Una dieta sana, equilibrada y planificada es fundamental para sostener el entrenamiento físico y ayudar al organismo a reponerse rápidamente tras el esfuerzo que representa una rutina de ejercicios. Lejos de las creencias populares, no comer antes de hacer ejercicio puede desencadenar dificultades para completar una rutina física.

Cuando se realiza actividad física, el organismo necesita energía adicional. Al no obtener suficiente energía de la dieta, es común que se experimente sensación de fatiga o cansancio excesivo durante el entrenamiento. Con el tiempo, los músculos y huesos podrían debilitarse y el riesgo de una lesión aumenta.

Lo que se ingiera antes de hacer ejercicios determinará cuánta energía se dispone y el nivel de rendimiento que pueda tener una persona. No comer los alimentos correctos antes de hacer actividad física implicará que serias dificultades para terminar con la rutina de ejercicios, por lo que se recomienda una comida pequeña entre dos y cuatro horas antes de hacer ejercicios.

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Según importantes investigaciones, esta comida aumenta los niveles de glucógeno (combustible que proporciona energía) del hígado y músculos, que contribuirá a mantener un desempeño óptimo durante el entrenamiento físico. Este plato siempre debe contener principalmente carbohidratos que aportan energía, pero también una cantidad moderada de proteínas.

Para evitar problemas digestivos, se debe limitar el contenido de grasas y de fibra antes de entrenar. Además de la comida previa a la actividad física, cualquier rutina de ejercicios debe estar acompañada de un régimen de alimentación sana, que incluya todas los platos del día.

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