Fotos: Agustín Acosta

El analista político conversa con Augusto dos Santos para el programa “Expresso”, del canal GEN, y hace un recorrido sobre los acontecimientos históricos políticos del país. Desde la Revolución del 47 hasta la caída del dictador Alfredo Stroessner. Galeano Perrone, a sus 75 años, se confiesa optimista sobre el futuro del país y dice que es momento de unirnos ante la situación que atraviesa el Paraguay con la pandemia.

–Augusto dos Santos (ADS): Estos días vimos que el actor Anthony Hopkins ganó de vuelta un premio Oscar. Y es un actor que tiene historias con Paraguay porque fue protagonista de una película en una historia de Joel Filártiga, la dolorosa historia de su hijo Joelito. Contanos esa historia trágica primero y cómo terminó en una película.

–Cuando me dijeron que iban a hacer una película, el doctor Joel Filártiga era una persona maravillosa, pero tenía muchas fantasías positivas. Me dijo que quiénes iban a ser los protagonistas. Yo sentí, qué se yo, no creía mucho, verdad. Y Rubén Blades hizo mi papel y Hopkins, imaginate que con esta edad que tiene es nuevamente premiado, y él hizo del doctor Filártiga. Y tenía algo parecido a él. Lo hizo con mucho sentimiento. Independientemente de la cuestión artística. Una vez viajé a Panamá después de muchos años por una cuestión jurídica y le conté al del estudio jurídico que Rubén Blades hizo mi papel. Y cambió todo el personaje, yo no me había dado cuenta, y lo digo con mucha humildad, de la trascendencia que iba a tener ese caso. Y en realidad a veces no quiero recordar mucho porque no fueron momentos muy buenos y parece que uno los recuerdos no quiere recordar tanto. Porque fue un momento muy difícil para la familia Filártiga y para mí también porque era tomar una defensa inédita en ese momento. Les citamos a los policías, les acorralamos, bueno, pero yo agradezco a la historia, agradezco al momento y agradezco el privilegio de haber conocido a Rubén Blades, que había una cuestión mucho más importante para mi vida, para mi currículum.

–ADS: “La guerra de un hombre” se llama la película. Es la historia del asesinato de Joelito Filártiga, ¿en qué año fue?

–En 1974... creo... sí, fue ese año.

–ADS: Horacio, Paraguay es un país que nunca terminó de hacer su duelo con relación a lo que fue lo del 47, ¿no?

–Resulta que de la Revolución del 47, como todo el proceso de la política paraguaya, se conoce muy poco. Y no quiero hacer acá un análisis del motivo porque no nos interesamos. El 7 de setiembre el general Estigarribia viajaba a hoy Loma Grande, que en ese entonces era aún parte de, a ver, no era todavía un municipio, y muere ahí junto a Julia Miranda Cueto y Carmelo Peralta, el piloto. Y ahí viene y sube al poder el general Higinio Morínigo. Un ministro de defensa a la sazón, que ya estuvo en el Estado Mayor con Estigarribia, pero la leyenda de algunos intelectuales paraguayos dice que era un ignorante, un tipo que no estaba muy preparado, pero que le durmió a los liberales y de ahí va a la Presidencia Higinio Morínigo. Fue el presidente que más estuvo en el poder, estuvo 8 años.

–ADS: Claro, además de Stroessner.

–Sí, ya después va a venir Stroessner, después vamos a ver las consecuencias. Y sube Morínigo y fue el primer presidente que vivió en Mburuvi cha Róga. Y entonces los árboles no estaban muy crecidos y los presidentes que vivían ahí bajaban en avión incluso ahí en ese tiempo, al costado del Seminario.

–ADS: ¿Se bajaban en aviones?

–Sí, porque los árboles no estaban muy crecidos. Bueno, termina la Revolución del 47 y hay un tema que sí tiene algo que debe ser analizado y debatirlo. El hecho que yo diga algo y otro diga otra cosa y no hace falta que estemos de acuerdo, pero lo importante es que podamos debatirlo. La Revolución del 47 es algo que nunca pudo haber ganado el Partido Colorado, por la expresa constancia de que mi padre fue militar a favor del gobierno de Morínigo porque en la unidad que estaba peleó en contra de la sublevación de Concepción y el Chaco. ¿Qué pasó con esa sublevación? Ellos tenían ganada la revolución. La Marina estaba con ellos, la Aviación estaba con ellos, la división del Chaco, que era una división poderosísima, y la de Concepción estaba con ellos. Y empiezan a discutir los viejos militares, entre ellos Rafael Franco, Alfio Ramos, empiezan a discutir cuando que la revolución –ya después en los cursos que hice me di cuenta– tenía que hacer un movimiento rápido.

