Uno de los borradores manuscritos de la teoría de la relatividad general de Albert Einstein fue subastado este martes en 11,6 millones de euros (unos 13 millones de dólares) en París, constató la AFP. Anteriormente se habían pagado 2,8 millones de dólares en 2018 por una carta manuscrita del eminente científico, en la que teorizaba sobre Dios, y en 2017 se pagaron 1,56 milones de dólares por una carta en la que elucubraba sobre la felicidad.
El documento subastado este martes estaba evaluado entre 2 y 3 millones de euros. Contrariamente a las dos cartas precedentes, se trata de un valioso trabajo científico. “Se trata, sin duda alguna, del manuscrito de Einstein más preciado jamás puesto a subasta”, había señalado previamente la casa de remates Christie’s en un comunicado.
El documento es un manuscrito de 54 páginas redactado en 1913 y 1914, en Zúrich (Suiza) por el famoso físico alemán y su colaborador y confidente, Michele Besso. Es gracias a este ingeniero suizo, explicó Christie’s, que “el manuscrito ha llegado, casi milagrosamente, hasta nosotros: Einstein probablemente no se habría preocupado de conservar lo que podía parecerle como un documento de trabajo”.
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Tras su teoría de la relatividad especial, que le llevó a demostrar en 1905 la fórmula “E=mc²”, Einstein empezó a trabajar, en 1912, en una teoría de la relatividad general. Esta teoría de la gravitación, publicada finalmente en noviembre de 1915, revolucionó la comprensión del universo. Einstein murió en 1955 con 76 años y se convirtió en un símbolo del genio científico, así como en una figura pop, con la famosa foto de 1951 en la que sacaba la lengua.
A principios de 1913, tanto Einstein como Besso “empezaron a trabajar en uno de los problemas con los que la comunidad científica lleva décadas chocando: la anomalía de la órbita del planeta Mercurio”, recordó Christie’s. Ambos científicos resolvieron ese enigma.
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Pero no lo hicieron en los cálculos de ese manuscrito, que incluyen “varios errores que pasaron desapercibidos”. Cuando Einstein los detectó, dejó de preocuparse por el manuscrito, que quedó en manos de Michele Besso. “Los documentos manuscritos científicos de Einstein de ese periodo, y más generalmente, de antes de 1919, son extremadamente raros”, destacó la casa de remates.
“Como uno de los dos únicos manuscritos de trabajo que se conservan y que documentan la génesis de la teoría de la relatividad general, es un registro extraordinario del trabajo de Einstein y proporciona una fascinante visión de la mente del mayor científico del siglo XX”, agregó. El otro documento conocido de ese periodo crucial en la investigación del físico, llamado “cuaderno de Zúrich” (finales de 1912, principios de 1913) se encuentra en los archivos Einstein de la Universidad Hebraica de Jerusalén.
Fuente: AFP.
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La colección de Lady Di, la confesión de Céline Dion, un merecido reconocimiento y más
Seis conjuntos de la princesa Diana se encuentran en exposición en Hong Kong antes de ser subastados; Céline Dion cuenta en una entrevista cómo son sus días luego de haber sido diagnosticada con una rara enfermedad degenerativa; la distinción a Joan Manuel Serrat con el Premio Princesa de Asturias; la queja de Johnny Depp y la tradición de la princesa Catherine.
SUBASTA
La chaqueta amarilla narciso –entallada, con hombreras y adornada con botones dorados–, que la princesa Diana lució durante un viaje a Hong Kong en 1989, se encuentra entre los seis conjuntos expuestos en la antigua colonia británica antes de su subasta prevista en junio.
La colección de vestidos, zapatos y bolsos es presentada desde la semana pasada en una exposición que durará doce días en un centro comercial de Hong Kong. Luego las piezas se exhibirán en Irlanda antes de ser subastadas el 27 de junio.
La princesa de Gales, fallecida en un accidente automovilístico en París en 1997, dictaba la moda “cada vez que se vestía y salía”, explicó a AFP Martin Nolan, director de la casa de subastas Julien’s Auctions, con sede en California.
