Jimmy Peralta - Fotos: gentileza

En esta entrevista con La Nación/Nación Media, Gustavo Gauto, creador de Casa Popore, habla respecto a cómo trabajan dando valor al arte popular e indígena del país en un espacio desarrollado para la valorización y comercialización de las creaciones locales. La iniciativa plantea un objetivo y una hoja de ruta en su transitar al ofrecer al espectador una mirada del arte distinta de la cultura galerística de manera que el público pueda tener una visión de cómo encajarían las piezas en el contexto de su hogar.

La creación artística al superar el territorio de lo inconcluso se hace presente de inmediato ante un dilema que la indaga sobre su propia naturaleza. En los cánones del mercado, el cuestionamiento sobre la propiedad futura de la obra la ponen en relación íntima o comercial con su creador o creadora.

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¿Cuánto cuesta una obra? ¿Por qué cuesta lo que cuesta? ¿Están cobrando lo justo los artistas nacionales por sus trabajos? ¿Se aprovecha el mercado de las condiciones materiales de los artistas que viven en condiciones precarias?

El trabajo artístico como medio de vida sigue rondando lo imposible para muchas disciplinas dentro de Paraguay y las comunidades precarizadas son más vulnerables a la hora de enfrentar a las fuerzas del mercado.

Gauto habló sobre el proyecto que creó en 2016, que mutó de una plataforma digital a un espacio físico que está asentado en San Antonio y que lleva adelante junto con su socio, César Centurión.

–¿Qué es un almacén de arte y cómo se diferencia de una galería tradicional?

–Llamamos almacén de arte a la Casa Popore porque la idea es acercar el arte indígena y popular del Paraguay de otra manera, no solo viéndolo expuesto encima de pedestales, exhibidos como en galerías, más bien exponerlos de una manera que las personas puedan visualizar cómo quedaría en sus hogares. Por tanto, la Casa Popore, como dice su nombre, es una casa que está vestida con arte indígena y popular del Paraguay, en la sala, cocina, comedor, en el descanso de la escalera, baño y lugares que también tengas en tu hogar a fin de poder recrear tus ambientes con las piezas que forman parte de la casa.

REVALORIZACIÓN

–¿A qué necesidades artísticas y de mercado responde este proyecto?

–El proyecto surge de la necesidad de revalorizar el arte indígena y popular del nuestro país. Realizar un trabajo directo con las familias que realizan estas obras, poder cooperar en la visibilidad y comercialización de sus creaciones. De esta manera nace Casa Popore, que busca crear un ambiente armonioso, de una vivienda integrada con el disfrute y goce de las creaciones que plasman en cada pieza de arte la cosmovisión y la cultura de cada uno de los pueblos con los que trabajamos. Además, el espacio conjuga esa rica diversidad teniendo en cuenta la sostenibilidad del medioambiente y reflejar la rica diversidad cultural con la que cohabitamos en nuestro país. También creemos en un comercio justo, que busca generar ese circuito económico para que los artistas puedan seguir realizando sus creaciones, sin la necesidad de buscar otra alternativa de sustento económico, ni migrar sin su consentimiento a otros espacios y que puedan seguir representado sus creaciones, su cultura.

–¿Cómo nace Popore y cómo se fue dando su desarrollo hasta ahora?

–Popore nace en 2016 de forma online de mano de la ceramista Julia Isídrez y con cesterías del pueblo Mbyá-Guaraní; con el paso del tiempo fuimos trabajando con otras comunidades indígenas. También fue creciendo la familia Popore con la ceramista Ediltrudis Noguera. Luego de seis años de trabajar de forma online, nace la Casa Popore en la ciudad de San Antonio, a orillas del río Paraguay, dando de esta manera un espacio físico donde las personas puedan venir y conocer más de cerca no solo las obras, sino un poco de la cultura de cada comunidad.

–¿Qué formas de arte y/o artesanía comercializan?

–Trabajamos con dos ceramistas, Julia Isídrez y Ediltrudis Noguera, ambas artistas referentes del arte popular del Paraguay. También con diferentes comunidades indígenas de nuestro país, como los mbyá-guaraní, manjui, nivaclé, aché, pãi tavyterã, ishir y avá-guaraní. Al hablar de cerámica, contamos con obras representativas de las artistas, piezas de gran tamaño, figuras decorativas, como también piezas utilitarias. Dentro del arte indígena, tenemos una diversidad de cada pueblo mencionado como cesterías, tallas en madera, arte plumario, telares en caraguatá, dibujos, etc.

–¿El proyecto tiene un énfasis o inclinación por tema, técnica u origen a la hora de buscar, comprar o exponer obras?

–En cerámica siempre buscamos tener obras representativas del artista, tanto de Julia Isídrez como de Ediltrudis Noguera. Aparte trabajamos conjuntamente con las artistas para crear piezas nuevas, respetando su propio estilo y toque personal. Con las comunidades indígenas no es diferente, trabajamos desde el punto cero, para poder tener piezas con un acabado prolijo y fino, teniendo piezas tradicionales, ancestrales como el cedazo, el ajaka, entre otras, y también creando nuevas formas siempre respetando la identidad y las simbologías ancestrales de cada una de ellas.

VÍNCULOS

–¿Qué tipo de vínculos comerciales tienen con los artistas?

–Cada mes tenemos nuestro recorrido por las distintas comunidades, desde el departamento de Caaguazú hasta el Chaco paraguayo, recorriendo diferentes localidades del Paraguay, retirando pedidos y dejando otros para nuestro regreso, que es de vuelta en un mes o inclusive a veces en 15 días. Las compras son directas con cada una de las y los artesanos, y a veces dando algunos adelantos para que puedan seguir creando de manera de generar una especie de entrada fija.