–ADS: Como de comando.

–Tenían que venir rápido a Asunción. Ya tenían que venir rápido y no permitir que el Partido Colorado se organice. Le dieron tiempo en los tacuarales de Ypacaraí, se vienen los pynandi, se arman las fuerzas aquí, les dieron tiempo y ese es un caso único en la historia, mucho antes que Mao Tse Tung, en que un ejército no profesional vence a un ejército profesional y pierde a su mejor plantilla de oficiales de las FFAA, tanto de la Marina como de la Aviación.

–ADS: Pero es realmente un hecho inédito, Horacio. Eso también fue marcando como una nueva geopolítica, de alguna forma, ¿no? ¿Qué influencias tuvo Perón?

–Decisiva. Decisiva. El cañonero Humaitá y el cañonero Paraguay estaban en las dárcenas de Buenos Aires y por uno u otro motivos no dejaron que lleguen los cañoneros al país, lo que terminó siendo fundamental en la Revolución del 47.

ADS: Ah, los retuvo.

–Los retuvo y... y no hay documentos, pero los retuvo, motivo por el cual Alfredo Stroessner, comandante del grupo 1 de Artillería, fue a Pilar con la Artillería a preparar para que no entren los cañoneros, que nunca vinieron y que como consecuencia Alfredo Stroessner nunca estuvo en combate en la revolución. Yo sé que en el ejército hay nombres dolorosos para la gente. Pero hay que mencionar la primera división de Caballería, a cargo del Cnel. Enrique Giménez y de Canata, ellos reaccionaron violentamente. Esa era la fuerza de élite del Ejército paraguayo y se fueron armando otras divisiones y ellos le dieron tiempo para que el Ejército oficialista, a favor de Morínigo, se rearme con los milicianos. ¿Pero quiénes eran los milicianos?

–ADS: ¿Quiénes eran?

–Eran excombatientes de la Guerra del Chaco. Manejaban AP, la metralladora pesada, manejaban cañoneros, eran grandes combatientes que habían terminado entre 8 a 9 años de la guerra. Recuerdo en este caso el lado revolucionario como ellos llamaban a un destacado oficial, el papá de los Saguier, fue comandante no siendo de Caballería, fue comandante del Glorioso RC1 Valois Rivarola y en guerra fue el hombre que resistió en Tacuaty. Los revolucionarios ya estuvieron hasta donde hoy es Zavala Cue, hasta ahí ya llegó la Revolución. Y la Revolución se ganó inentendiblemente. También tenían algo muy delicado, y lo hablo con mucho respeto hacia el Partido Comunista, estaban Obdulio Barthe y Óscar Creydt, que tenían una radio en Concepción y esos elementos servían para decir contra la alianza líbero-franco-comunista y en esa época, plena Guerra Fría en el mundo, lógicamente usaron ese elemento para darle el apoyo al Partido Colorado para tener más elementos de combate.

–ADS: Se identificaba con la barbarie y compañía.

–Fue una revolución increíble. Venía en marcha. En 48 horas era triunfante. Era gente muy joven, estaba por ejemplo Alfredo Galeano, que no tenía más de 30 años. Estaba De Jesús Araújo, que también fue un héroe en la Guerra del Chaco. Era un héroe de la guerra, pero no tenía la visión política de cómo iba a manejarse.

–ADS: ¿Cómo se puede definir qué significó para el nuevo estamento de poder?

–Lo primero es que fue una tragedia muy grande. Hemos perdido todos los hombres de la cultura la mejor pléyade de militares, grandes combatientes de la Guerra del Chaco. Fueron a alzar bolsas en Corrientes o a trabajar de cuidadores de coches en Buenos Aires. Fue una verdadera tragedia para el pueblo paraguayo y costó muchísimo. Termina la Revolución del 47 y lo que es la ironía. Llega la pelea interna en el Partido Colorado entre los que se consideraban democráticos y los que eran guión rojo. El primer presidente que sube fue Juan Manuel Frutos, que fue presidente de la Corte. Al irse Morínigo, asume él. Y luego asume Natalicio González como presidente de la República. Probablemente uno de los tres intelectuales más brillantes que tuvo el Partido Colorado. El de mayor producción intelectual, mucho más que otros.

–ADS: Frutos, que después tendría un hijo que luego sería presidente del IBR.

