El mercado estadounidense es una importante plaza para los productos paraguayos, un objetivo que se han fijado las empresas locales para acrecentar las exportaciones en los próximos años.
Richard Moreira
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Fotos y cuadros Gentileza
En vísperas de una nueva elección presidencial en Estados Unidos para conocer si continúa el actual mandatario por un período más o si habrá renovación en la Casa Blanca, siempre es importante repasar el estado de las relaciones entre paraguayos y estadounidenses y analizar qué impacto puede tener para nuestro país.
Las relaciones bilaterales entre Paraguay y Estados Unidos atraviesan por su mejor momento en prácticamente todos los órdenes. En los últimos 10 años hubo importantes avances en materia de cooperación que es diversa y que se concentra en educación, asistencia, promoción de salud, seguridad entre otros. Paralelamente a este buen momento se acompaña con el incremento del intercambio comercial, opacado este año por la pandemia del nuevo coronavirus.
Como principal promotor del fluido intercambio con los norteamericanos, la Cámara de Comercio Paraguayo Americana, AmCham, busca acrecentar la calidad y la cantidad de productos exportados e importados hacia el gigante del Norte. El presidente de la AmCham, Agustín Magallanes, que encabeza un gremio de larga trayectoria empresarial en nuestro país, explica el estado actual del comercio entre las dos naciones y de cómo el Paraguay puede aprovechar algunos productos como la carne –considerada como una de las mejores de la región– que pueda atraer al consumo masivo en Estados Unidos.
Asimismo, Magallanes responde a la consulta de La Nación sobre cómo los procesos de transparencia a nivel comercial y el aspecto clave de la seguridad jurídica contribuyen a afianzar los lazos entre los dos países.
Finalmente, el empresario sostiene que más allá de que haya o no un cambio de signo político en la Casa Blanca, de si Donald Trump continúe por cuatro años más o Joe Biden logre sucederlo, Estados Unidos es un gran aliado del Paraguay y que prácticamente las relaciones entre los dos países se mantendrán inalterables.
–¿Cómo evalúa, en general, las relaciones bilaterales entre los dos países?
–La relación entre el Paraguay y los EEUU es excelente. Así lo manifiestan tanto autoridades locales como desde la propia Embajada de los EEUU. Esta excelente relación bilateral se materializa con las recientes visitas del secretario de Estado y de la propia hija del presidente Trump en su carácter de asesora de la Casa Blanca y el secretario de Estado, Mike Pompeo. Además de la visita del presidente Abdo a la Casa Blanca en diciembre del 2019. Resultado de esta relación bilateral son también los diferentes proyectos de asistencia que se están desarrollando por intermedio de Usaid, como Aduanas y Agronegocios, y sabemos que están evaluando proyectos de cooperación en otras áreas.
–En el 2015, el intercambio comercial entre los países ascendía a unos 1.700 millones de dólares. ¿A cuánto asciende hoy y cuáles son los principales productos que se exportan y se importan?
–Según datos proporcionados por Rediex, el intercambio comercial en el 2015 fue de unos 1.012 millones de dólares; exportamos por valor de US$ 144 millones e importamos por valor de US$ 868 millones. En el 2019 el intercambio fue de US$ 1114 millones; US$ 134 millones en exportación y US$ 980 en importaciones.
Entre los principales productos exportados a los EEUU podemos citar: azúcar orgánica, productos de cuero, semillas de chía, madera en forma de parquet principalmente, cobre para reciclado y oro. Los principales productos importados de los EEUU son: aceites minerales y lubricantes, equipos informáticos y de telefonía, insumos agrícolas, vehículos, maquinaria agrícola, bebidas alcohólicas, perfumes y artículos cosméticos y de tocador.
–El comercio bilateral es claramente superavitario para los norteamericanos. ¿De qué modo se puede revertir estos números para que favorezcan a las empresas paraguayas?
–Efectivamente, así es y es un desafío importante. El mercado americano es muy especial, además de las exigencias propias en cuanto a certificación sanitaria y otros requisitos debemos tener en cuenta la escala del mercado a la hora de promocionar un producto paraguayo en los EEUU. Es necesario identificar la demanda de productos paraguayos que puedan satisfacer al mercado. Salvo el caso de la carne, es difícil pensar en otros productos para mercados de consumo masivo, aunque tenemos excepciones. En los EEUU existe un interesante mercado para productos artesanales o semiartesanales confeccionados en algodón o cuero curtido artesanalmente. También hay una creciente demanda de hierbas medicinales, yerba mate y productos similares. Tal vez no debamos usar el término revertir, sino más bien incrementar el intercambio.
–Las exportaciones paraguayas están compuestas fundamentalmente de productos primarios. ¿Cómo en los últimos años la industria paraguaya ha podido añadir valor agregado a sus productos?
–No necesariamente. El azúcar orgánica es uno de los principales, tal vez el principal rubro de exportación, proyectándolo en el tiempo, y si bien es cierto que es materia prima para muchas industrias alimenticias, es en sí mismo un producto elaborado con tecnología de punta y que se abastece de una importante cadena logística.