El precio de la chaqueta amarilla, creada por Catherine Walker, podría alcanzar los 50.000 dólares, y el de un vestido de noche de tul azul oscuro sembrado de estrellas podría alcanzar los 400.000 dólares.
Lady Di lució ese traje de noche, diseñado por Murray Arbeid, en el estreno de “El fantasma de la ópera” en 1986 en el West End de Londres.
Los visitantes llenaron el pequeño espacio de exposición y se detuvieron para leer la historia detrás de cada conjunto.
Entre las piezas expuestas se encuentra un vestido de noche de seda y encaje diseñado por Víctor Edelstein, así como un vestido floral rosa de Catherine Walker, que Diana usó en 1991.
“UN DÍA A LA VEZ”
La megaestrella canadiense del pop Céline Dion, que padece un raro trastorno neurológico, dijo que se encuentra bien, pero que se toma la vida “un día a la vez”, en su primera entrevista desde que anunció el diagnóstico que le hizo dejar de lado su carrera.
Dion, de 56 años, reveló por primera vez en 2022 haber sido diagnosticada con una extraña afección neurológica conocida como síndrome de la persona rígida (SPR), que provoca rigidez muscular en el torso, con dolores agudos y dificultades de movilidad.
Estrella de la portada de la edición de mayo de Vogue Francia, Dion contó a la revista que está “bien”, pero que su condición requiere “mucho trabajo”.
“Cinco días a la semana me someto a terapia atlética, física y vocal”, dijo.
“No he vencido a la enfermedad, ya que sigue dentro de mí y siempre lo estará. Espero que haya un milagro, una forma de curarla con la investigación científica, pero por ahora tengo que aprender a vivir con ella”, explicó.
No existe cura para el síndrome de la persona rígida, que es progresivo, pero el tratamiento puede ayudar a controlar los síntomas. Según los institutos nacionales de salud de Estados Unidos, afecta dos veces más a las mujeres que a los hombres.
En mayo del año pasado, Dion canceló una serie de conciertos programados para 2023 y 2024, al no sentirse lo bastante fuerte como para salir de gira.
Preguntada por su capacidad para volver a los escenarios, Dion declaró a Vogue France que no puede responder a eso en estos momentos. “No lo sé (...) Mi cuerpo me lo dirá”, señaló.
Dion hizo una aparición sorpresa en los premios Grammy en febrero, cuando presentó el galardón al Álbum del Año a Taylor Swift.
En enero, Dion anunció que realizaría un documental, que se emitiría en Amazon Prime Video, sobre su enfermedad para ayudar a concienciar al público. Dion ha vendido más de 250 millones de discos durante décadas de carrera.
MERECIDO RECONOCIMIENTO
El cantante y compositor Joan Manuel Serrat, una voz esencial para varias generaciones de españoles y latinoamericanos, fue distinguido el miércoles pasado con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2024 “por el alcance de una trayectoria artística que trasciende la música”.
La obra del cantautor catalán de 80 años, que en 2022 se despidió de los escenarios con una gira internacional, fue destacada por aunar “el arte de la poesía y la música al servicio de la tolerancia, los valores compartidos, la riqueza de la diversidad de lenguas y culturas, así como un necesario afán de libertad”, según el acta del jurado de este premio convocado por la Fundación Princesa de Asturias, la heredera al trono español.
“No saben con cuánta alegría y emoción recibo la noticia”, celebró Serrat en unas declaraciones transmitidas por la Fundación. “No encuentro mejor manera que una distinción tan prestigiosa como esta para despedir una carrera profesional larga y satisfactoria como la mía”, agregó.
De firmes ideales progresistas, Serrat pertenece a la generación de artistas que lucharon contra el régimen franquista (1939-1975), al que no dudó en incomodar cuando rechazó cantar en Eurovisión por no poder hacerlo en catalán.
Hijo de un operario barcelonés y de una aragonesa que sufrió intensamente la crudeza de la Guerra Civil (1936-1939), llegó a exiliarse unos meses en México en los últimos estertores del franquismo y nunca ocultó su oposición a las dictaduras militares sudamericanas.
