La directora ejecutiva de la Fundación Itaú, Adriana Ortiz, habló con Augusto dos Santos para el programa “Expresso”, emitido por el canal GEN/Nación Media, sobre el nuevo desafío que asumió tras su paso por el Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA) al frente de proyectos para fomentar la educación y apoyar las expresiones del arte y la cultura. En este sentido, Ortiz aboga por una inclusión educativa cuyos pilares se basen en la valoración de la herencia cultural autóctona y la salvaguarda de los saberes que hacen a la identidad de una nación.

Fotos: Nadia Monges

–ADS: Hace pocos meses asumiste un desafío realmente relevante.

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–AO: Asimismo. Cuatro meses de estar al frente de la Fundación Itaú. Realmente con mucho entusiasmo, muy contenta, siempre admiré la gran labor que lleva a cabo la Fundación Itaú en realidad a nivel regional, posicionando no solamente ser un banco sólido a nivel empresarial, sino que apuesta realmente con su mirada y con su enfoque al impacto en lo público, al impacto también en lo que son los valores culturales, apoyando proyectos realmente de alto impacto a nivel local y también a nivel regional.

–¿Podés definir dos o tres líneas de trabajo que son emblemáticas en el rumbo que vas a llevar o estás llevando?

–Para nosotros la Fundación Itaú es súper importante. La educación como línea transversal, entendiendo la educación como multidisciplinaria, la educación en valores culturales. La cultura para nosotros es importante. La Fundación Itaú en Paraguay apoya a proyectos emblemáticos de la cultura que tienen que ver con la educación como es el Museo del Barro, como es el museo también del Centro Cultural del Lago Ysanne Gayet, que lleva al frente la Escuela del Cántaro en Areguá y otros proyectos que tocan la educación y también la cultura como eje de salvaguarda.

–Se identifica fácilmente tu tarea anterior como motivación que pudiera haber tenido la empresa para incluirte dentro de esta tarea.

–Yo creo que sí, justamente ahí desde el Estado fue eso, su enfoque es trabajar la identidad por un lado, los procesos culturales que muchas empresas a lo mejor se asientan en un país, pero se olvidan de dónde están, en qué país están, cuál es su identidad, cuál es su cultura y eso tiene que ver muchísimo más allá del día a día, tiene que ver con realmente dejar una generación nueva de jóvenes, de niños y niñas que sepan de dónde vienen, quiénes son y que aprendan a cuidar su acervo y lo más grandioso también que por supuesto tiene la Fundación Itaú es el apoyo a grandes proyectos también en la educación, pero con otros valores como es Sonidos de la Tierra. Impactamos a través del arte, a través de la música. Estamos apoyando Sonidos de la Tierra con la Fundación hace más de 20 años con el banco. Eso es grandioso.

–Sonidos de la Tierra es un emprendimiento que ha cambiado vidas.

–Y sigue cambiando. Sonidos de la Tierra hoy cumple 20 años y lo vamos a celebrar el 29 de octubre con un gran festival de las orquestas juveniles, que va a ser en la SND, donde más de 1.400 niños y niñas van a estar tocando al unísono en todo el país. Entonces realmente es una gran fiesta y me siento muy orgullosa de formar parte de la Fundación porque las decisiones que uno toma realmente impactan en la calidad de vida de miles y miles de generaciones y un poco lo que me enamoró también de la Fundación es eso, elegir proyectos de alto impacto para que la relevancia se vea al pasar el tiempo y para que uno también como empresa se sienta comprometida, orgullosa de haber aportado a la sociedad más allá de lo empresarial.

DOCUMENTACIÓN

–Hay un un factor que me parece primordial dentro de este proceso que es la documentación.