Una consideración muy especial que aquí podemos hacer es el avance en las negociaciones que se están llevando adelante para permitir el ingreso al mercado americano de la carne paraguaya. Sabemos que están avanzando sin mayores dificultades y lastimosamente la pandemia cambió la agenda de visitas de los supervisores del Departamento de Agricultura. Una vez concluidos estos trámites, y más allá de las posibles ventas o no que se concreten para ese mercado específico dependiendo de las condiciones del mercado, la producción paraguaya de carne adquirirá un estatus superior en el mercado internacional.
–La seguridad jurídica es clave para la radicación de inversiones de cualquier país. ¿De qué manera este aspecto contribuyó en las relaciones comerciales con los estadounidenses?
–Así es, y más que clave diría que es un requisito indispensable. Aunque vemos avances en este tema aún tenemos mucho por mejorar. El principio de seguridad jurídica exige únicamente que las normas actualmente vigentes sean estables en el tiempo y que los actores económicos puedan hacer predicciones más o menos firmes de cómo los tribunales resolverán sus disputas en caso de conflicto. Los inversionistas, por tanto, estarían particularmente interesados en el cumplimiento estable, regular y estandarizado del sistema jurídico.
Solo como ejemplo quiero citar aquí la reciente modificación de la ley de contrataciones públicas que otorga 40% de preferencia a la industria nacional, que causó preocupación (o malestar) en círculos diplomáticos. La industria nacional, sin lugar a dudas, merece todo el apoyo, pero con políticas que no pongan en riesgo la seguridad jurídica del país. Tenemos también ejemplos en leyes y decretos tributarios que han cambiado las reglas de juego y esto no favorece al clima de negocios en general.
En este campo es muy importante el trabajo del sector privado. Los gremios deben estar atentos, preocupados y comprometidos a mejorar el ambiente de negocios en el Paraguay trabajando muy de cerca con el sector público y generando políticas de desarrollo.
–Uno de los aspectos fundamentales en el afianzamiento de la cooperación bilateral tiene que ver con la transparencia comercial. ¿De qué manera el Paraguay ha cumplido con este requisito?
–La transparencia es una de las condiciones fundamentales para que las políticas de libre mercado funcionen correctamente. Hay varios acuerdos de intención y diversos programas que se han venido firmando entre los dos países en la última década, para el avance de Paraguay y lograr la transparencia requerida para abrir fronteras en EEUU y en otros países también. Al igual que en temas relacionados a la seguridad jurídica, Paraguay en los últimos años ha logrado avances en este tema, sin perjuicio que aún nos queda por hacer. Por ejemplo, sabemos que para la relación bilateral con los EEUU la defensa de la propiedad intelectual es un tema muy importante. La Unidad Fiscal de Delitos contra la Propiedad Intelectual viene realizando una destacada labor en este campo.
–¿Cree que un cambio de signo político en la Casa Blanca este año podría variar la política exterior de EEUU y, particularmente, su relación económica con la región y el Paraguay? ¿Cómo perciben este aspecto las empresas paraguayas?
–Si bien es cierto que la política exterior es un sello diferencial de cada ocupante de la Casa Blanca, también es cierto que en una sociedad donde las instituciones funcionan, como lo es en los EEUU, las políticas de Estado van mucho más allá del inquilino de turno.
En las últimas elecciones del 2016 se produjo un cambio de signo político y, sin embargo, no hemos visto consecuencias en el relacionamiento entre nuestros dos países. Por el contrario, la relación bilateral es sólida, la cooperación es intensa y hay proyectos avanzados de nuevas áreas de cooperación, como lo mencionamos antes.
Observamos atentamente el desarrollo del proceso proselitista, próximamente el electoral, y confiamos plenamente en el resultado de las próximas elecciones en la mayor economía del mundo.
LAS CIFRAS DEL INTERCAMBIO
Según un informe del 2019 del Ministerio de Hacienda de nuestro país, el comercio de Paraguay con EEUU tuvo una participación del 5,9% del comercio total de Paraguay con el mundo. Las exportaciones hacia el país del norte representaron el 2% del total en el mismo año, mientras que las importaciones desde EEUU registraron participación del 8,4%.
En el período de cuatro años, entre el 2015 y el 2019, la balanza comercial en el intercambio bilateral ha sido deficitaria para el Paraguay. El déficit comercial en el 2019 fue de US$ 897 millones. Los principales productos de exportación hacia los EEUU en el 2019 fueron las manufacturas de cuero (14%), seguido por semillas oleaginosas (14%), azúcar de caña (14%), juegos de cables para bujías de encendido (9%) y maíz en grano (8%).
Por el lado de las importaciones, los combustibles representaron la mayor porción, el gasoil representó el 31% y las naftas (virgen y procesado – de hasta 92 octanos) el 10%, que en total sumó el 41% de las mismas. Los demás productos fueron los fertilizantes (3%), cerveza de malta y aceites de petróleo (2%, respectivamente).