Ante la saturación del centro de referencia, se requiere avanzar en la idea de la construcción de un establecimiento nuevo que absorba la creciente demanda de los pacientes cardíacos. La necesidad de reforzar la prevención con educación y actividades viene reclamando una norma en la que trabajan especialistas, sobre todo para la detección temprana de la hipertensión y la diabetes. En Paraguay, las ECV están detrás del 35 % de todas las muertes en los últimos 5 años. Cómo hacer una vida sana en un mundo tóxico es la gran pregunta que entre todos estamos obligados a responder. El 29 de setiembre se recuerda el Día Mundial del Corazón.

Son un flagelo mun­dial, las enfermeda­des cardiovasculares (ECV) son responsables de más de un tercio del número de muertes que se dan en el planeta. Superan las 20,5 millones por año según la Federación Mundial del Corazón.

En Paraguay, el número es aun peor, las ECV están detrás del 35 % de todas las muertes en los últimos 5 años y esto se debe a una combina­ción fatal del estilo de vida, las presiones laborales y la falta de políticas de prevención que reduzcan estos doloro­sos guarismos.

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Marcos Melgarejo, director del Instituto Nacional de Car­diología (INC) Juan Adolfo Cattoni, propone: “Se hace imperioso hacer una pausa y hablar de un hospital nuevo que tenga estándares inter­nacionales de calidad en servicios e infraestructura, esperemos que esto se haga realidad para dar una res­puesta en mejores condicio­nes a los pacientes”, reclama.

Lo hace recordando que el INC, más conocido como Hospital San Jorge, “tiene recursos y equipamientos de primera, pero la infraestruc­tura no acompañó el creci­miento de la demanda debido a las limitaciones de un hospi­tal antiguo. Por eso es mucho más conveniente planificar la construcción de uno nuevo que seguir haciendo modifi­caciones”, consideró.

Explicó que se necesita ade­más “una inversión fuerte en Salud Pública para la prevención, para tratar a los hipertensos, diabéticos y los que sufren colesterol, y eso hará que en los años la incidencia disminuya y no recibamos pacientes tan gra­ves como es el día de hoy”, consideró.

La necesidad de dotar de más herramientas, recur­sos y mejor infraestructura al sistema público es fun­damentada por Melgarejo en “la larga lista de espera para cateterismo, consulto­rios y cirugías que tenemos en la actualidad. Todo esto a pesar del esfuerzo enorme que hace el personal de salud, la oferta de servicios no creció a la misma velocidad que la demanda de los pacientes”, admite. “Aquí se hacen todo tipo de intervenciones de alta complejidad, acuden de todo el país, y esto hace que este­mos saturados de pacientes y demos las repuestas en la medida de las posibilidades”, reconoce.

Para Javier Galeano, jefe de Cardiología Adultos del Hos­pital de Clínicas, trabajar la prevención es fundamental porque “en nuestro medio, la hipertensión arterial repre­senta uno de los principales factores de riesgo relaciona­dos al desarrollo de la enfer­medad y sus complicaciones, como ser el infarto y los acci­dentes cerebrovasculares”, insistió. “El gran desafío en salud pública es dotar a los hospitales con infraestruc­tura e insumos necesarios para que el paciente pueda recibir una atención opor­tuna, de calidad y de manera gratuita”, expuso.

Los cardiólogos Paola Del­fino y Diego Bedoya recuer­dan que son cuatro los grupos de enfermedades no trans­misibles o ENT (cardiovas­culares, cáncer, respiratorias y diabetes) responsables de más del 70 % de las muertes a nivel mundial, la mayoría de ellas a edad prematura; es decir, antes de los 70 años.

Los especialistas, titulares del Centro Médico de Pre­vención y Rehabilitación Cardiovascular y Respirato­ria (Ceprecardio), entienden que “debemos tomar concien­cia absoluta como individuos y como sociedad del pro­blema, analizarlo fríamente en profundidad y, a partir de allí, plantear estrategias de acciones en todos los ámbi­tos, regidos por una Ley de Prevención Cardiovascular que ampare las mejores deci­siones destinadas a una mejor salud integral”.

