El chantajista emocional actúa de manera sutil y poco evidente, ya que tiene la capacidad de camuflar su necesidad de dominar y anular a la otra persona, a través de la manipulación, para que esta haga lo que él o ella desea. El psicólogo Nicolás Palomino explicó que el comportamiento es progresivo y conduce a una relación tóxica.

La persona manipulada difícilmente se da cuenta de estas actitudes dañinas, a pesar del creciente malestar que siente en su relación, hasta que ocurre un hecho que deja en evidencia la manipulación ante su entorno. “Estos comportamientos están cada día más aceptados, no conscientemente, pero sí se ven mucho en la actualidad”, puntualizó el profesional en conversación con el diario La Nación/Nación Media.

Palomino explicó que la manipulación emocional es cuando, en un relacionamiento, una de las personas ejerce control sobre la otra apelando a lo afectivo, con el fin de sacar ventaja sobre uno o más aspectos. Su inicio suele ser lento, pero progresivo, y uno de los principales signos es el dejar de hacer cosas de tu interés por no perder el cariño de la pareja.

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“Otra muy importante es cuando se recurre a prácticas como chantajes, castigos, ley del hielo y descalificaciones contra el autoconcepto de la persona manipulada y haciéndola creer que esa relación es todo lo importante en su vida. Entre las más frecuentes está el hacer dudar a la persona de sus propias percepciones, actos y sentimientos, para que sienta culpa, incluso en los casos donde es el otro quien tiene culpabilidad”, detalló.

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Manipulación aceptada

El especialista en terapia de parejas afirmó que en la actualidad son muchos los comportamientos que califican como manipulación emocional, por ejemplo, quitar la foto de perfil que tienen con la pareja, dejar de responder los mensajes o amenazar constantemente con terminar la relación.

“La persona que manipula no necesariamente padece un trastorno afectivo, como por ejemplo de conducta antisocial, entre otras. Pueden ser personas perfectamente saludables como el resto, pero igual tienen este tipo de comportamientos que a lo mejor están aplicando porque vieron a otras personas hacerlo o porque pensaron que esto puede servir. Tiene relación con los fundamentos que tiene cada persona sobre sí misma y respecto a cómo encarar las relaciones”, manifestó.

Mencionó además que el abordaje en terapia es importante para conocer la dinámica en la relación, qué concepto tiene la persona de sí misma y de su pareja, cómo nace el malestar y cómo lo afrontan, ya que desde este punto la terapia puede tomar otras direcciones. Otro factor fundamental es el acompañamiento de los seres queridos más cercanos, siempre que sean comprensivos y no con tendencia a responsabilizar.

“Muchas veces la impotencia que puede generar el saber que alguien a quien aprecias sufre manipulaciones por parte de su pareja puede hacerte reaccionar responsabilizándola antes que comprendiéndola. Esto hace que la atención profesional sea aún más importante”, sostuvo.

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