–Totalmente. Paraguay tiene un acervo inmaterial inmenso de saberes y eso hay que documentar. Saber esos oficios o esas enseñanzas, que fueron transmitidos de madre a hijo, de hijo a madre, de abuelo, que forman parte de la identidad cultural. Y el trabajo de la Fundación Itaú y un poco el trabajo que venía haciendo también el Instituto Paraguayo de Artesanía fue eso, visibilizar esos grandes saberes, esas grandes personas, esos grandes maestros y darles lo que necesitan para llevar a cabo con proyectos, con la curaduría en obras, editoriales. El trabajo editorial para mí es fundamental para poder plasmar todos esos trabajos y para que queden para las futuras generaciones. Paraguay todavía en ese sentido editorial nos queda mucho por hacer. Si bien existen fundaciones como Fundación Alianza, que realmente trabaja incansablemente por la educación editorial, por la creación de materiales educativos para la primera infancia, para la Educación Media y para todo lo que es la escuela básica en general. Nos falta muchísimo. Nos falta muchísimo que las nuevas generaciones puedan apostar a la inversión social y, en ese caso, la investigación para generar acervo para el Paraguay. Todavía queda para mí muchísima tarea pendiente a nivel de patrimonio cultural, no solamente inmaterial, sino también material, rescatar las vivencias de las casonas antiguas, de los patrimonios culturales de los territorios de las ciudades donde habitan. Si recorremos el país, vamos viendo que casas se van demoliendo, se sustituyen ventanales antiguos por blíndex o estructuras se dejan caer por falta de políticas públicas y un poco el gran trabajo también que tenemos es apuntalar el sector privado y público esas acciones para generar para mí lo más importante, una generación consciente de qué es su país, cuán valioso es y que cuide. Hace poco me llamaba muchísimo la atención que un joven decía “tenemos que derribar todas las casonas antiguas porque realmente no sirven para nada y hacer de esto que evolucione a una nueva nación”. Ese pensamiento creo que lo tenemos que cambiar de a poco para que ese joven que emprende, ese empresario pueda valorar su ciudad y pueda aportar.

ESPÍRITU AVENTURERO

–Hablanos de tu formación. ¿Cómo empezó todo?, ¿cómo empezaste en este camino?

–Y bueno, realmente la vida para mí fue tan fortuita y soy tan agradecida. A mí me gustan las aventuras y siempre me asomé a eso. Mi formación es en psicología. Estudié en la Universidad Católica. Luego pasé a diseño de moda. Me dediqué 10 años al diseño de moda. Tenía un atelier propio de alta costura, de novias y accesorios de autor. Y luego fue una invitación del Gobierno que recibí en el 2018 para estar al frente del Instituto Paraguayo de Artesanía y me volqué a lo público. Cuatro años estuve en el Instituto de Artesanía con un equipo realmente brillante. Y muy agradecida por la oportunidad de poder aportar todo lo que yo sabía. O, más que lo que yo sabía, lo que tuve que aprender y lo que aprendí gracias a ese transitar.

–Sobre la valoración que una sociedad tiene respecto a la artesanía y los artesanos, ¿hay mucho que transitar aún?

–Muchísimo hay que transitar aún. Creo que tenemos que entre todos hacer la revolución de visibilizar lo que somos. Mucha gente sabe que hay 40.000 familias que se dedican a la artesanía en Paraguay. Hay más de 500 ciudades que se dedican casi en exclusividad a tejer la trama que nos une a todos. Yo llevo puesto hoy un chal tejido por la maestra artesana doña Digna. Hace unos días se aprobó en el Congreso que va a recibir su pensión graciable, es una de las pocas maestras artesanas realmente que teje aún en el telar rústico este maravilloso tejido en la ciudad de Yataity. Como ella hay miles de maestros artesanos que tejen nuestra identidad y que eligen todos los días tejer esa identidad.

CONSERVACIÓN

–¿Se están transfiriendo esos saberes?

–Sí se están transfiriendo. Desde el Instituto Paraguayo de Artesanía se crearon escuelas de salvaguarda, se crearon escuelas de saberes, se crearon también alianzas público-privadas para poder avanzar en ese sentido y poder valorar lo nuestro y posicionar la artesanía no solamente como un artículo de segunda necesidad, sino realmente la artesanía puesta en valor. La artesanía representa lo más identitario que puede tener un pueblo y una nación en sí, que todos nos sintamos orgullosos y que sepamos que tenemos 19 pueblos indígenas, que somos un país multicultural, muchos hijos nuestros desconocen, muchos de nosotros desconocemos ese gran acervo cultural que nos pertenece y que tenemos que cuidarlo, cuidar entre todos.

¿Esa transferencia se da siempre preferencialmente en el núcleo familiar o se da por afuera también?

–La experiencia que yo tengo principalmente es del núcleo familiar. Pero tenemos que motivar a ese hijo, hija de maestro, artesano, para que continúe ese oficio haciendo que la prenda o el objeto valga lo que tiene que valer. Comercio justo, hay que hablar de responsabilidad, hay que hablar también de lo que es el patrimonio cultural inmaterial. Hay que hablar también del respeto por los tiempos, por los tiempos de la materia prima. Entonces realmente la artesanía tiene algo que nos conmueve a todos, que es el triple impacto directo, que es en lo ambiental, en lo económico y en lo social. Indefectiblemente forma parte de la cultura. Y ese joven que hoy aprende su madre o padre tiene que sentirse también valorizado y ¿cómo? Dándole la visibilidad a esos maestros, a esos padres.

