Por Aldo Benítez - Fotos: Nadia Monges y Pánfilo Leguizamón

Los ríos Paraguay y Paraná muestran un nivel muy bajo nuevamente, al igual que casi todo el sistema de ríos y arroyos de la Región Oriental. El panorama no es alentador para los próximos meses, ya que no se anuncian grandes precipitaciones a corto tiempo. La situación preocupa a especialistas.

Desde el 2019 que Paraguay arrastra una situación complicada respecto a sus recursos naturales, que se vieron alterados en sus diferentes niveles. En ese sentido, los cauces hídricos como ríos y arroyos son los más afectados. Por ejemplo, los ríos Paraguay y Paraná, que atraviesan y recorren el país, registraron nuevamente bajas históricas, una situación que ya se experimentó a mediados del año 2020 y que hoy nuevamente vuelve con fuerza.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Actualmente Paraguay está soportando los embates del fenómeno climático conocido como la “Niña”, que se caracteriza por largas sequías. “No se tuvo las lluvias que se requieren para que los ríos Paraguay y Paraná puedan tener su caudal normal”, señala David Fariña, director de recursos hídricos del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades).

Si bien Fariña evita dramatizar la situación, no puede evitar calificar lo que está pasando de preocupante. Esto teniendo en cuenta que a la bajante que presentan los ríos que cubren toda la zona de la Región Oriental –lo que incide en muchos arroyos y humedales– se suma también la notable disminución de caudal del acuífero Patiño, una gigantesca masa de agua dulce subterránea que cubre casi todo el departamento Central y del que dependen millones de personas.

“Sin dudas que es preocupante. Tenemos un déficit importante de lluvias en todo el país. Aunque, hay que decir que eso no da solamente a nivel nacional, sino el déficit de lluvia se da en todos lados. Eso no es solamente a nivel nacional, se da en toda la cuenca de La Plata”, expone Fariña.

Para que los ríos Paraná y Paraguay tengan un repunte importante en sus caudales es necesario tener una buena cantidad de lluvia en la zona del Pantanal. “Pero no vamos a tener ese aumento del nivel del río Paraguay por la falta de lluvias en las nacientes”, explica Fariña.

Dice que, de acuerdo a lo previsto en los sistemas de meteorología, lo que se pronostica como lluvias para los próximos dos o tres meses no serán suficientes para recuperar el cauce natural de los ríos Paraguay y Paraná.

Fariña dice que la falta de lluvias en las nacientes de los dos principales ríos del país generan una serie de problemas, más allá de lo ambiental como, por ejemplo, la falta de navegabilidad y afecta la vida de miles de personas que viven de los ríos, ya sea con la pesca, con el traslado de personas, etc.

De hecho, según datos del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (Cafym), el sector naviero del país viene operando desde hace dos años con el 50% de su capacidad operativa, ya que los ríos no permiten mayor navegabilidad.

Lo que se pronostica tampoco anuncia lluvias importantes para la Región Oriental del país. “Eso quiere decir que los ríos y arroyos internos tampoco van a tener aumento en sus niveles”, dice Fariña. Todo esto seguirá afectando la navegación interna y principalmente la llegada de grandes barcazas, de las que dependen la mayor parte de la importación que hace Paraguay.

EL PELIGRO DEL ACUÍFERO PATIÑO

El déficit de lluvia que afecta a varias zonas de Paraguay se registra desde el 2019, lo que ha llevado a afectar a los reservorios de agua dulce, en este caso, el acuífero Patiño. Esta gigantesca masa de agua dulce, ubicado prácticamente debajo de todas las ciudades del departamento Central, es la gran proveedora de agua para el consumo de millones de familias que viven en la región.

Fariña dice que el nivel de agua del acuífero Patiño ya bajó 1,5 metros. “Hay disminución de los niveles de pozos que se tenían. Bajaron los niveles de pozos de agua. El Mades tiene 30 pozos de monitoreo para ver el comportamiento del acuífero Patiño. Y hoy tenemos 20,4 metros. Eso quiere decir que bajó 1,5 metros. Y eso se da por la explotación del acuífero y por la sequía”, indica el profesional.

Es preocupante. Porque el abastecimiento de las comunidades dependen de eso. Si no llueve en los próximos meses, vamos a tener problemas. Con la lluvia que vamos teniendo, recién en 10 meses se puede tener una recarga del acuífero. La perspectiva que nos indica hoy la dirección de meteorología es que los próximos meses las lluvias serán deficitarias y los ríos van a tener este impacto por el déficit de la falta de lluvia.

PODRÍAMOS ESTAR MEJOR PREPARADOS

Para Karim Musalem, director de conservación de la organización ambientalista WWF-Paraguay, si bien se sabe los efectos de “La Niña”, la situación que se tiene ahora ya se muestra atípica, por el largo periodo de sequía que se tiene, y sobre todo, porque no se anuncian lluvias importantes de aquí a pocas semanas. “Si bien se sabe cómo es este fenómeno, lo cierto es que ya es un periodo que no es tan normal. Y sobre todo, lo que se debe señalar es que podíamos aguantar mejor si no teníamos nuestros recursos tan sobreexplotados o degradados”, indica Musalem.

El especialista hace referencia a que todo el daño que se causa al ambiente –deforestación, contaminación, uso indiscriminado del agua, entre otros factores– ayuda a que esta sequía golpee con más fuerza, ya que los ríos no tienen mayor capacidad de retener agua.

“Estamos perdiendo cobertura vegetal en la zona de los arroyos, de los ríos, lo que hace que los cauces pierdan más rápido su capacidad de retener agua, lo que hace imposible que esos flujos de humedad se puedan mantener. Hay estudios que demuestran que los flujos de humedad se mantienen a pesar de la falta de lluvia, pero para eso es necesario tener bosque, más cobertura vegetal”, dice Musalem.

Según el especialista, hay una serie de investigaciones que reconocen el papel importante que tienen los bosques para enviar humedad que se toma del suelo y se libera a la atmósfera para que pueda haber lluvia. La pérdida de bosques en la Región Oriental del país, que según datos satelitales de Global Forest Watch (GFW) perdió 1,3 millones de hectáreas en los últimos 15 años, ha sumado para que en la región la sequía sea más prolongada, o al menos, pegue con mayor fuerza en todos los sentidos.

“Yo creo que ese es el mensaje clave. La sequía no nos iba a afectar tanto si nuestras cuencas estaban mejor cuidadas”, asegura Musalem. Dice además que hay múltiples factores para estudiar a la hora de determinar estos cambios que se generan en el clima y que están afectando la vida humana y la flora y fauna del país, pero que tiene que ser algo estudiado a nivel trasnacional, ya que los ríos (como en el caso de Paraná y Paraguay) atraviesan territorios de otros países.

“Tiene que ser un esfuerzo en conjunto entre los países. Tiene que ser algo regional, trinacional, que busque esa resiliencia para enfrentar estos efectos adversos del clima”, dice Musalem. Por de pronto, desde el servicio de Meteorología no se anuncian lluvias importantes para los próximos meses, o si se tienen, no serán con el caudal suficiente para reponer el acuífero Patiño a su nivel y lograr que los ríos Paraguay y Paraná tengan el cauce normal. Lo que se avecina puede ser muy grave.

“Esperemos que tengamos esas lluvias sobre todo en las nacientes para los ríos y para que el acuífero Patiño pueda seguir abasteciendo de agua a las comunidades. Podríamos tener un grave problema con esto”, sentencia Fariña, del Mades.

Dejanos tu comentario