La memoria, las raíces y la libertad atraviesan la obra de este artista de voz y poesía cercana, reconocido con múltiples galardones internacionales como la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio –la mayor de España para quienes no son jefes de Estado– o la medalla de la Legión de Honor de la República Francesa. “Defensor del diálogo frente a la crispación, la obra de Joan Manuel Serrat es un exponente de su irrenunciable vocación de tender puentes entre países y generaciones”, destacó el jurado en su acta.
LA QUEJA DE JOHNNY DEPP
El actor estadounidense Johnny Depp (60) habló sobre la industria del cine en Hollywood y de cómo fue “descartado” tras el juicio que enfrentó con su exesposa Amber Heard, el cual ganó en 2022. El famoso criticó las fortunas que se invierten en las películas y cómo esta industria “tira a la basura” a quienes protagonizaron sus cintas.
“Son desechables y se dan cuenta de ello. Contadores glorificados que tienen la capacidad de pulsar la luz verde y hacer películas de estudio, pero pulsan la luz verde, gastan montones de dinero”, dijo el actor al portal Metro de Inglaterra. No contento con esto, cuestionó el dinero que se invierte para la creación de películas.
“Los presupuestos son ridículos en estas películas, una comedia romántica con dos personas muy populares. La gente de verdad está harta. He tenido mucha suerte y no me puedo quejar de nada. De nada. No lo haré. Pero la fama le hace cosas raras a un hombre. Te golpea y luego no puedes ir a ningún sitio sin que la gente te mire. Y esa es una forma muy interesante de crecer”, expresó.
Deep inició su carrera en cine con el filme “Pesadilla en Elm Street” (1984), fue parte del elenco de la serie “Comando especial”, que se transmitió desde 1987 hasta 1991. Bajo la dirección de Tim Burton protagonizó “El joven manos de tijera” en 1990 y también con la dirección de Burton realizó la película “Ed Wood” en 1994.
En 2000 apareció en la película “Antes que anochezca” e interpretó a su querido personaje Jack Sparrow para “Piratas del Caribe” desde 2003 hasta 2017 en cinco taquilleras películas. También dio vida a un personaje animado para la película “El cadáver de la novia” en 2005, mismo año en que interpretó al entrañable Willy Wonka en “Charlie y la fábrica de chocolate”, entre muchas otras memorables películas.
Fuente y fotos: AFP
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Vendieron el reloj del pasajero más rico del Titanic
Un reloj de oro que perteneció al pasajero más rico del Titanic se vendió este sábado por 1,17 millones de libras esterlinas (1,46 millones de dólares) en una subasta en Reino Unido, informó la casa británica Henry Aldridge & Son. Un comprador estadounidense ganó la puja, pulverizando la estimación previa de entre 100.000 y 150.000 libras (120.000 a 180.000 dólares).
La cantidad alcanzada supera el récord logrado en 2013 para un objeto relacionado con el famoso navío hundido en el norte del Atlántico. La casa de subastas recuerda que ese año se vendió un violín por 1,1 millones de libras. De hecho, el estuche de ese instrumento musical se vendió también este sábado por 360.000 libras (unos 450.000 dólares).
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El reloj, grabado con las iniciales JJA, perteneció al empresario estadounidense John Jacob Astor, que tenía 47 años cuando se hundió el Titanic la madrugada del 15 de abril de 1912. Astor, considerado uno de los hombres más ricos del mundo en aquella época, con una fortuna de 87 millones de dólares, equivalentes a varios miles de millones en la actualidad, falleció en el barco tras ayudar a su esposa, Madeleine, a subir a un bote salvavidas.
El cuerpo de Astor fue encontrado una semana después del desastre, con el reloj de bolsillo de oro de 14 quilates entre sus pertenencias personales. “El reloj fue completamente restaurado tras ser devuelto a la familia del coronel Astor y llevado por su hijo”, afirmó un comunicado de la casa de subastas.
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Fuente: AFP.
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De Oppenheimer, Einstein, Francisco, Putin, Stoltenberg, la bomba, la guerra y la paz
¿Puede y/o debe decir o abogar por algo que no sea la paz un líder religioso, aunque sea también un jefe de Estado? ¿Puede y/o debe decir o abogar por algo que no sea la guerra un funcionario político y administrativo de una alianza militar?