Para Delfino y Bedoya, que son también fundadores de la Sociedad Paraguaya de Medicina del Estilo de Vida, “la buena noticia es que hasta el 80 % de las enfermedades cardiovasculares podría pre­venirse”. Para ello proponen la sanción de la ley antes men­cionada con “participación de todos los sectores involucra­dos”, comentando que para ello “ya hemos iniciado las conversaciones con diferen­tes actores de nuestra socie­dad para poder tener lo antes posible un anteproyecto de ley”.

CADA VEZ MÁS JÓVENES

Delfino y Bedoya se mostraron preocupados especial­mente por la situación de los jóvenes con enfermedades cardiovasculares. “¡Nuestros jóvenes están enfermando y muriendo antes de tiempo! Muchos médicos estamos desesperados por el futuro a corto y mediano plazos que les deparan a nuestros niños, adolescentes, jóvenes y adul­tos jóvenes (quiénes se están desarrollando y viviendo en ambientes, familiar y/o social, obesogénicos) si no se toman medidas drásticas para com­batir estas enfermedades no transmisibles; especial­mente debemos enfocarnos en una lucha sin cuartel con­tra la peor pandemia que ha visto la humanidad la cual es el exceso de peso (sobrepeso y obesidad), que se triplicó en las últimas décadas.

Galeano apunta que “es una realizad preocupante, pues cada día vemos más perso­nas jóvenes con afecciones del corazón, muchas de ellas rela­cionadas al estrés, hiperten­sión, sedentarismo, diabetes, tabaquismo, que, de manera lenta pero progresiva, van dañando al sistema cardio­vascular”.

Para los especialistas, la clave está en los malos hábitos dia­rios, que podrían resumirse en el aumento de la ingesta calórica, debido a la inmensa sobreoferta de alimentos y bebidas procesadas y multi­procesadas. Esto no solo en las denominadas “chatarra”, sino que también en algunas catalogadas como “saluda­bles”.

Dr. Javier Galeano

IMPACTO SOCIAL

Melgarejo concuerda con que “el universo de pacientes se ha modificado, la típica imagen de un paciente de 65 años para arriba, obeso, sedentario, es la común, ahora se ven cada vez más pacientes jóvenes entre los 40 y 50 años con enfer­medades cardíacas graves que requieren algún tipo de intervención inclusive cate­terismo o algún tipo de ciru­gía cardiovascular para poder mejorar su sobrevida”.

Esta situación impacta en las vidas, tiene, al decir del espe­cialista, “problemas sociales, porque el paciente deja de tra­bajar, tiene menos ingresos y se resiente en el núcleo fami­liar porque consume los pocos ahorros que puede tener, por lo que representa un pro­blema no solo de salud”.

También existe, al decir de Delfino y Bedoya, una “tre­menda disminución del gasto calórico como conse­cuencia de las “comodidades del mundo moderno”, mejor transporte, automatización, teléfonos móviles, pantallas digitales, teletrabajo, clases y ocio virtuales, etc.”.

La vida en las “pantallas” es otro problema moderno que lleva al sedentarismo y quita tiempo al debido descanso, afectando también a su cali­dad, apuntan los especialis­tas.

“Otro punto negativo es pasar demasiado tiempo en ambien­tes artificiales como oficinas, instituciones de enseñanza, hogares, bares, restaurantes, discotecas y poco tiempo al aire libre en contacto con la naturaleza y expuestos a la luz natural del sol”, agregan.

Las adicciones juegan su rol en el origen de estas enferme­dades no transmisibles, pero no se limitan solamente a sus­tancias como el alcohol, dro­gas, tabaco, comidas y bebi­das, “sino también a muchas actividades adictivas como las pantallas en general, relaciones tóxicas o destructivas (de parejas, familias, laborales), pornografía, sexo, trabajo compulsivo, etc.”, aportan.