–¿Qué particularidades encuentran en los trabajos de y con las comunidades indígenas?

–Es un trabajo diferente que no se basa netamente en lo comercial, sino que va mucho más allá, como el reconocer sus tiempos, sus creencias. Al comienzo siempre es un poco más difícil poder acercarse, ganarse la confianza de la comunidad y crear un vínculo de trabajo constante. Una vez que van pasando los meses y saben que vas cumpliendo con ellos, que es cierto que vas a estar ahí cada mes, o cada fecha que les decís, creo que el trabajo empieza a tomar forma, confianza y se van creando cosas lindas, un vínculo que va más allá de lo comercial. Otro tema no menor es llegar a cada una de las comunidades. Lastimosamente hoy en día muchas de ellas no cuentan con caminos dignos y un día de lluvia se hace imposible acceder. Son también cosas que fuimos aprendiendo y experimentando a lo largo de estos casi siete años trabajando con las comunidades.

–¿El lugar o la forma de comercialización del arte lo valorizan como bien de consumo o eso es solo un detalle menor?

–Uno de los motivos que nos impulsó a crear Popore es justamente revalorizar el arte indígena y popular, entendiendo este como una expresión de la colectividad a la que representan, poder trasmitir la importancia de la conservación del medioambiente, el respeto a sus tierras y comprender que cada pieza es realizada por personas que son parte de un pueblo, con la carga de su historia que configura gestos de identidad. También es transcendental señalar la importancia que requiere el respeto a sus territorios, sus costumbres. Por dar un ejemplo, hoy en día en los dibujos nivaclé se puede observar la deforestación del Chaco, la caza de animales por parte de los “otros”, refiriéndose a aquellos que no pertenecen a la comunidad. Muchas veces vemos en los semáforos de Asunción o alrededores artesanos indígenas intentando vender sus piezas. Estos migran de sus territorios por la necesidad que sufren y al llegar a las ciudades sin nada de capital, con sus artesanías en mano, se ponen en los semáforos a vender y con una necesidad extrema deben dar a precios ínfimos. Esto hace que el arte indígena no sea valorado y no se le dé el lugar que se merece, las horas de trabajo que lleva realizar una pieza, desde la cosecha de la fibra natural, el secado, el tramado, etc. Esta es una de las cosas que nos impulsó y creemos que hace la diferencia la exposición de cada una de estas obras, siempre mostrando el origen de cada una de ellas, contando el gran trabajo que lleva y dando visibilidad a los grandes artistas indígenas y populares que tenemos en el país.

MERCADO LOCAL

–¿Qué tan desarrollado está el mercado local de arte popular e indígena?

–Desde que comenzamos con Popore en 2016 creo que al arte indígena y popular fue creciendo bastante dentro del mercado local. Se ve un desarrollo en este tiempo. Si bien falta mucho más por hacer, crear, promocionar y valorizar se está dando un cambio positivo dentro del consumo y venta del arte paraguayo.

–¿Qué potencialidad hay de exportar arte o artesanía hecha acá de manera sostenida?

–Muchas personas de otros países nos escriben a diario para consultar si realizamos envíos a otros países, también galerías o empresas que quieren llevar de forma más masiva. Lastimosamente no existen suficientes políticas públicas que faciliten este trabajo, desde impuestos que no están contemplados dentro de la artesanía, hasta los envíos. Hoy en día existen empresas privadas que realizan, pero al tener un costo muy alto dificulta el proceso de venta.

–¿Qué proyectos a futuro se plantean desde Popore?

–Queremos seguir potencializando el espacio de la Casa Popore para que sea un punto de referencia cultural del arte indígena y popular de nuestro país. Para esto seguiremos trabajando e incorporando a más comunidades indígenas y artistas populares a la familia Popore para seguir mostrando la riqueza y la diversidad de nuestros pueblos indígenas. Este año tenemos una exposición con la ayuda de la Embajada de Paraguay en Portugal en una galería de Lisboa. La idea es ir recreando este tipo de actividades en otros países para que más personas de todo el mundo conozcan y valoren el gran trabajo de los artistas indígenas y populares de nuestro país.

MUESTRA DE JULIA ISÍDREZ

Actualmente se encuentra habilitada en Popore la muestra “La plasticidad de la memoria”, de Julia Isídrez. En el espacio se presentan vasijas, botijo, platos y formas sin nombres creadas por la artista; algunas se acercan a lo zoomorfo y otras giran en torno a lo antropomorfo.

Julia es una discípula de su madre, Juana Marta Rodas, quien le transfirió los secretos del trabajo con el barro. Sus obras, que presentan tradición y al mismo tiempo actualidad, conjugan la memoria y la versatilidad de su imaginación.

PERFIL

Nombre: Gustavo

Apellidos: Gauto García

Lugar de nacimiento: Caaguazú (1992)

Formación: Diseño de Indumentaria Escénica y Urbana. Instituto Superior de Arte, Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte (FADA)- Universidad Nacional de Asunción (UNA).

Trayectoria: En 2018 hizo un curso con el Colectivo de Mujeres Alfareras Nativas de Itá, Caaguazú, donde aprendió a modelar el barro con la técnica colombín. Participó en la muestra colectiva Improntas (FADA), resultado del taller de la reconocida ceramista argentina Silvia Jordán. En 2016 creó Popore, marca que promueve el arte indígena y popular del Paraguay, trabajando con diferentes comunidades indígenas y ceramistas reconocidas del país. En 2019 tuvo su primera exposición de forma individual en la muestra (IN) Orgánico, realizada en el Centro Cultural del Lago.


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