- Por Ricardo Rivas
- Periodista X: @RtrivasRivas
- Fotos: Gentileza / AFP
En 1991 llegué a Berlín. Dieciocho meses antes había caído la medianera que partía en dos aquella ciudad. Los debates aturdían. ¿Para qué lado cayeron los escombros? ¿Desde qué lugar llegó el impulso final? Los relatos conspiranoicos se multiplicaban. El canciller Helmut Köll rápidamente decidió la reunificación de Alemania sin atender a quienes lo objetaban por razones económicas y financieras. La capital alemana todavía estaba en Bonn.
En el lugar donde desde agosto de 1961 estuvo emplazado “checkpoint charlie” entre 1945 y 1990, quienes parecían ser exsoldados del otrora poderosísimo Ejército Rojo, allí mismo vendían completas o en parte la indumentaria con la que se constituían sus uniformes. Capotes, botones, jinetas de grado. Todo estaba en venta.
Caminar por los pocos espacios libres en medio de cientos de visitantes que andaban por allí obligaba a la lentitud. La mayor demanda en aquel lejano mes de abril eran los ushanka (sombrero de piel con orejeras) grises con la estrella roja incrustada al frente de los que se despojaban quienes aseguraban ser militares desmovilizados y no tener para comer.
Algunos, unos pocos –muy pocos– también ofrecían uniformes norteamericanos, británicos y hasta algunos cascos franceses. Todo para mirar. Todo para ofrecer. Todo para comprar. Todo para llevar como recuerdos de una época que se significaba como el inicio del pacifismo real.
Parado exactamente debajo de las majestuosas Puertas de Brandeburgo los contrastes visuales eran intensos. A un lado las construcciones modélicas de una sociedad capitalista renana –sin exagerados lujos consumistas– pujante, en movimiento intenso y con colores vivos en todas partes. Al otro lado, enormes bloques con apartamentos pintados en la gama de los grises, con las calles casi vacías y las plazas públicas desiertas. El movimiento era escaso. Escenarios bien distintos, por cierto.
Estuve allí solo un par de días. Con un nutrido grupo de compañeros becarios con los que estudiábamos y nos formábamos sobre el proceso de reunificación viajamos unos 610 kilómetros hacia el sudeste para instalarnos en Koblenz (Coblenza), cortada al medio por el Rin en el punto exacto en que confluye con el Mosela, rodeada de viñedos.
BIPOLARIDAD EXTREMA
Corazón del estado federado de Renania-Palatinato, nos explicaron que esa belleza natural en tiempos de bipolaridad extrema era el espacio en donde –según las hipótesis de conflicto políticas y militares– podrían haber llegado cargados de muerte los misiles de corto alcance de las tropas del Pacto de Varsovia que nunca fueron (afortunadamente) disparados.
Allí supimos que miles de soldados alemanes en algunos casos subordinados a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), con motivo de la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), fueron desmovilizados. No eran profesionales de ninguna otra especialidad que la de hacer la guerra.
En Koblenz se vivía en paz “después de casi 40 años de preocuparnos por ser el campo de batalla inmediato de una posible guerra nuclear”, nos dijeron grupos de residentes. En los hoteles en donde nos alojábamos también lo hacían militares que se formaban en la protección del medioambiente. El Estado alemán intentaba reciclarlos para reinsertarlos en la sociedad civil pacificada.
Regresar a Berlín fue diferente. Sabíamos mucho más sobre los efectos políticos y sociales del fin de la Segunda Guerra Mundial, sobre el devenir de la Guerra Fría y pensábamos en las posibilidades reales de la paz, que no imaginábamos ni veíamos con claridad.
Recuerdo que por esos días llegué hasta el punto medio del puente Glienicke, con el que se cruza el río Havel, para viajar desde Berlín hacia Postdam y allí detuve mi andar. En silencio miré hacia ambos lados de esa construcción a la que Steven Spielberg, cuando finalizaba 2015, llamó el Puente de los Espías. No había puestos de vigilancia ni reflectores. Tampoco alambres con púas, soldados soviéticos ni de la NATO armados hasta los dientes. Se circulaba sin limitaciones. Sin peligros.