–Sí, Juan Manuel Frutos. Quedó en IBR y Stroessner nunca lo hizo ministro. Probablemente era junto a Ezequiel González Alsina uno de los mejores oradores en guaraní.

–ADS: Ya que mencionás el tema de guión rojo, explicanos.

–En el Partido Colorado la palabra guión era ser radical. Había dichos, por ejemplo, a balazos y palazos, Natalicio al Palacio.

–ADS: Liderado por un intelectual como Natalicio.

–Un intelectual que no tuvo hijo, probablemente uno de los tres o cuatro intelectuales más profundos que tuvo el Partido Colorado. Fue embajador en México también. Ahí se le encomienda que escriba la historia de México. Y él nunca había entrado a la universidad. Ironías del destino. Así como nuestro más grande músico, José Asunción Flores, que nunca entró a la universidad. La más grande pluma que tuvimos, Augusto Roa Bastos, tampoco fue a la universidad, y Natalicio tampoco pisó la universidad. Y después fue reemplazado por Raimundo Rolón por 28 días. Luego ya vino Molas López, que era compadre suyo. Y con Molas López luego vino Federico Chaves. Él estuvo más tiempo y se consolidó el chavismo, como el sector democrático, y los guiones rojos decían que eran los entreguistas, los flojos. Era la posición radical del partido a pesar de tener un líder intelectual. En medio de todo eso, el chavismo fue llevando a una crítica situación, muy difícil al país y surge el golpe del 4 de mayo. En ese entonces, Stroessner era comandante en jefe porque ese cargo se delegaba. No asume la presidencia, asume don Romás Romero Pereira y el 15 de agosto (1954) asume la presidencia el joven general Alfredo Stroessner, que ya era general y no tenía sino 42 años.

–ADS: Alrededor de Stroessner acabas de citar a muchas personas con capacidad intelectual. ¿Cómo es posible que un militar que aparentemente no tenía muchas luces, o quizás sí, cómo es que logra la hegemonía en ese contexto?

–Una vez me preguntaron si Stroessner tuvo un solo gobierno en una cátedra. Y hay que decir que no tuvo un solo gobierno. Por eso nuestra equivocada interpretación del estronismo. El primer gobierno fue de consolidación del poder político. Stroessner tranquilo, consolidado el poder político, busca la unidad del Partido Colorado en el 55, disimuladamente, le dejaba hacer a los colorados lo que le pedían. Y lo digo hasta con mucho respeto, hasta parecía un tipo medio sonso, pero va consolidando.

–ADS: Como comienzan todos los dictadores, parecía un tipo provisorio.

–Y ahí aparece en escena la figura civil, que era Tomás Romero Pereira. Y lo traen como ministro de Interior a Edgar Lineo Insfrán Doldán, que cruzó la frontera para ser jefe de policía y después se convierte en el ministro del Interior, siendo natalicista, se convierte en la figura y ese gabinete ya era de lujo. Tenías como ministro de Hacienda a César Barreto, ministro de Relaciones Exteriores Raúl Sapena Pastor, que era considerado el internacionalista más importante del Paraguay.

–ADS: Vamos a hablar de algo actual. En un marco democrático, la victoria de Bolsonaro en Brasil, militar de origen. La tentación de Bolsonaro ha sido preparar un gabinete de militares casi, de numerosos militares ¿En el caso de Stroessner cómo fue en esa primera etapa?

–El Ministerio de Defensa fue para un militar, el ministro se llamaba Herminio Morínigo. Hacienda para las Fuerzas Armadas, general César Barrientos. El Ministerio del Interior no le dio a los militares nunca. Y él...

ADS: Puso civiles.

–Sí, civiles. Tres ministerios tenían los militares; el de Defensa, el de Obras Públicas y el Ministerio de Hacienda. El resto dejó que elijan a quienes querían. Pero volviendo a la contrapregunta. Él (Stroessner) consolida el poder político y mientras él consolidaba eso, sus adversarios políticos eran ingenuos. Los que después llegarían a ser los Mopoco y demás. Él empieza a controlar las FFAA y tengo una persona a quien le dijo Stroessner: “Hagan lo que quieran por un tiempo, pero dejame a mí organizar las Fuerzas Armadas”. Cuando explota la huelga del 58 con la huelga obrera, ya manejaba la Policía con el mayor Ramón Duarte Vera.

–ADS: Un sanguinario.

