POR ÓSCAR GÓMEZ

Periodista

oscar.gomez@gruponacion.com.py

La racha de imbatibili­dad azulgrana parece que se cortaba frente al mismo rival que tuvo la dicha de derrotarlo por última vez. Con realidades completa­mente distintas a aquel 1 de marzo del 2020. Hoy, un Cerro Porteño consolidado y cam­peón del fútbol paraguayo, en comparación a aquel que toda­vía deambulaba sin rumbo. Y enfrente, un General Díaz ya descendido de categoría que en aquel momento estaba aún relativamente estable, con el promedio acechando, pero todavía sin la urgencia del final de temporada.

Y pese a esas realidades, Gene­ral Díaz estuvo a cinco minu­tos de ganar nuevamente en la Nueva Olla, pero no pudo con la velocidad de Cerro Por­teño de mitad de cancha para arriba, que fiel a su mote con­siguió una victoria más “a lo Ciclón”, similar a la que ya había conseguido ante este mismo rival de visitante y ante Guaireña en el Parque del Guairá en el Apertura.

Cerro jugó a lo que está acos­tumbrado, pero sin tener mucha certeza en el pase final y si este se daba, lo que faltó fue el pase a la red. Pero no siempre, porque Gene­ral Díaz en una muestra de orgullo y amor propio le pro­puso un juego donde intentó bloquear el juego interno del rival, con Moreira, Ríos y Gon­zález, cerrándole los caminos de confianza al doble seis de Cerro, muchas veces obligado a buscar otras vías. Por eso el primer tiempo se fue casi sin sensaciones claras de gol.

En la complementaria el trá­mite fue igual hasta un hecho que cambió el partido: la expulsión de Carrizo. A par­tir de ahí General Díaz sin­tió que era el momento de parar las líneas más adelante y sacarle la pelota a Cerro, al perder a uno de los hombres que mejor maneja en el Azul­grana. Ante esto, Arce planteó el repliegue de sus líneas, para buscar luego salidas rápidas con los hombres que mandó desde el banco: Colmán, Ruiz y Morales.

Pero ya con esa idea y con­trario al trámite de ese momento, General Díaz llega al gol con una salida rápida, concretada por Velázquez. Ya en la recta final, cuando el fin del juego se veía muy cerca, los hombres del banco hicie­ron su aparición para dar vuelta el partido. Ruiz pri­mero y Morales después. El tercero ya fue producto de un equipo visitante deses­perado en ataque y un Cerro con demasiados espacios.

“Un partido duro, difícil, porque en gran parte no encontramos cómo generar juego. Los cam­bios de hombres y sistema fue­ron fundamentales. La reacción fue fantástica. Fue muy bonito ver eso. Sacaron fuerzas y se repusieron de lo complicado que fue. Estoy feliz por el trabajo. Vamos a llegar bien para el clá­sico. Una victoria purete, porque teníamos esas sensaciones para encontrar espacios y los que entraron cambiaron todo. No perdimos la fe ni la esperanza, jugamos sin desesperarnos”.

“Nos complicó bastante todo, teníamos que mane­jar los últimos minutos del partido y esperar que ellos salgan. Nos equivocamos el camino y lamentablemente perdimos en los últimos minutos. Se rescata lo bueno de todo el primer tiempo, contrarrestando circuitos del rival, por algo está invicto y en la punta, jugamos con profesionalismo y seriedad, pese a que ya se decretó nuestro descenso”, expresó el técnico.