Durante casi una hora caminé de regreso al punto de encuentro muy cercano al que fuera el búnker donde Adolf Hitler y su estado mayor se convencieron de la derrota y entraron en pánico por la llegada del Ejército ruso hasta el escondite del dictador genocida.
“DISUASIÓN”
En aquella caminata silenciosa creí comprender (e imaginé, como los habitantes de Koblenz) que los líderes de entonces planificaban y construían por y para la paz. Pensé que el modelo geopolítico de posguerra para disuadir y persuadir a partir de la exhibición obscena de los arsenales nucleares que las partes poseían para convencer al adversario de la inviabilidad de una guerra atómica que destruiría a la humanidad se había derrumbado para siempre. ¿Soñé demás cuando tenía 40 años? Tal vez, sí. ¿Se iniciaban los tiempos de la multipolaridad? Quizás.
Alguna vez Albert Einstein sostuvo que “el tiempo no puede definirse en términos absolutos” porque “es relativo” y, en consecuencia, “se estira y se encoge”. Mucho de lo que tiene que ver con Einstein llega desde la historia. Nació el 14 de marzo de 1879 en Alemania, desde donde partió cuando vislumbró que comenzaba la persecución de los judíos que devendría en exterminio. Pero, como él mismo lo probó y explicó, esos larguísimos 145 años que corren desde su nacimiento son poco relevantes.
“En nuestro lenguaje terrestre, una hora nuestra puede ser un siglo en otro planeta y viceversa (porque) no hay un tictac audible en todo el mundo”. Es palabra de Albert Einstein. Sin vueltas, el padre de la teoría de la relatividad general (1915) enseñó a quien quisiera aprenderlo que “el pasado, el presente y el futuro son solo una ilusión”.
Pero en el tránsito de esa ilusión con frecuencia está agazapada la tragedia. Categorizar así la temporalidad y hasta la propia ilusión es ilusorio. Para nada sorprendente que así se exprese un físico, si se quiere. La física –ciencia categorizada como “dura”– desde alguna perspectiva también puede presentarse ante la persona lega como sutil. Y hasta poética como para algunas personas lo es pensar en la infinitud, en el universo, en los misteriosos agujeros negros o en el big bang, por mencionar solo algunos ejemplos caprichosos.
ESPÍRITU POÉTICO
Al parecer, Einstein pensaba así. De hecho, en el fin de una tarde cualquiera cuando se iniciaban los años 70 en el siglo pasado, sentados en torno de una mesa de mármol del inmortal Café Tortoni en el 825 de la avenida Mayo de Buenos Aires, al parecer inaugurado no muy lejos de allí en el 1858, un viejo colega periodista cuyo nombre prefiero preservar –también escritor, guionista cinematográfico, dramaturgo– y viajero incorregible con el que supe compartir algunos años de vida y aprendizajes antes de llegar a mi treintena, sostuvo que “la física y las matemáticas se constituyen además con el espíritu poético que siempre encierran las investigaciones científicas”.
Recuerdo que su palabra –aunque en tono bajo– asemejaba una homilía. Sin que nadie pudiera comprobarlo fehacientemente, sostenía que aquella percepción, cuando estaba cerca de finalizar el mes de marzo en 1925, la había escuchado del mismísimo Albert Einstein. Desde su muy buena memoria, aquel viejo amigo y sabio colega dejó caer en el seno mismo de su acotado auditorio el detalle preciso de que el ingeniero Jorge Duclout, un académico francés radicado en la Argentina poco antes de que finalizara el siglo XIX, “fue quien invitó a Einstein para que visitara este país y quien lo recibió en el puerto junto con una multitud”.
Con un lento trago de coñac desató nuestra ansiedad por saber más. “Le encantaba al alemán (así categorizó al científico visitante) venir al Tortoni y sostener tertulias con otros académicos, siempre acompañado de Duclot”, agregó. Detalló luego con algo de nostalgia que él “era un pibe de apenas 18 años cuando el genio estuvo aquí”. Precisó que cuando el uruguayo Máximo Sáenz entrevistó al físico para (el diario) Crítica en una casona de Belgrano –mi pueblo natal en Buenos Aires, unos 1.160 kilómetros al sur de mi querida Asunción– “lo escuché sorprendido cuando reflexivamente vinculó la física con la poesía”.