–Y en el 59, viene la disolución de la Cámara de Diputados, él ahí aparece y disuelve el Congreso, interviene la Universidad Nacional de Asunción (UNA), mirá todos los acontecimientos y la gente te dice que en la época de Stroessner no había problemas. Mirá, huelga obrera más grande de la historia, en el 59 la huelga estudiantil más grande. La disolución del Congreso. La única intervención de la UNA, a cargo de Ezequiel González Alsina, quien fue su primer preso. Cuando Stroessner asume el poder lo apresa a González Alsina, pero después, en medio de todo este proceso, se acerca de nuevo al poder.

–ADS: Y se convierte en el intelectual de su gobierno.

–Y en el ideólogo que va a preparar la constituyente del 73, que se realizó en la Municipalidad de Asunción. Y ahí viene el segundo gobierno, ya con la consolidación política, militar y la económica, que le toca un momento de privilegio con el asunto de Itaipú.

–ADS: ¿Quién habrá sido el ideólogo de toda esa política comunicacional, tan enriquecida en la Guerra Fría, de encontrar un enemigo común, verdad, que fue el comunismo ¿Quiénes le pensaban esas estrategias?

–Le tenía a don Ángel Peralta Arellano, por ejemplo. Después ya viene Edgar E. Insfrán, Gonzalez Alsina y siempre detrás, el gran protector, el que indicaba las cosas, era Tomás Romero Pereira, militar retirado y parte del Estado Mayor en la guerra y hermano de los Romero Pereira, de una influenza feroz en el Partido Colorado, y termina todo este guarara y comienza la guerrilla del 60. Entraron 1.400 guerrilleros.

–ADS: Y es muy importante señalar que todos esos movimientos en contra de Stroessner en realidad terminaron fortaleciendo a su gobierno.

–Sí, claro.

–ADS: Y justificando toda esa enorme represión. Hablanos de la guerrilla de los 60.

–Cuando viene la guerrilla porque había una en Argentina una división entre los colorados y azules. Hay que recordar que a Perón le dimos asilo nosotros en 1955. Primero vivió en la casa de los Gayol. Después se le envió a Villarrica, y de ahí fue a Venezuela, de ahí a Panamá y luego termina viviendo sus últimos 20 años en Puerta Hierro, España. Entonces los militares argentinos, que eran los azules, y la división entre colorados y azules ayuda a la guerrilla paraguaya. Pero viene con una estrategia con una guerrilla regular. Es decir, casi profesional. Vinieron con una idea de bajar pelotones, compañías, regimiento y aquí le esperaron, lógicamente se plantaron. No quiero hablar porque es una cuestión muy triste. Aquí se fueron tres regimientos completos e hicieron una estrategia en esa oportunidad. Hubo dos estrategas, uno el general Viveros y el otro fue Alborno, pero comandante de esa fuerza era Patricio Colmán Martínez. Liquidaron la guerrilla.

–ADS: Hablame de Edgar Ynsfrán también.

–Fue un hombre brillante intelectualmente. Un hombre que también tenía una fortuna, que le dejó su tío. De manera que nunca se le pudo acusar de ladrón, etc., etc. Pero cuando vino la división, cuando se percibió que era alguien que podía reemplazar a Stroessner, estuvo mucho tiempo en la llanura. Era un intelectual, tal vez ya no de la talla tan fina como González Alsina, que independientemente de que me haya atacado mucho a través de “La voz del coloradismo” o del diario Patria y todo eso, pero tuvimos una larga conversación cuando yo era mucho más joven que él y reconsideró muchas cosas. Pero Ynsfrán era mucho más pragmático. Él muere un año después de la caída del gobierno de Stroessner. Era un hombre muy agradable, de buen trato.

–ADS: ¿En qué momento se inicia esa etapa de la elaboración de una nueva Constitución?

–En el 63 se incorpora el grupo de los liberales, que le llamaban levyrales, por Fernando y Carlos Levy, que eran los que conducían el grupo de los liberales, que era el Partido Liberal porque después se convierte en Partido Liberal Radical y luego en Partido Liberal Radical Auténtico. En la convención del 67 participaron el Partido Febrerista, el Partido Liberal, el radical, y el primer partido que se le invitó a participar fue al Partido Demócrata Cristiano, por la gran amistad que tenía el doctor Jorge H. Escobar, que era cuñado de José María Argaña. Y le invita al doctor Jorge Escobar, que fue uno de los fundadores de la Democracia Cristiana, y le invita para incorporarse y el partido Demócrata Cristiano se negó. Bueno, viene la convención del 67 y ahí Stroessner ya tenía controlados las Fuerzas Armadas, el poder político, el poder económico. Hacia el 71 a 72, Stroessner ya era un dictador absoluto. Ya el Mopoco ya estaba a punto de su extinción y el Partido Liberal también con gran mérito y con gran testimonio, pero Stroessner ya era difícil por un golpe quitarlo, o por una movilización popular.