–Hay una mirada que tienen las sociedades sobre la artesanía como una especie de género menor del arte. ¿Tropezaste con ese imaginario?

–Todos los días nos tropezamos, pero también nos tropezamos con las buenas prácticas y hoy tenemos que decir que la artesanía paraguaya, el arte popular y el arte indígena también están representados en los mejores museos del mundo, con grandes maestros artesanos. En Paraguay tenemos grandes maestras artesanos como Julia Isídrez, Carolina Noguera, Ediltrudis Noguera. Grandes maestras que exponen en todo el mundo y en las galerías de arte de Paraguay. Hace poco estuvo Pinta Sud, un gran emprendimiento a nivel Latinoamérica que cayó por primera vez en Paraguay. Más del 50% de las galerías tenían arte indígena y arte popular como referencia de arte. Eso para mí es un gran logro y un aplauso para la soberanía paraguaya comprometida que hoy la artesanía ya está inserta en las galerías y se compra como pieza exclusiva, eso tiene gran valor. Ahora mismo hay muestras en diferentes galerías, inclusive de artistas indígenas nivaclé.

PRODUCCIÓN INDÍGENA

–Hablame del mundo artesanal indígena por favor.

–Es lo que más me apasiona, es lo que más me emociona. Realmente el arte indígena en Paraguay es riquísimo y tenemos todavía un gran desafío, que es poder enseñar a nuestros niños y niñas cuáles son estos pueblos, qué tejen, qué hacen y cuál es su cultura y su cosmovisión. Tenemos, por ejemplo, en el Chaco los grandes pueblos nivaclé, que están en el Chaco Central y que comparten territorio con el pueblo ayoreo, también el pueblo enxet sur y enxet norte y también están los guaraní ñandéva, que hacen el grandioso arete guasu en la ciudad de Santa Teresita, que es un gran carnaval. Y están los dibujantes nivaclé que hoy en día son grandes artistas y pintores gracias a un concurso de arte que ya se propició hace 20 años gracias a una gran gestora cultural que es Verena Reguer. Ella vive en Filadelfia y trabaja con la comunidad hace mucho tiempo y ese tipo de personas comprometidas como ella hacen que hoy en día realmente las comunidades indígenas y el arte indígena en general sean valorados. El trabajo, por ejemplo, que hace el Museo del Barro con Ticio Escobar, Osvaldo Salerno. Es grandiosa la construcción de ese acervo para poder entender de dónde viene y realmente quiénes son y valorar. El trabajo de Mito Sequera también en comunidades indígenas, como en la comunidad ishir en Bahía Negra, también aportando muchísimo a lo que es la investigación en el arte indígena y también lo que es la música.

Recordemos que Mito Sequera tiene la colección de música indígena más importante del Paraguay, es una persona que aportó muchísimo. Josefina Plá también, Ysanne Gayet. Entonces realmente el arte indígena está efervescente, está renaciendo y hay grandes gestores que están trabajando incansablemente por posicionar el arte indígena y para que no muera. Hay empresas comprometidas también que apuestas al arte indígena. Itaú, por ejemplo, sus agendas del 2022 están inspiradas en la trama mbyá-guaraní. Recordemos que Itaú es un nombre indígena, un nombre mbyá-guaraní de la región de Brasil. Entonces, nosotros también como Itaú incorporamos toda esa línea gráfica a través de nuestros recursos para generar mayor cercanía. Hoy vemos las grandes ferias Ore, que va a ser muy pronto en noviembre acá en el Paseo La Galería, donde 19 pueblos indígenas vienen a feriar con todos sus productos y la gente compra. Hoy vemos el arte indígena en todos lados.

–El arte indígena, entonces, se está poniendo en el camino de las sociedades que eternamente le dieron la espalda.

–Exacto. Yo creo que se está valorando muchísimo más y lo más importante para mí es que se está viendo eso. Uno no puede amar lo que no conoce de verdad. Eso es categórico. Cómo no te puede enamorar ver un cesto mbyá-guaraní sabiendo de dónde viene, que se hizo con tacuapí y la persona que viene atrás, el tiempo que le llevó hacer el producto tal cual.

–Comentanos un poquito sobre el libro “Artesanías del Paraguay. La trama que une a los pueblos”.

