¡Confirmado! Los perros son capaces de detectar a las personas malas
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Ya no es solo una creencia popular que los perros saben distinguir entre las buenas y malas personas, la ciencia confirma que estas mascotas pueden discernir cuando alguien no es del todo honesto con sus intenciones, incluso recuerdan quién les engañó y desconfían de ella desde ese momento.
Un estudio realizado por la Universidad Rissho de Tokio, Japón, comprobó que los perros más allá de ser buena compañía y mejores amigos del hombre, son capaces de distinguir si alguien es de fiar o no lo es. Si bien no tienen inculcados los conceptos del bien y el mal, tienen desarrollada la capacidad de reconocer cuando una persona es mala, mentirosa y busca hacer daño a su dueño.
Los investigadores también descubrieron que los caninos recuerdan quién les engañó o se burló de ellos. Por lo tanto, se mantienen en cautela y optan por desconfiar de ella en el futuro. En uno de estos experimentos, el participante señalaba a los perros un recipiente con comida, mientras que otra persona les indicaba un recipiente que estaba vacío, pero solo lo descubrían al examinarlo.
La raza hovawart resaltó entre todas como la más capaz de detectar un engaño antes de que ocurra. Foto: Ilustrativa/DogsPlanet
Luego repitieron el experimento, con un interesante resultado: los perros recordaban qué humanos les habían engañado y les ignoraban, mostrando enojo o indiferencia, en cambio, eran cariñosos con las personas que les habían mostrado la verdad del recipiente. Algunos incluso podían detectar cuando se les está intentando embaucar.
Otro estudio desarrollado en Filadelfia determinó la inteligencia de diversas razas de perros, de acuerdo a diversos parámetros como la memoria o la sociabilidad, y confirmaron que los perros saben reconocer a los mentirosos. La raza hovawart resaltó entre todas como la más capaz de detectar un engaño incluso antes de que ocurra, es decir, cualquier persona que busque hacer daño, debe abstenerse a las consecuencias, porque su instinto animal lo reconoce al instante.
Las mascotas perrunas reconocen cuando alguien está siendo malo o peligroso con sus dueños y se ponen en modo defensa, inician con ladridos incansables y cuando ya no encuentran forma de alejar a su amo de la persona en cuestión, son capaces de reaccionar y morder al intruso.
La forma en que los perros domésticos interactúan con la televisión puede depender de sus personalidades, según sugiere una investigación publicada en Scientific Reports. En los últimos años, se ha observado un aumento en la programación televisiva específica para perros, y la frecuencia con la que los perros están expuestos a diferentes tipos de medios de comunicación está en aumento.
Sin embargo, hasta la fecha no se ha realizado una evaluación sistemática de la forma en que los perros domésticos interactúan con la televisión a nivel poblacional. El investigador de la Universidad de Auburn Lane Montgomery y sus colegas reclutaron anónimamente a 650 dueños de perros y construyeron una novedosa escala de consumo de televisión para observar los hábitos de consumo de televisión de los perros basándose en las respuestas de los dueños.
El rango de edad de la muestra final de 453 perros fue de dos meses a 16 años. En total, 300 perros pertenecían a razas reconocidas por el American Kennel Club (AKC). La encuesta investigó las tendencias en los hábitos de consumo de televisión de los perros, incluyendo si el dueño intentaba enseñarle a ver la televisión, el promedio de horas semanales que el dueño pasaba el televisor encendido y el promedio de segundos que el perro prestaba atención. Se evaluó la reacción de los perros a estímulos animales y no animales, y su grado de seguimiento de los objetos en la pantalla.
En general, se observó que los perros reaccionaban con mayor frecuencia al ver animales en la pantalla que a otros estímulos; aproximadamente el 45 % de los perros (206 en total) respondían siempre a ruidos caninos como ladridos y aullidos. Se observó que los perros que sus dueños consideraban excitables seguían con mayor frecuencia los objetos en la pantalla como si existieran en la vida real.
Sin embargo, los perros temerosos o ansiosos eran más propensos a responder a estímulos no animales, como bocinas de coches o timbres. Estas diferencias de temperamento podrían orientar los enfoques de entrenamiento para corregir los comportamientos problemáticos relacionados con la televisión.
Los autores advierten que, dado que los encuestados eran dueños de mascotas cuyos perros interactúan regularmente con estímulos televisivos, los resultados podrían no ser representativos de todos los perros. No obstante, concluyen que la interacción con la televisión podría proporcionar a los perros una experiencia enriquecedora y significativa.
Cada perro es único, por lo tanto sus necesidades nutricionales son distintas en cada caso. Si se trata de perros con sensibilidad cutánea o digestiva, la clave está en alimentarlos con una proteína más noble y que facilite su digestión.
