Aunque nunca se consideró esta variable, los pensamientos que se tienen antes de conciliar el sueño pueden marcar la diferencia y alterar significativamente la calidad del sueño, según reportan nuevas investigaciones. Se descubrió, por ejemplo, que las personas con insomnio están más enfocadas en la planificación y resolución de problemas al momento de ir a la cama.
Según investigaciones de las Universidades Monash y Melbourne de Australia, las personas que enfrentan dificultades para dormir tienen generalmente pensamientos menos placenteros y aleatorios al momento de ir a dormir, a diferencia de aquellas que duermen bien.
Las personas con insomnio también son más propensas a estresarse por el sueño cuando están tratando de dormir, por lo que se genera un círculo vicioso: en el esfuerzo para dormir, el cerebro se despierta aún más. Desafortunadamente, toda esta actividad mental previa puede evitar que se concilie el sueño. Incluso, niveles moderados de estrés a la hora de acostarse pueden afectar el sueño de la noche.
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Para tener un descanso reparador y evitar los pensamientos estresantes, se recomienda tener un horario definido para ir a la cama, reducir el uso de la tecnología por la noche y hacer ejercicio regularmente durante el día. Si tu mente está ocupada cuando uno se va a dormir, se puede practicar una técnica denominada reenfoque cognitivo, donde se puede seleccionar conscientemente un escenario “más agradable” en la mente para centrar la atención.
Para tener la oportunidad de dormir bien por la noche, uno debe esforzarse desde el momento en que se levanta de la cama. Levantarse todos los días a la misma hora y exponerse al sol, sin importar cuánto se durmió la noche anterior, es otra de las recomendaciones para ajustar el “huso horario” del sueño.
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Mejorar los hábitos diurnos resuelven los problemas de sueño
La neurofisióloga clínica del Hospital La Princesa de Madrid, Rybel Wix, ha señalado que optimizar los hábitos de vida diurnos puede ayudar a “mitigar de manera significativa e, incluso, a resolver” muchos problemas de sueño nocturnos. Por ello, para la miembro del grupo de trabajo de Insomnio de la Sociedad Española de Sueño (SES), estos buenos hábitos diurnos pueden ser especialmente relevantes en el caso de personas con insomnio.
"Para las personas con insomnio, la adherencia estricta a los hábitos de higiene del sueño, tanto diurnos como nocturnos, no es solo importante, sino que es fundamental y una prioridad absoluta. Si bien estas pautas benefician a cualquiera, en el contexto del insomnio se convierten en herramientas terapéuticas esenciales", ha afirmado.
La portavoz de la SES subraya que el insomnio a menudo se perpetúa por un ciclo vicioso donde la preocupación por no dormir bien lleva a comportamientos diurnos que, paradójicamente, empeoran el sueño. En ese sentido, Rybel Wix apunta a la importancia de la exposición a la luz natural.
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“Las personas con insomnio a menudo tienen un reloj circadiano desregulado. La exposición consistente a la luz natural por la mañana y la reducción de la luz brillante por la noche son vitales para recalibrar este reloj, enviando señales claras al cuerpo sobre cuándo estar despierto y cuándo prepararse para dormir. Esto es crucial para regular la producción de melatonina y cortisol, hormonas clave en el ciclo sueño-vigilia”, ha apuntado.
Al hilo, la especialista ha señalado que “el sueño y la vigilia son dos caras de la misma moneda. Se necesitan mutuamente para funcionar de forma correcta”. “No podemos esperar una noche reparadora si no cuidamos lo que hacemos desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Por eso es importante que cambiemos nuestra perspectiva y entendamos que el buen sueño se construye a lo largo del día; y que invertir en hábitos diurnos saludables es invertir en una mejor calidad de vida y en un descanso nocturno reparador”, sostiene Wix.
Este impacto directo de las acciones diurnas sobre el descanso, explica la experta, se debe principalmente al reloj circadiano, un “reloj” interno que, entre otras funciones biológicas, regula los ciclos de sueño-vigilia. “Para que este reloj funcione con precisión y nos prepare para un sueño reparador, necesitamos ponerlo a punto o, como decimos en el ámbito médico, reforzar nuestro sistema circadiano”, apunta la portavoz de la SES.