Ninguno de los presentes se atrevió a responder ni confrontar aquellos recuerdos puestos en común. Esta noche de viernes emerge como diferente de muchas otras. De hecho, este encuentro parece haber trocado en una cofradía de devotos de la paz con el deseo –y la esperanza profunda– de impulsar y alcanzar el fin de todas las violencias.
Sentado en la vieja mecedora descorché un Pinot Noir Romanée-St-Vivant Marey - Monge del 1995. ¡Fiesta en los copones! Alguna vez, muchos años atrás, mientras recorría la campiña de la región de Côte de Nuits en Borgoña, cerca de Lyon y de la frontera con Suiza, me hice de tres botellas que celosamente mantuve en guarda hasta hoy. Brindamos por la vida. Un breve silencio nos envuelve después de hacerlo.
PERSONAJE
“¡Arrasó ‘Oppenheimer’!”, dijo DG con indisimulado orgullo. La veterana profesora con un Whatsapp aventuró que sería la producción más reconocida. “Enorme ganadora con siete Óscar”, añadió. “¡Qué personaje Oppenheimer. Inventar la bomba que destruyó Hiroshima y Nagasaki y pretender después exhortar al Gobierno norteamericano para que no la use o la use poco... ingenuo o inocente!”, expresó AF en tono de crítica.
Tanto Oppenheimer como Einstein, las dos producciones en las que convergen biografías y creaciones en algunos casos bien fundadas, dan cuenta además de climas epocales. De profundos debates sociales. De pugnas ideológicas. De batallas políticas y personales. De sospechas, sospechados y sospechosos. De amor y desamor. De la libertad y la falta de ella. De pobreza y riquezas. De autoritarios, autoritarismos, desempleos, derrumbes económicos, hambrunas, armamentismo, racismo. Nada queda afuera si a esas atrocidades les añadimos rearmes, expansionismos y los desafortunados resurgimientos de múltiples voluntades supremacistas y fundamentalismos cuyos líderes sustentan sobre falsos discursos religiosos.
El norte europeo sangra. El presidente Vlamidir Putin advierte amenazante a Europa y a la NATO. “Tienen que entender que nosotros también tenemos armas que pueden atacar objetivos en su territorio”; que disponemos de armamento “para golpear a los países occidentales” y hace referencia clara a la eventual utilización del arsenal nuclear ruso que dispone de sistemas “capaces de destruir a la civilización”. El miércoles último fue más allá sin metáforas ni eufemismos: “Rusia está dispuesta a utilizar armas nucleares si existe una amenaza”.
El papa Francisco semanas atrás hizo suyas las palabras de la encíclica Pacem in Terris (1963), en la que Juan XXIII, el pontífice de entonces, consignó que “la posesión de armas atómicas es inmoral” porque “no se excluye que un acontecimiento imprevisible ponga en marcha el aparato de la guerra”. ¿Qué es lo que no se entiende? ¿De esto mismo hablaba Oppenheimer cuando procuraba concienciar a los líderes norteamericanos sobre el peligro que supone disponer de la bomba que él mismo creó? Tal vez. Pero nada lo detuvo en el desarrollo de ese sistema de armas que incineró a quienes habitaban Hiroshima y Nagasaki “para terminar con la guerra”.
La utilización bélica de la Bomba H (como se la llamó popularmente por algunos años) que inventó le pesó por el resto de sus días. “Ahora me he convertido en muerte, el destructor de mundos”, pronunció alguna vez después de las masacres en Japón. La ganadora de siete Óscar relata que Robert Oppenheimer se opuso a un mayor desarrollo nuclear y, por esa intención fue acusado de comunista e investigado por ello. Genio y sospechoso de traición.
En 1963, pese a aquellas acusaciones más cercanas a los códigos de la vanidad de sus Salieris que a su ideología, Oppenheimer fue rehabilitado políticamente por el presidente Lyndon Johnson, quien en 1963 lo galardonó con el premio Enrico Fermi.