–Ese libro lo hicimos con el equipo técnico del Instituto Paraguayo de Artesanía, es un libro que resume cuatro años de transitar todo el Paraguay y dejar sistematizado dónde están los grandes maestros artesanos, dónde está la artesanía paraguaya. Con código QR se referencia cada ciudad, hay fotografías también y un poco el recorrido del gran acervo que tiene el Paraguay al alcance de todos. Está también digitalmente a disposición. Luego va a ir a una web y hay un mapa de arte indígena posicionando en todo el territorio gráficamente. Uno puede ver realmente la riqueza que tiene Paraguay y el arte popular también. Es realmente el primer libro de bolsillo de artesanía que tiene Paraguay, es una guía práctica para profesores, para gestores culturales, para nosotros, padres de familia, es un gran aporte que hizo el Instituto Paraguayo de Artesanía para todo el Paraguay. Ojalá se continúe con este gran trabajo. Es un gran orgullo que Paraguay pueda tener este primer libro de bolsillo para rescatar lo nuestro y para valorar.

EMERGENTES

–¿Crees que se avanzó hacia mirar hacia adentro como sociedad?

–Esa es mi frase preferida. Mirar hacia adentro. Yo creo que se avanzó muchísimo. Y se puede ver nada más paseando por los centros comerciales. Antes no nos imaginábamos que podían haber tantas tiendas de artesanía, no nos imaginábamos que la cultura se puede exportar o que se pueda valorar. Y hoy sí, vemos a las nuevas generaciones inspirándose para hacer cortos, para hacer audiovisuales, para hacer cuentos de Itaú.

Tenemos un gran proyecto que es cuento digital y me sorprendió muchísimo ver la inspiración que tenemos con la cultura. Todos los proyectos que realmente se inspiran en lo nuestro. Tenemos un gran proyecto también de la Fundación Itaú, que es propio, que compartimos con la Fundación Carlos Pusineri, que es Emergentes, una plataforma para visibilizar, potencializar y apoyar al arte emergente en sus diferentes aristas. Y ahí los grandes proyectos que se presentan tienen que ver con la cultura y la identidad. Es algo hermoso y realmente significativo que hoy esa nueva generación esté mirando hacia adentro. Realmente me llena de alegría.

Es fundamental localizar lo emergente en su momento vital, cuando un chico necesita de una mano de promoción o de llegada, ¿verdad?

–Sobre todo de profesionalizar también su arte. Ahora vamos a lanzar la cuarta edición de Emergentes. Ahora a finales de octubre vamos a ir recorriendo también varias ciudades. Nosotros creemos que el arte tiene que ser mapeado. Queremos saber dónde están los artistas, cuáles son sus necesidades, cuál es su voz. No podemos nosotros generar ningún proyecto sin escucharle a la voz a la cual nos vamos a remitir o querer colaborar, entonces vamos a iniciar en Filadelfia, por el Chaco, para poder también trabajar con los artistas emergentes del Chaco Central. A Concepción vamos a ir, a Coronel Oviedo, a Ciudad del Este, Encarnación. Acá en Asunción también nos toca este 2022 y luego 2023 vamos a estar a full calendario lleno todo el año recorriendo el país, mapeando a esos artistas, capacitando con talleres también de cómo presentar el proyecto social, cómo presentar su proyecto de cultura o educación y, sobre todo, dando charlas con grandes artistas referentes que puedan dar su mirada a esa nueva juventud.

INCLUSIÓN

–Hay un proyecto que me parece muy tentador en su nombre, “Leé para un niño”.

–”Leé para un niño y niña”, estamos cambiando la nomenclatura, es un gran proyecto de voluntariado que tiene el banco Itaú hace mucho tiempo, también a nivel regional, compartimos este proyecto con Brasil, con Argentina, con Uruguay. Se trata de que colaboradores del banco se inscriben a este proyecto y vamos a escuelas y colegios alrededor del país, que por lo general también son escuelas y colegios aliados a los proyectos de la Fundación Itaú, donde los colaboradores tienen un momento de mediación de lectura con ese niño. Para nosotros como fundación es súper importante y vital potencializar la primera infancia, la primera infancia es vital para todos y la lectoescritura para nosotros forma parte principal en el rodaje educativo. Entonces esos colaboradores van al territorio y comparten con esos niños, también aliados con otras empresas, donamos bibliotecas, muebles, libros. Entonces se da toda una dinámica en torno a la lectoescritura y este año en particular vamos a lanzar una campaña en la que transversalmente vamos a tocar el tema de inclusión, trabajando con la Federación Juntos por la Inclusión, que hace un trabajo fantástico, que trabaja realmente de manera interdisciplinaria y nosotros sí queremos aportar también a la inclusión. Queremos también que los maestros conozcan más sobre este tema, los niños también y los colaboradores del banco.