“Debemos también tener en cuenta que el estrés crónico, aquel que persiste por tiempo prolongado (semanas a meses o más), y habitualmente desencadenado por problemas económicos, relaciones conflictivas, dificultades laborales, es muy perjudicial para la salud. La contaminación, acompañada del poco cuidado del medioambiente, de las grandes urbes, indudablemente también nos afectan y predisponen a estas afecciones”, concluyeron señalando

Dr. Marcos Melgarejo

INSTAN A REALIZARSE ESTUDIOS GRATUITOS

Todos los especialistas consultados coinciden en la necesidad de una campaña de promoción que haga saber a la gente que los ser­vicios cardíacos son gratuitos en el sistema público de salud por lo que se recomienda hacerse un chequeo médico anual de rutina, desde los 30 años en varones y, en mujeres, desde su primer embarazo.

Marcos Melgarejo recuerda: “Podemos decir que hoy el Ministerio de Salud Pública (MSP) está ofreciendo todos los estudios, análi­sis, electrocardiogramas, gratuitos”. El 29 de setiembre es el día del corazón y “queremos instalar la idea de que la prevención es la base para disminuir la incidencia de la enfermedad cardiovascular”.

Por su parte, Delfino y Bedoya recordaron que, en los últimos años, el MSP ha puesto en marcha consultorios para Promoción de la Salud y Atención Integral de la Obesidad. “Debemos apoyar estas iniciativas incipientes, pero muy válidas, desde los ámbitos académicos y privados también, para darles sustentabilidad en el tiempo”, proponen.

Galeano aporta que “el primer paso es la evaluación en la consulta de los principales factores de riesgo. En este punto hay que recor­dar que la gran mayoría de los hipertensos ni siquiera saben que lo son, dado que generalmente no tienen síntomas, por lo cual se ganó el nombre de “enemigo o asesino silencioso”.

A partir de allí, “en la evaluación y, de acuerdo con los hallazgos, se pueden solicitar estudios adicionales, como ser el electrocardio­grama, ecocardiograma y prueba de esfuerzo que están disponi­bles en muchos hospitales”.

Entonces, recuerda que “los pacientes deben conocer los síntomas de alarma que pueden indicar un problema cardiaco; por ejem­plo, el dolor u opresión de pecho, la falta de aire al realizar alguna actividad física, las palpitaciones, el desmayo. En muchas ocasio­nes ya se presentan con las complicaciones relacionadas al órgano dañado o afectado, ya sea corazón (infarto-insuficiencia cardiaca), cerebro (derrame), riñón (insuficiencia renal), por citar las más importantes. En cualquiera de esos casos, es imprescindible acudir al hospital más cercano para que pueda ser evaluado y recibir el tratamiento correspondiente”.

INFARTO

Galeano recuerda que “el infarto ocurre cuando se tapa alguna arteria del corazón y se manifiesta por lo general como dolor de pecho. Ante esta situación, acudir inmediatamente a un hospi­tal para que le administren un medicamento que desobstruya la arteria tapada, lo cual puede salvar la vida y mejorar el pronós­tico del paciente. En hospitales más especializados, esto se realiza mediante la técnica de cateterismo cardiaco”.

CIFRAS PARA UNA AFECCIÓN

Dra. Paola Delfino y Dr. Diego Bedoya

El Instituto Nacional de Cardiología (INC), más conocido como Hospital San Jorge, cuenta con equipos de alta tecnología, como ecógrafos, ecocardiógrafos, monitores de presión arterial, moni­tores de electrocardiograma, electrocardiógrafos, ergómetros y otros elementos de laboratorio.

Marcos Melgarejo, su director, recordó que el centro cumplió 10 años en abril pasado, contó que “en este recorrido se han reali­zado más de 239 mil estudios de imágenes; más de 38.700 pacien­tes fueron internados, se realizaron 7.600 cirugías no cardíacas y casi 9.000 procedimientos de alta complejidad, como cirugías car­díacas o trasplantes de corazón”.

