El bullicio, colorido y mucha vibración pintaron la calurosa jornada del superclásico en La Nueva Olla, que tuvo la primera mayor concurrencia en la era de la pandemia en el torneo local, a excepción del juego de la Albirroja.
En la semana fue buena noticia la determinación de la presencia del 50% de la capacidad del estadio y muy pronto se agotaron las entradas. Es que los puntos en juego eran importantes para ambos rivales, el Ciclón lucha por la consagración, mientras que el Decano por salir de una incómoda posición.
Así, la fiesta se fue calentando, hasta que llegó el momento de volver a erizarse la piel, a romper la garganta con los alientos y sudar de emoción en cada acción ofensiva de los respectivos equipos.
El partido fue intenso y muy bien jugado, por lo que el esfuerzo valió la pena para disfrutar de un gran espectáculo y ser parte de la historia del tradicional clásico.