–Dentro del universo de un móvil con el que compartimos todos los días hay bibliotecas inmensas que no se visitan.

–Ahora mismo hay un recorrido por todas las bibliotecas de Asunción, el mapa de bibliotecas, que pueden ir a Instagram a recorrer, que está impulsado por el Centro Cultural Juan de Salazar, un hermoso proyecto que me encanta y eso hay que hacer.

–¿Cómo ves a la sociedad y su relación con la cultura en Paraguay?

–Hay una gran deuda aún, que pasa por las cabezas. No solamente hablo de lo público, también de lo privado. Y también a nivel familiar. Pasa por las decisiones que tomamos y que tenemos que tomarlas empezando por casa. En vez de elegir algún tipo de regalo, bueno, elegir algo hecho en Paraguay. Eso es hacer cultura. En vez de quedarnos en casa un fin de semana encerrados a ver Netflix, elegir dar un paseo a Sapucai y conocer lo que es nuestro territorio. Eso es hacer cultura. Hacer inversiones conscientes, nos falta muchísimo crear como empresa nuestra responsabilidad social empresarial. Asimismo, como falta eso, hoy en día hay muchas empresas que no aportan a su comunidad y se generan enemigos internos, siendo que es tan fácil poder ver alrededor, salir a caminar un ratito y poder aportar. Eso para mí es hacer cultura, es volver a lo más sencillo que tenemos los seres humanos, que es la empatía. Mirarnos los unos a los otros y poder tomar buenas decisiones.

¿Han alcanzado mejores niveles de comprensión de la materia y de aporte también los gobiernos locales?

–Yo creo que sí. Yo veo una mejoría en varios gobiernos locales en lo que es la cultura en general y la educación transversal, pero aún falta. Yo haría una gran capacitación nacional. En cuanto a cultura y educación, con todo el tema de la transformación educativa un poco vi movilizada toda la actividad cultural, pero aún falta muchísimo. Sí hay buenas prácticas como Misiones, por ejemplo, hay una intendenta mujer excelente, que está posicionando también la artesanía en su territorio, una mujer en Yataity que es artesana que hoy está al frente también. El intendente de Pilar es excelente también. Entonces hay como ejemplos de buenas prácticas que tenemos que seguir y yo soy una convencida de que un buen intendente va a cambiar la vida de esa comunidad.

EDUCACIÓN CULTURAL

–Y finalmente el mundo de la escuela, de la universidad, del colegio, ¿qué cosas te parece que tienen que cambiar para que el paraguayo esté más unido a su identidad en general?

–Debería instalarse en las mallas curriculares lo que es la cultura transversalmente a todos los ejes como en varios países de la región. Un poco mirar lo recorrido y poner como ejemplo. Y a nivel terciario es implementar lo que son las pasantías a nivel educativo. Muchas veces nos formamos en distintas áreas, pero no conocemos el territorio. Salimos profesionales, pero no sabemos dónde ir. Entonces la implementación obligatoria de las pasantías en territorio le va a cambiar la vida a muchísima gente. Incentivar eso desde las universidades, poner materias, por ejemplo, que hablen de cultura, sobre multiculturalidad en todas las mallas curriculares. Un ingeniero tiene que saber de materia prima que se hace en Paraguay, un arquitecto también, un psicólogo obviamente tiene que saber de los territorios, de la multiculturalidad. Y así en todas las áreas. Un comunicador no puede desconocer lo que nosotros hacemos. A veces voy a espacios y hago algunas pruebitas y realmente me sorprende que no conocemos.

–¿Hay una forma de llegar a hacer a una tecnicatura en promoción de la artesanía, un diplomado en educación cultural y artesanía?

–Aún no. Ese es el gran desafío, un diplomado en todo lo que sea educación cultural y artesanía. Hay conversaciones previas con diversas universidades, pero también hay que apostar a eso desde arriba para que realmente se pueda hacer una realidad. Es todavía un gran desafío y es un gran anhelo porque hay mucho interés de muchísimas personas de poder capacitarse en esa área específica. Todas las personas que entendemos del tema o que lo fuimos construyendo un poco por el camino y con mucho amor. La cultura y la educación siempre digo que es una pasión y tenemos que abanderarnos de ello en el lugar donde estemos. La educación para mí es lo principal. Si bien se hizo muchísimo, hay que invertir muchísimo más desde el lugar donde estemos, no cansarnos de aprender, no cansarnos nunca de poder transmitir a las nuevas generaciones lo que queremos dejar de verdad.

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