Sportivo Trinidense también se anotó como uno de los ver­dugos de Olimpia de este año. Como ya pasó con Ameliano, que lo dejó fuera de la Copa Sudamericana, esta vez fue el cuadro de José Arrúa el que le dio el golpe de gracia al equipo de Martín Palermo, dejándolo fuera de toda posibilidad de pelear por el título a falta de dos fechas para la finalización del torneo Clausura.

“El que a hierro mata, a hierro muere”, reza una vieja frase popular, que más que nunca se ajusta a lo que pasó ayer. A Olimpia, que en ocasiones anteriores logró ganar varios partidos en la agonía, le tocó probar una dosis de su propia medicina.

El comienzo franjeado no pudo ser mejor. Primera jugada pro­funda y gol de Bruera. Alex Franco salió con elegancia y luego de un traslado impor­tante cedió la pelota a Redes que metió un centro de zurda. El cabezazo del argentino rozó en Gilberto Flores y se metió en una esquina del arco defendido por Wilson Quinónez.

Fueron los mejores minutos del Franjeado y quizás su mejor primer tiempo de los últimos partidos, donde incluso pudo llegar a un segundo tanto.

Pero aquello no pasó y se llegó a un segundo tiempo dis­tinto. Arrúa metió cambios ofensivos y fue otro equipo. Olimpia se dejó estar y llegó el empate tras un polémico tiro libre, que Riveros eje­cutó al corazón del área para la atropellada de Armando Ruiz Díaz, que venció a Olveira.

Palermo recurrió a tres cam­bios. Pratto, que por primera vez fue suplente, Arrúa y Der­lis potenciaron el ataque y el dominio fue Franjeado. Llegó a estar a milímetros del segundo tanto, pero se cumplió aquello del que no los hace, los recibe.

Fernando Romero, uno de los cambios de Arrúa, metió una corrida fenomenal por el sec­tor izquierdo para finalmente ceder el pase de la muerte a Joel Román, que en la boca del arco sometió a Olveira. Fue en el minuto 93. Triunfazo del Triki y golpazo a Olimpia.