Los problemas ciudadanos de un siglo atrás (febrero 1924), publicados en los rotativos impresos Patria (colorado) y El Diario (liberal), no eran muy diferentes a los que cotidianamente sufrimos en la actualidad.

  • Por Juan Carlos dos Santos
  • X: @juancads

Un recorte perio­dístico recoge las críticas por el mal estado de la ave­nida Venezuela (actual Artigas), reclamando además por el mal ser­vicio ferroviario, mien­tras en otra, publicada en el diario Patria, tam­bién en febrero de 1924, un ciudadano celebra el retorno del servicio del tranvía eléctrico luego de una prolongada huelga de sus funcionarios.

Estas noticias que fueron novedad en su tiempo des­cansan en los diferentes periódicos de la Heme­roteca de la Biblioteca Nacional del Paraguay y están disponibles en su formato original para el uso, consulta y deleite de toda la ciudadanía, de manera gratuita.

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La avenida Venezuela es la de más tránsito y la menos transitable

Al reclamo por el estado de la avenida que llevaba al Jardín Botánico se sumaba el mal servicio del tren de pasajeros.

Aquí, en nuestro país, persiste la creencia de que basta crear algo para que se conserve a perpetuidad, sin preocupaciones ni esfuer­zos ulteriores. Y esta ofuscación existe tanto en el mundo moral como en el físico.

Pero descendamos a este último y veamos el estado de las obras públi­cas en general y dediquemos nuestra atención de hoy en particular a la avenida Venezuela por ejemplo, la arteria que une la capital con el Jardín Botánico y con otros pueblos próximos.

El Jardín Botánico es lo mejorcito que tiene la capital y aún el Para­guay, y si nos apuran mucho, diremos que es lo único digno de mos­trarse a los extraños.

Y al Jardín Botánico se va más en automóviles que en tren, pues el servicio de los primeros, sobre todo ahora que hay autocamiones, es casi permanente y mucho más cómodo que el ferroviario.

Pues la avenida Venezuela que conduce directamente al paseo predilecto de la población asuncena se va volviendo intransitable a causa del excesivo tráfico, de las fuertes lluvias y de la asocia­ción natural del tiempo, pero más que nada a causa de la desidia general privada y edilicia que, por lo general, corren parejas.

No sabemos si subsiste aún la obligación de los contratistas de correr con el arreglo y conservación de la avenida Venezuela o si ha caducado ya ese compromiso de cajón que, desde luego, no suele servir para gran cosa. Pero lo cierto es que las cosas no pueden continuar así.

La municipalidad ahora que tiene la obligación de destinar el 20 % de sus rentas a obras públicas y puede dedicar mayor aten­ción a la avenida Venezuela, cuya conservación es una obra eminentemente pública y de utilidad general, a fin de que ese paseo lo sea y deje de ser un verdadero martirio.

VAGANCIA INFANTIL

Debe ser reprimida o mejor todavía, evitada

Las deficiencias de la educación doméstica son, en gran parte, causantes de las desproporciones que va adquiriendo la vagancia, peligrosa escuela que prepara jóvenes perniciosos y hombres inúti­les o funestos.

Pero ya que las causas son profundas e íntimas, su extirpación sería obra de una larga evolución, pues las raíces del mal están en todos los hogares, sobre todo en los hogares pobres y es indispen­sable que las autoridades policiales jueguen en la campaña el principal papel.

La conducción a las comisarías de los menores de edad malcriados y callejeros, para allí entregárselo a los padres con reprensiones y advertencias para ambos, sería una eficaz medida que indicamos. Se acicatearía así la dignidad de los padres y se daría una lección a los menores.

Por el momento como decimos, solo la policía puede hacer algo para reprimir la vagancia infantil, verdadero peligro social para el futuro que debe preocupar a todos.

Los restos de Alón

Su reimpatriación es un deber del liberalismo

Con el doble propósito de reimpatriar los restos de José de la Cruz Ayala, el paladín liberal, se constituyó hace años la sociedad 18 de Octubre. Dicha sociedad presidida actualmente por el señor Victoriano Escobar ha vuelto a tomar aliento, cuenta con algunos fondos y posee un solar en el cementerio de la Recoleta, para la edificación de un panteón donde deben reposar los res­tos del inmaculado luchador que murió en el exilio por amor a sus ideales, en aras del partido al cual consagró los prestigios de su talento, su incólume carácter y su juventud.

CARTAS DEL LECTOR

El primer tranvía

A pesar de ser un servicio más costoso, el tranvía eléctrico era el preferido de los asuncenos hace un siglo.

IMPRESIÓN DE UN HOMBRE QUE VIVE A 20 CUADRAS DEL CENTRO

Por fin, tras unas forzadas y duras vacaciones, volvemos a tener tran­vía y a gozar de la dicha de un viaje agradable, un poco caro pero bas­tante cómodo.

Esta mañana sentimos el ruido carac­terístico que produce el tranvía al des­lizarse sobre los rieles encaramados en el alto cable con sus flacos brazos que son los troleys.

¿SUEÑO O REALIDAD?

Abrimos el balcón, nos restregamos por cuarta vez los somnolientos párpa­dos y solo llegamos al convencimiento, al contemplar en el coche delantero, un fusil feroz en manos de un adolescente conscripto, luego otro más en el acoplado, listos para mostrar que la autoridad ha intervenido.

¡POR FIN SE NOS TIENE EN CUENTA!

Pobre público, al fin somos oídos. En el Paraguay los conflictos no tienen sino dos partes y el público no tiene ni representante ni tutor. Perdonamos todo con tal de volver a gozar de la dicha de un viaje un poco caro pero bas­tante cómodo.

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