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Clínica Placera: un libro que narra la experiencia de psicoanalizar al aire libre
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El psiquiatra Agustín Barúa Caffarena hizo durante años la experiencia de conversar con pacientes en las plazas de Asunción. Volcó sus aprendizajes en “Clínica Placera, ¿nos sentamos acá?” que se presentó días atrás en la Sociedad Paraguaya de Psiquiatría.
“Amí me parece que la clínica placera aporta un permiso de explorar otras formas de trabajar en salud mental en el contexto asunceno”, entiende el autor. “En Asunción, que solemos ser tan reprimidos emocionalmente, usamos los bancos para llorar, para gritarnos y desgritarnos, para besarnos, para saber estar solos. Entonces, ahí apareció la posibilidad de usar el banco de plaza como un dispositivo de acompañamiento de salud mental”, cuenta de la génesis del inusual procedimiento.
El libro, que tuvo presentaciones en Argentina, Cuba y Paraguay, permite según la mirada del psiquiatra Agustín Barúa Caffarena “que se pueda probar nuevas cosas y se pueda dialogar con las necesidades contemporáneas. A veces creo que nos quedamos muy tiesos en el mundo profesional esperando que la gente se amolde a nosotros y no dialogando con las necesidades de nuestra sociedad. Me parece que es el gran aporte”, apunta.
Aquí su diálogo con Nacion Media:
–¿Qué sensaciones te provoca que la experiencia de la Clínica Placera llegue al libro?
–Son sensaciones complejas. Por un lado, es gratificante porque el libro a mí me satisface como producto estético, pero también como producto reflexivo y de memoria histórica. Me parece que también la tarea de estos 7 años de plaza fue bastante específica y tenía su soledad también dentro de su espacio público y colectivo.
También me da un poco de tristeza y eso lo dije cuando lo presenté en Camsat, que es una organización territorial del bañado Tacumbú, me dio tristeza y enojo.
–¿Por qué?
–Porque me recordó que yo no quería trabajar con las capas medias asuncenas inicialmente, yo quería trabajar con los sectores populares, en este caso bañadenses, ¿no? Pero el golpe de estado al gobierno de Fernando Lugo interrumpió ese proceso y al presentar el libro en el Bañado me recordó esa pérdida.
–Comenzaste en 2015 en bancos de plazas de Asunción. ¿Cuál fue el disparador de tu actividad?
–Y fue ese junio de 2012, cuando sucede el golpe, yo trabajaba desde la Universidad Nacional de Asunción y desde el Ministerio de Salud en los territorios bañadenses acompañando 15 equipos de Atención Primaria en Salud. Era mi jornada laboral plena de lunes a viernes, iba a los bañados todos los días y cuando sucedió el golpe, lo viví como un manotazo, un arrebato gigante, me impactó emocionalmente.
Me pasó que coincidió con una relación de pareja en Montevideo, donde fui y estuve 3 años haciendo diferentes cosas en un contexto de políticas públicas muy creativas: ahí sí se hicieron, por ejemplo, las leyes progresistas de identidad de género, de regularización de la marihuana y de despenalización del aborto. Y en ese contexto volví en 2015 y me dije: quiero seguir trabajando las cosas que creo…
–Te dio como un impulso esa vivencia…
–Y cuando volví, no pude entrar a mis nichos laborales habituales, habían cambiado muchas cosas así que subalquilé un consultorio. Era la primera vez que iba a hacer psiquiatría clínica privada y me morí de la angustia. Viví con mucha extrañeza las baldosas, la pared sin humedad, ese tapizado de sofá combinado con la cortina, el split. Yo venía de trabajar en los patios de las villas con chanchos, bebés, ropa secándose, goteando, en algo que llamamos Clinitaria hasta el 2012.
Me dije: “A mí me gusta conversar con la gente”, así que me vinieron a la mente los bancos de plaza que tienen una cuestión maravillosa que son espacios de intimidad pública.
–Sostenés que es posible tratar la salud mental fuera del manicomio. ¿Qué avances ves en torno a esta tendencia?
–El manicomio no es necesariamente un lugar, un “adentro”. Puede recrearse en los “afueras”, por una concepción manicomiana de la salud mental, tener una posición autoritaria, llenar de psicofármacos a la gente; ordenar internaciones compulsivas en el hospital psiquiátrico, querer imponerse a las otras profesiones, no dar como válido el saber de la gente.
