Revertir el mar­cador adverso de 0-2 es el gran objetivo de Libertad y disputar la soñada pri­mera final internacio­nal de su historia en la Copa Sudameri­cana. El RB Bragan­tino de Brasil es el rival a superar y no será fácil.

Tal como se demostró en el partido de ida en San Pablo, Libertad debe mos­trar otra faceta de lo que fue esa noche. Hoy tiene su última chance. Es ganar o ganar, sea por un 2-0 e ir a los penales, o por otro marcador más amplio para ins­talarse en forma directa a la gran final.

Los titulares del Gumarelo descansa­ron este fin de semana en el torneo Clausura. De hecho, hay cambios para el decisivo juego. En busca de los goles necesa­rios, está listo Óscar “Tacuara” Cardozo como principal referencia para comandar el ataque.

La rapidez y habilidad de los brasileños obligan a cuidar la zona defensiva, una de las claves. El DT Daniel Gar­nero es consciente de que los laterales Camilo Mayada y Leonel Vangioni tuvieron inconvenientes en Brasil. Por las dudas, Iván Piris y Matías Espinoza son bue­nas opciones.

De igual modo, la idea de poner a dos volantes de contención no es descabe­llada. Se mantiene Héctor Villalba por derecha, con el colombiano Daniel Boca­negra y Hugo Martínez en el medio. El recuperado Lorenzo Melgarejo puede arrancar un poco más atrás con Julio Enciso, pasando Óscar Cardozo en punta. Es el equipo ideal, pero las dudas que tiene el entrena­dor recién se resuelven en la charla técnica previa al juego.

Bragantino llega con ven­taja, pero no se quedará para ver qué sucede. Es un equipo contragolpeador, así como le resultó bastante bien frente a Rosario Central, al que le ganó 4 a 3 en el esta­dio Gigante de Arroyito. El equipo de Brasil no se mete atrás y busca asegurar la llave para también acceder a su histórica primera final internacional.

Uno de los dos pasa inde­fectiblemente. Si Libertad corrige los errores de par­tidos anteriores, tiene sus chances y las armas para llegar.

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