Por su parte, Einstein, según cuenta la producción de Netflix, al parecer también se arrepintió de haber enviado una carta al presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt el 2 de agosto de 1939 instándolo a prestar atención a los desarrollos nucleares de los científicos nazis para enriquecer el uranio. Tenía la convicción de haber acelerado el proceso de investigación y desarrollo que la historia conoce como Proyecto Manhattan. Einstein sentía culpa por “la bomba”.
LA GUERRA Y LA PAZ
Tal vez por ello el papa Francisco destaca por su fortaleza a quien en la guerra “tiene el valor de la bandera blanca y negociar” porque “negociar es una palabra valiente” y sostiene que “no (hay) que avergonzarse de negociar antes de que las cosas empeoren”. ¿Puede y/o debe decir o abogar por algo que no sea la paz un líder religioso, aunque sea también un jefe de Estado?
“Ucrania necesita armas, no banderas blancas”, respondió casi de inmediato Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, quien agregó que “si queremos una solución pacífica duradera negociada, la forma de llegar a ella es proporcionar apoyo militar a Ucrania”. ¿Puede y/o debe decir o abogar por algo que no sea la guerra un funcionario político y administrativo designado por un conjunto de 29 países convergentes en una alianza militar?
La madrugada del sábado comienza a clarear. Los silencios son varios y superpuestos. JT, historiador y académico, escuchó más de lo que habló. “Ningún hombre es tan tonto como para desear la guerra y no la paz; pues en la paz los hijos llevan a sus padres a la tumba, en la guerra son los padres quienes llevan a los hijos a la tumba. Es palabra del griego Heródoto de Halicarnaso, al que muchos consideran como el padre de la historia occidental”, dijo con estudiado tono doctoral y su nariz casi apoyada sobre la pantalla del smartphone.
La presbicia no perdona después de los 50. “Cómo construir la paz es complejo, por cierto. Pero, si de arsenales nucleares se trata, me quedo con la respuesta de Einstein a Oppenheimer: ‘Ahora es tu turno de lidiar con las consecuencias de tu logro’”, dijo DG.
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Gremio de rematadores pide igualdad a la Ande en llamado a subasta
La Asociación de Rematadores del Paraguay (ARP), presentó una impugnación contra el llamado a subasta que debía realizar la Administración Nacional de Electricidad (Ande) el 20 de enero pasado, pero el remate fue suspendido hasta nueva fecha. El escrito del citado gremio menciona que el llamado fue direccionado y a raíz de ello se dejó a varios rematadores de lado por lo que se exige que se actúe con transparencia.
La Ande procederá a rematar varios objetos y elementos en desuso cuyo valor podrían alcanzar la suma de G. 2.142.465.000, pero los entendidos en el área mencionan que el valor de los objetos a ser rematados podría superar el doble.
Los integrantes de la mencionada asociación presentaron su denuncia ante el propio presidente de la Ande Félix Sosa, sobre la posible existencia de ciertos hechos por los cuales invalidan el llamado a convocatoria de rematadores para la presentación de las carpetas en los días 5 a 8 de enero pasado. La impugnación es principalmente sobre un requisito específico en la que reza sobre “un documento que avale haber realizado mínimo cinco remates para entes del Estado.
Para el gremio que preside Atilio Estigarribia, el cuestionado requerimiento o requisito no hace otra cosa que excluir significativamente a los integrantes de la referida asociación y a otros rematadores que se dedican al rubro de manera unipersonal.
Ya existen antecedentes anteriores de que varios entes del Estado habrían realizado similares llamados, sin embargo fueron impugnados por la Asociación, que posteriormente resolvieron a favor de dicho gremio.
La Asociación de Rematadores del Paraguay invoca artículos de la Constitución Nacional como el 47, numerales 1 y 2 sobre las Garantías de Igualdad ante la ley y sobre todo a la no discriminación (artículo 88), y la igualdad de las personas (artículo 46).
El 13 de mayo del 2022, la Dirección Nacional de Aduanas había obrado a favor de la impugnación presentada en su momento por la ARP y que el llamado para dicha subasta fueron incluidos a los miembros de la Asociación y otros rematadores para el sorteo correspondiente.
En los dos últimos llamados para rematadores, la Ande requirió documentos profesionales de los rematadores, no así el ítem que en este llamado está requiriendo el tener al menos 5 remates como entes del Estado.
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