Me parece importante discutir ese dentro y fuera, hay mucha manicomialidad fuera del hospital psiquiátrico. Creo que estamos muy retrasados con políticas públicas. La Ley de Salud Mental permitió avances todavía muy incipientes, creo que la mirada manicomial sigue siendo la dominante en el territorio, la salud mental se disocia de la salud y esta más aún de los derechos. Entonces si no tenemos esa politización de la salud mental, somos parte del problema, reducimos el problema a diagnósticos, psicofármacos, sin contexto, sin historia, sin derecho, sin cultura, sin territorio, sin diálogo, ¿no?
–¿Cómo ves la salud mental en el país?
–Si bien creo que hay mucha gente en el Estado que quiere hacer bien las cosas, hay una crisis institucional, los desfinanciamientos, los prebendarismos, los autoritarismos, los conservadurismos, las precarizaciones, los abandonos siguen siendo la tónica dominante en muchos campos de derechos constitucionales que no se concretan.
No hay salud mental sin salud, no hay salud sin derecho, y tenemos una crisis de derechos gigantesca en Paraguay. Nos entretenemos con los efectos, no con las causas, entonces vemos una reacción de una persona que mata a sus abuelos; el uso complicado de cocaína fumable de crack llamada chespi y su presencia en las calles; las conductas suicidas, etc. Si no tratamos las causas los efectos van a seguir.
Cuesta mucho avanzar en preguntas honestas, sobre todo en un país tan desigual y tan aterrorizador porque cuando uno comienza a preguntarse estas cosas necesariamente necesita valor. No podemos construir ese argumentar sin un cierto coraje para conversar las cosas que estamos evitando como sociedad.
SOBRE EL AUTOR
Agustín Barúa Caffarena (1971) es médico por la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Psiquiatra de Atención Primaria de Salud por el Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana y tiene una maestría en Antropología Social por la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción.
Terapeuta. Psicodramatista por GRUPA (Grupo Psicodrama Asunción). Certificado en Prácticas Colaborativas y Dialógicas por el Houston Galveston Institute y The Taos Institute.
Investigador en Salud Mental Comunitaria por la Universidad Nacional de Pilar.
Autor de los libros “Clinitaria: andando, de a chiquito, con la gente. Acompañamientos clínicos en salud mental desde sensibilidades comunitarias” (2011), “Ejedesencuadrá: del encierro hacia el vy’a. Transgresiones para una salud mental sin manicomios” (2020) y “¿Nos sentamos acá? Clínica placera” (2025)
El presidente argentino Javier Milei llevó este domingo a una entrevista a su perro “Conan”, uno de los cinco mastines ingleses que fueron objeto de especulaciones y polémica por parte de la prensa en los primeros meses de su mandato. “¿Viste? Es de verdad”, dijo el mandatario en Neura Media, programa transmitido en directo vía internet, en la que fue la primera aparición con uno de sus canes desde que asumió la presidencia en diciembre de 2023.
El número de mascotas fue cuestionado en medios argentinos al inicio del mandato de Milei, y en abril de 2024 la polémica aumentó cuando un periodista consultó al vocero presidencial sobre el número exacto de perros del presidente. El vocero Manuel Adorni respondió que “si el presidente dice que hay cinco perros, hay cinco perros”. En otras ocasiones rechazó responder preguntas de la prensa sobre el tema al considerarlo parte de la privacidad del mandatario.
En julio de ese año, la justicia argentina estableció límites para los requerimientos de acceso a la información pública sobre la “vida privada” del presidente incluido cualquier dato referente a sus perros, reportó entonces la prensa local.
La polémica tenía que ver con una biografía no autorizada de Milei, “El Loco”, publicada en 2023, que sostenía que el presidente se comunicaba en el más allá con su perro Conan, que falleció en 2017, y del que sus perros actuales fueron clonados.
“Que digan lo que quieran de mis hijitos de cuatro patas”, comentó Milei entonces en respuesta a las especulaciones.
Tras la entrevista de este domingo, la presidencia difundió a la prensa una foto del mandatario en los estudios de Neura acariciando a uno de los canes.
Milei junto a su hermana y secretaria general de la presidencia, Karina, participaron en un programa especializado en mascotas y que este domingo realizaba una colecta de donaciones para dos refugios de animales. Los hermanos donaron un millón de pesos entre ambos, unos 800 dólares.
Durante la mayor parte de la entrevista, el mandatario acusó al periodismo argentino de mentiroso, corrupto y calificó de “mierda humana” a varios periodistas que, a su entender, dicen mentiras sobre él y su gestión y luego no piden disculpas. Milei protagonizó 56 ataques a la prensa en 2024, según el informe anual del Monitoreo de Libertad de Expresión del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) que detectó 179 de casos en total.