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La importancia de la luz del sol
Esta puesta a punto se logra fundamentalmente a través de lo que se conocen como sincronizadores, el más potente de los cuales es la luz natural. “Exponerse a la luz del sol a primera hora de la mañana es crucial. Esta exposición le indica a nuestro cerebro que el día ha comenzado, por lo que se suprime la producción de melatonina, la hormona que induce el sueño, y se activan una serie de procesos biológicos que nos mantienen alerta y con energía”, ha manifestado.
“Es como darle al botón de ‘reset’ de nuestro reloj interno, ajustándolo para las 24 horas siguientes”, explica Rybel Wix, que señala que sin esta señal matutina clara el reloj interno “puede desajustarse”, lo que se traduce en última instancia en dificultades para conciliar el sueño, despertares nocturnos y una sensación general de falta de descanso.
Además de la exposición a la luz natural a primera hora del día, la neurofisióloga clínica destaca la importancia de otros hábitos diurnos, como la realización de actividad física intensa y regular, que permite “liberar el exceso de energía y la tensión acumulada durante el día, promoviendo un cansancio físico que facilita el sueño”.
Asimismo, recomienda llevar una alimentación equilibrada y con horarios regulares, evitar estimulantes como la cafeína y el tabaco, moderar el consumo de alcohol o gestionar el estrés, integrando en el día a día técnicas de relajación como la meditación, el yoga o la respiración profunda, que ayudan a reducir el impacto del estrés acumulada durante el día en el sueño.
Fuente: Europa Press.
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Deportes individuales y al aire libre se asocian con mejor calidad del sueño en adolescentes
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) en Castellón, la Universidad de Lleida, la Universidad Pablo de Olavide y la Universidad de Zaragoza ha demostrado que los deportes técnicos e individuales, así como los que se practican al aire libre, repercuten en un mejor descanso de los adolescentes.
El trabajo, publicado en ‘Kinesiology - International Journal of Fundamental and Applied Kinesiology’, ha analizado los datos aportados por 1.831 jóvenes deportistas de élite españoles -42 por ciento de mujeres- de entre 11 y 20 años, en torno a su calidad de sueño y su práctica deportiva.
La investigación muestra, así mismo, que los adolescentes y jóvenes que practican deportes de élite individuales tienen una mejor calidad de sueño que los que realizan deportes de equipo, “probablemente porque los deportes técnicos -que arrojan mejores resultados en la calidad de sueño- suelen ser individuales. Además, los deportes individuales implican un mayor gasto energético que los de equipo, que puede conducir a un aumento de la fatiga a la hora de acostarse”, han subrayado.
El estudio no ha encontrado diferencias significativas en la calidad del sueño en función del metabolismo -aeróbico o anaeróbico- predominante de los deportes practicados. “Nuestros resultados, eso sí, sugieren una posible tendencia hacia una mejor calidad en los primeros”, ha indicado Vicente Beltrán.
Según los autores, los hallazgos de este trabajo pueden contribuir a promover comportamientos de sueño saludable e individualizados entre los jóvenes atletas de élite y de los jóvenes en general. Y es que, según han destacado, la identificación de conductas modificables relacionadas con la dificultad para dormir abre la vía a intervenciones específicas y recomendaciones basadas en la evidencia para promover una mejor higiene del sueño.
Además, también sienta las bases de futuros estudios que analicen cómo las variaciones en los patrones, la duración y los trastornos del sueño podrían afectar el entrenamiento, los resultados y el desarrollo a largo plazo de los atletas jóvenes.
“Al considerar ambas perspectivas podemos obtener una visión más integral de la relación dinámica entre el sueño y los deportes, lo que permitirá recomendaciones más informadas para mejorar el rendimiento deportivo y el bienestar general entre los atletas jóvenes”, ha añadido Beltrán.
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Fuente: Europa Press
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Dormir mal durante la noche puede afectar al corazón y otros órganos
Todos sabemos que una mala noche de sueño puede hacernos sentir agotados al día siguiente. Son múltiples los estudios que analizan los riesgos para la salud de tener insomnio, dormir a deshoras o tener un sueño intermitente. Así, se observa que puede afectar a la presión arterial, al corazón, al riñón y provocar obesidad y diabetes.
