan equivocada como para ameritar un gran alboroto.
Cuando regrese a ver a su jefe, haga una de dos cosas. Reconozca el hecho de que la evaluación sirvió como una experiencia significativa de aprendizaje y pregunte cómo puede hacer una contribución más valiosa en los próximos 12 meses. O dígale a su jefe que, después de pensarlo seriamente, usted cree que se justifica una reconsideración de la calificación.
Es comprensible sentirse incómodo en estas circunstancias, incluso trastornado, cuando usted no está de acuerdo con la revisión que hicieron de su desempeño, pero el proceder cuidadosamente en vez de actuar precipitadamente es el mejor abordaje de la cuestión y el que más probablemente le permita obtener una mejor valoración en el futuro.
(Dick Grote es consultor de administración en Dallas y autor de "Cómo ser bueno en las evaluaciones de desempeño").