Alrededor de 2.500 personas se benefician con las consultas cada mes, el 90 % de ellas por causas relacionadas a la salud cardiovas­cular. “Se ha hecho todo el esfuerzo, con las limitaciones de siem­pre, para ofrecer una atención de vanguardia a la ciudadanía que lo necesita”, dijo Melgarejo.

QUÉ HACER

El 80 % de las enfermedades cardiovasculares es total­mente prevenible incorporando a nuestro estilo de vida medidas muy simples como realizar actividad física de manera regular, mejorar nuestra alimentación, con la ven­taja de que en nuestro país tenemos a lo largo del año varie­dad de verduras y frutas de estación a buen costo; además, debemos mantener un buen peso, controlar los niveles de colesterol y azúcar.

DE MANERA INDIVIDUAL

1. Cultivar el intelecto, una conciencia (atención) plena y la espiritualidad por medio de la meditación y la lectura cons­tantes.

2. Estimular una alimentación saludable basada en plantas, con proteínas, carbohidratos y grasas de alto valor bioló­gico.

3. Incentivar la práctica regular y efectiva de actividades físicas (de flexibilidad, aeróbicas, de musculación y de equi­librio), en forma integral, enfatizando la salud cardiovascu­lar, respiratoria y muscular.

4. Preconizar un descanso diario apropiado y un sueño repa­rador, para la mente y el cuerpo, en ambientes adecuados.

5. Impulsar actividades al aire libre, en profundo contacto con la naturaleza, valorándola, disfrutándola y cuidándola.

6. Actuar en la prevención y/o en el control de las adiccio­nes (a sustancias, actividades y/o relaciones).

7. Trabajar en el manejo del estrés, identificando los deto­nantes y evitándolos o atenuándolos.

8. Fomentar las buenas relaciones humanas (familiar, labo­ral y social), basadas en la empatía y en tiempo de calidad.

COMO POLÍTICAS PÚBLICAS

- Llevar adelante cursos, capacitaciones y talleres sobre estilo de vida saludable en los diferentes ámbitos con sesio­nes públicas en plazas y parques que involucren la medita­ción, yoga, etc.

- Fomentar las opciones de comidas saludables en institu­ciones de enseñanza, en los trabajos, clubes deportivos y sociales, bares y restaurantes, incluso los de comida rápida.

- Aumentar el número de horas dedicadas a la actividad física en las instituciones de enseñanza.

- Disminuir u optimizar las clases, charlas y conferencias vir­tuales en todos los niveles.

- Aumentar las horas de lectura (de libros impresos) y de meditación.

- Realizar pausas activas bien regladas en el trabajo (incluso obligatorias).

- Evaluaciones médicas (chequeos), integrales, preventivas y obligatorias a partir de los 20 años (sin pasar por alto los cuidados pertinentes en la infancia).

- Recreaciones al aire libre a nivel familiar, social y laboral.

- Plazas, parques, costaneras, playas, calles más limpios, ordenados y seguros de forma de incentivar actividades al aire libre.

- Instalación de más aparatos para ejercicios, resistentes a la intemperie, en espacios públicos y al aire libre.

- Incentivar competencias públicas, para aficionados, tipo corridas, correcaminatas, senderismo, fútbol, vóley, ciclismo, natación, canotaje, etc.

- Cierre parcial de ciertas avenidas los fines de semana, por algunas horas, para esparcimiento y actividad física de las familias.

- Rescatar nuestros arroyos de modo no solo a disfrutarlos en las pequeñas comunidades o barrios, sino también como un aprendizaje del cuidado ambiental para nuestros niños y jóvenes.

Fuente: Paola Delfino y Diego Bedoya, Centro Médico de Prevención y Rehabilitación Cardiovascular y Respiratoria (Ceprecardio).

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