Ahora, un estudio realizado por la Universidad de California en San Francisco (EEUU) ha encontrado otra razón para tratar de dormir bien toda la noche.
Según su investigación, dormir mal está relacionado con probabilidades significativamente mayores de experimentar al día siguiente fibrilación auricular (FA), es decir latidos cardíacos irregulares que pueden provocar coágulos sanguíneos, insuficiencia cardíaca, derrames cerebrales y otros problemas relacionados con el corazón.
Una mala noche de sueño se asoció con un 15 por ciento más de riesgo de sufrir un episodio de FA, y la falta de sueño continuo se asoció con episodios más prolongados de FA.
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Los investigadores señalaron que es importante tratar la enfermedad subyacente que puede estar causando la FA, que es el tipo más común de arritmia: cuando el corazón late demasiado rápido, demasiado lento o de forma irregular.
El nuevo estudio muestra que las estrategias para mejorar la calidad general del sueño también pueden ayudar. “Tratar el insomnio puede ser un desafío, pero en muchos casos, hay cosas dentro del control de un individuo que pueden mejorar significativamente la calidad del sueño”, ha señalado el autor correspondiente Gregory M. Marcus , cardiólogo y electrofisiólogo de UCSF Health.
Entre otras recomendaciones, el estudio sugiere acostarse a una hora razonable y constante; evitar el alcohol y la cafeína antes de acostarse; usar la cama sólo para dormir o tener romance; hacer ejercicio con regularidad, mantener la habitación fresca, evitar las siestas y despertarse a la misma hora todos los días.
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La UCSF ha sido durante mucho tiempo líder en tratamientos cardiológicos, incluidos los trastornos del ritmo cardíaco. Aunque los riesgos asociados con la FA se han investigado exhaustivamente, esta es la primera vez que los investigadores han visto una conexión inmediata con la falta de sueño.
El estudio siguió a 419 pacientes en el ensayo I-STOP-AFIB. Calificaron la calidad de su sueño cada noche como ‘increíble’, ‘buena’, ‘normal’, ‘malo’ u ‘horrible’ y utilizaron electrocardiogramas móviles para medir los episodios de FA al día siguiente.
Fuente: Europa Press
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¿Por qué el estómago vacío es el peor enemigo del insomnio?
Si por las noches no se logra conciliar el sueño o no se puede tener un sueño profundo, probablemente tenga que ver con el estómago vacío. Ir a la cama sin comer podría afectar gravemente las horas de sueño; en este material te contamos el rol de la alimentación antes de ir a la cama.
“La nutrición desempeña un papel importante en el ciclo y la calidad del sueño”, explicó la nutricionista Courtney Coe a Women’s Health. Si bien la última comida no debe ser pesada ni menos ingerirla unos minutos antes de ir a la cama, se recomienda que sea una mezcla entre proteínas, fibras y carbohidratos y que se consuma al menos una o dos horas antes de ir a dormir.
Algunas recomendaciones para comer por la noche son: jugo de cereza, por ser una fuente natural de melatonina (hormona que regula ciclos de sueño), un vaso de leche, es una buena opción para subir los niveles de serotonina y por ende relajar el cuerpo. Otro aliado es el chocolate negro, pues este favorece a un ritmo circadiano equilibrado.
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Ejercicios para combatir el insomnio
Científicos diseñaron una técnica infalible para lograr conciliar el sueño en la noche: se trata del método “4-7-8″ que está respaldado por la Universidad de Harvard. La técnica está basada en una práctica de respiración consciente que permite calmar la mente y fue elaborada por el médico especialista en medicina integrativa de la Universidad de Harvard, Andrew Weil.
Este ejercicio de respiración implica cerrar la boca e inhalar de forma silenciosa por la nariz durante cuatro segundos, sostener la respiración durante siete segundos y exhalar por la boca durante ocho segundos suspirando fuerte. Lo ideal, según la investigación de Harvard, es practicar tres ciclos seguidos. La técnica de respiración tranquiliza de manera natural el sistema nervioso.
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