POR ÓSCAR GÓMEZ
Periodista
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Con el debut de Néstor Gorosito se cortó la racha de victorias consecutivas que había establecido Enrique Landaida en Olimpia. Frente a un Luqueño que dio lucha, aprovechó sus ocasiones y fue ordenado tácticamente, el Franjeado se frenó sin mostrar nada fuera de lo habitual desde lo futbolístico y “salvado”, una vez más, por un brillante Roque Santa Cruz, autor de un doblete.
El equipo de Luis Escobar tuvo unos primeros 20 minutos superlativos. Le impidió jugar al rival cerrando circuitos en la mitad de cancha y salió rápido por los costados, especialmente sobre el izquierdo, por donde se movía el capitán Orlando Gaona Lugo.
Sin embargo, la jugada del gol nació del medio para la derecha, desde donde tras recuperar un balón perdido por Diego Torres, Blas Díaz se animó a probar desde fuera del área y en el rebote, estuvo atento Gaona, metiéndose a espalda de Otálvaro para empujar frente a un arquero ya vencido.
Pero ese tanto ya había llegado en un momento en el que por fin el equipo de Gorosito pudo adueñarse de la pelota, pero sin profundidad. Por eso, el golpe fue aún más duro.
Una de las evidentes órdenes e idea implementada por el nuevo entrenador franjeado se empezó a ver desde el minuto 1 de la complementaria: intentar en lo posible evitar centralizar el juego, hacerlo sobre los costados y el que llegue con pelota dominada a esa zona, ponga el balón en el área buscando a Roque.
Así llegaron los dos goles del delantero franjeado y así generó un par de situaciones claras más. Pero después del 2-1 de Blas Díaz y el segundo empate de Roque, el resultado ya no se iba a mover.
Todavía con mucho por mejorar, especialmente en el equilibrio en mitad de cancha, donde Olimpia tiene serios problemas para recuperar el balón, arrancó la era Néstor Gorosito en el Decano. Luqueño, por su parte, se acomoda entre los ocho primeros por un lugar en la liguilla.