Guaraní priorizó lo deportivo sobre lo económico, incluso la comodidad de los pocos hinchas. El Aurinegro se mantuvo en su posición de jugar la última fecha en su pequeño estadio Rogelio Livieres para recibir a Cerro Porteño, partido que definirá cuál de los dos se consagra campeón del torneo Clausura.
La rivalidad entre ambos clubes se profundizó en este torneo, desde que Guaraní pidió y logró la suspensión del arquero de Cerro, el brasileño Jean Fernandes, al denunciarlo por conducta impropia en ocasión del superclásico. La respuesta de Cerro Porteño no se hizo esperar cuando el Ciclón también solicitó y logró la suspensión del golero aurinegro, el argentino Gaspar Servio, por insultar a su colega de Guaireña Rodrigo Alborno.
Para esta oportunidad, la dirigencia aurinegra dejó inicialmente 150 entradas para todos los cerristas, que hicieron el reclamo a la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), que a su vez instó a Guaraní a entregar 500 entradas a los visitantes, como manda el reglamento.
Más allá de las polémicas, el partido promete. Cerro Porteño llega con ventaja y dos resultados que lo favorecen para ser campeón; es decir, se corona con el empate y, lógicamente, si resulta ganador. Guaraní tiene como única alternativa el triunfo, con el agregado de dar la vuelta olímpica “en casa” y ante su parcialidad.
Los equipos están listos. No se descartan novedades de última hora en las formaciones de parte de los entrenadores Fernando Jubero, de Guaraní, y Francisco Arce, de Cerro Porteño, respectivamente.
El segundo torneo otorga al mejor la clasificación a la fase de grupos de la Copa Libertadores 2022; además, la posibilidad de jugar la primera edición de la Supercopa Paraguay ante Olimpia, reciente campeón de la Copa Paraguay.