Cada año a nivel mundial se conmemora junio como el mes del cuidado de la fertilidad para concienciar sobre los numerosos problemas de infertilidad que enfrentan las parejas en la actualidad, también se busca informar acerca de las diferentes alternativas de tratamiento y erradicar los estigmas y prejuicios entorno al tema.

El doctor Roger Molinas, especialista en medicina reproductiva, explicó que la infertilidad es una enfermedad del aparato reproductivo masculino o femenino que imposibilita la consecución de un embarazo luego de 12 meses de relaciones sexuales sin protección. Un reciente reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la prevalencia de la infertilidad es de alrededor del 15 %, es decir, 1 de cada 6 personas en edad reproductiva.

Esta prevalencia aumenta debido a dos factores claves: la edad de las mujeres que buscan el embarazo y la calidad del semen. “Con relación a la edad materna, en todo el mundo, incluido nuestro país, las mujeres primero desean satisfacer sus proyectos profesionales y laborales, y luego buscar un embarazo. En ese momento de sus vidas sus chances ya estén muy reducidas”, señaló en conversación con La Nación/Nación Media.

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“En cuanto a la calidad del semen, está comprobado que la cantidad y calidad de los espermatozoides del hombre moderno promedio es significativamente inferior a la de nuestros abuelos, lo cual se debe fundamentalmente a la creciente contaminación ambiental”, puntualizó. Además, mencionó que la infertilidad puede deberse a una alteración en la cantidad o calidad de los gametos, que serían los espermatozoides en el varón y óvulos en la mujer.

Otra de las posibilidades es una alteración anatómica del aparato reproductivo femenino, que altera el proceso reproductivo normal: liberación y captura del óvulo, migración de los espermatozoides, fecundación, desarrollo embrionario o implantación. “Existen una serie de patologías asociadas con estos trastornos como por ejemplo el síndrome de ovarios poliquísticos, la falla ovárica prematura, los miomas uterinos, los pólipos endometriales, las adherencias, la endometriosis, una variedad de trastornos genéticos, etc.”, detalló.

El especialista en cirugía reproductiva instó a no creer que el problema de la infertilidad afecta solo a los sectores socioeconómicos más favorecidos y que, por lo tanto, no es un problema de salud pública. De hecho, los datos indican que la infertilidad afecta a 200 millones de personas en todo el mundo, la mayoría de ellos vive en países pobres y son personas de limitados recursos económicos.

“También debemos derribar el mito de que es un problema de la mujer. En el 50 % de los casos el varón es responsable o corresponsable de la causa de la infertilidad, por lo que es fundamental que el mismo participe activamente del proceso de diagnóstico y tratamiento”, manifestó.

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Agregó que otro prejuicio que se debe eliminar es la asociación entre tratamientos de fertilidad y embarazo múltiple. “Hoy en día disponemos de la tecnología apropiada para evaluar exhaustivamente al embrión a ser transferido al útero materno, de manera a elegir solo uno y así evitar la indeseada complicación del embarazo múltiple”, afirmó.

El doctor dijo que el primer paso es ser consciente del problema y tomar las medidas oportunas para cuidar la fertilidad, sobre todo cuando existen señales de alarma que nos indiquen que nuestra fertilidad puede estar amenazada, tanto en edad como por ciertas enfermedades.

“Una vez que ya enfrentamos el problema, intentar obtener el diagnóstico en el menor tiempo posible. Para esto, la elección del especialista es fundamental, ya que si los protocolos y la tecnología son adecuadamente aplicados, en una sola visita a la clínica de fertilidad, la pareja puede tener todos los estudios para un diagnóstico completo y acceder a la mejor alternativa para el tratamiento”, detalló.

En Paraguay existen centros de fertilidad certificados internacionalmente con infraestructura, equipamiento y profesionales altamente capacitados para realizar todos los tratamientos necesarios, incluyendo los de alta complejidad, como la selección adecuada de los gametos, la fecundación in vitro, el cultivo y la evaluación embrionaria.

Estos tratamientos se realizan con tecnología time-lapse e inteligencia artificial. También se cuenta con los test genéticos preimplantacionales, la donación y congelación de óvulos y semen, y desde muy recientemente la congelación de tejido ovárico, no solo con fines reproductivos, sino también con el objetivo de postergar la menopausia.