–ADS: Una de las cosas que uno se pregunta es por qué el estronismo, por la bandera, no la cultura, digo, ¿por qué el estronismo no encontró caminos de seguir persistiendo electoralmente después de la caída de la dictadura? Pasó en otros países y acá no.

–Creo que vamos a responder con la palabra de otras personas. Una vez en Brasil a Stroessner le preguntaron si el general Rodríguez le traicionó y él dijo no, no me traicionó. Yo le di la oportunidad y en política no se tiene que dar oportunidades, dijo Stroessner. No hay una sola entrevista de Stroessner desde que cayó del poder. Y esa noche del 2 y 3 de febrero lo vimos a un Stroessner no temeroso, sino que jugó con el tiempo para irse una mañana. No era fácil convencerle a Stroessner que dejaba de ser presidente del país después de 34 años y que su consuegro era el que daba el golpe de Estado y ahí perdieron mucho la visión porque no era. A ver, no era que solamente Rodríguez daba el golpe. Una cuestión así, a ver, no se da sin el visto bueno del gobierno de Estados Unidos, que es lo que no entendieron. Y él ya no persistió en eso (en la política). Creo que una de las cosas que ilustra mucho es la entrevista con Estela Legal, que fue su mujer, amante, y cuando ella va hablar siempre atiendo mucho porque es una reserva muy importante de Stroessner, porque él sigue siendo un gran desconocido para el Paraguay.

–ADS: Citaste a figuras que fueron importantes en el Congreso, intelectuales. ¿Por qué en vez de existir un proceso potenciador con la democracia, hubo un proceso depresivo con la intelectualidad en la política?

–Es difícil contestar esta pregunta, pero creo que nuestro sistema es un sistema débil. Imaginate en un Senado a un Luis Martínez Miltos, uno de los más grandes penalistas, Saúl González en el Senado, tenías a Sapena y lamentablemente nos cuesta a nosotros que no fuimos estronistas decir que el Senado que teníamos antes era de mucha más talla de lo que tenemos hoy. La Cámara de Diputados de mucha más talla de lo que tenemos hoy y el gabinete era de mucha más talla, salvo la última parte, pero siempre mantuvo. Y voy a decir, porque le dije al hijo antes de morir, él (Stroessner) por ejemplo tenía mucha capacidad de no quererle a una persona, pero tenerle en su gabinete. Una persona a quien no le quería era a Enzo Debernardi, pero reconocía su capacidad. Y así hubo mucha gente a quienes no le sentía simpatía, pero le tenía ahí, como a Alberto Nogués, un gran intelectual, un gran canciller. Pero él le tenía porque le necesitaba y esto cuento, en uno de los grandes coloquios con Ynsfrán, éramos jóvenes, puro entusiasmo, estábamos muy en contra de Stroessner, y le dije qué méritos tiene este señor, doctor Ynsfrán, y me dice que tiene una cualidad que no tenemos los políticos paraguayos, su gran prudencia. Nos sobra a nosotros con prudencia, hace todo lo que tiene que hacer llamando a su gente, esa disolución del Congreso lo hizo con el acuerdo de las 15 figuras más importantes del Partido Colorado. Él no se movía sin tener el consenso del Partido Colorado.

–ADS: ¿Cómo ves el futuro de Paraguay a la luz de la historia?

–Vamos poco por las fortalezas, debilidades y amenazas. Realmente estamos frente a una clase política muy degradada, desprestigiada frente a la sociedad paraguaya. Y algunas bien justificadas y otras porque nosotros no hemos organizado el país. No hemos organizado el país y entonces todo se improvisa, en todos los campos. Conste que tenemos buenos mandos medios en muchos ministerios. Como en Hacienda, en Educación y Agricultura. Y yo soy un hombre que repito las palabras de San Agustín: “Los tiempos serán mejores si nosotros somos mejores”. Soy un hombre optimista, gracias a Dios gozo de una gran salud física y mental, y soy un hombre que tiene esperanza. Un pueblo que vivió después del genocidio de 1870, después de la Guerra del Chaco, y como decía Jeremías: “A pesar de la noche, tenemos que ser hombres de esperanza”. No se puede construir sobre el pesimismo. Tenemos que cargar que este es un pueblo inmortal, glorioso y eterno y que creo que llegó la hora de unirnos los paraguayos.

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