El paraguayo sobresaliente de esta edición es Nicolás Adrián Prono Brítez, tiene 27 años, y durante casi un año estuvo haciendo su masterado en Derecho Marítimo Internacional en el International Maritime Law Institute, en un distante y poco conocido destino europeo: Malta, enclavado en el mar Mediterráneo; también una carrera inusual para un país mediterráneo como es Paraguay.

Su interés por el derecho marítimo surgió cuando tuvo esta asignatura en el cuarto año de la carrera universitaria de Derecho. “Ahí nació el primer interés, cuando terminé mis labores gremiales, tanto en el centro como en la federación, empecé a buscar las oportunidades para formarme afuera en derecho marítimo. Es bien sabido que somos un país mediterráneo, pero tenemos una salida natural al mar a través de los ríos Paraguay y Paraná. A pesar de no tener litoral, al menos tenemos un canal natural con particularidades distintas”, empezó contando a La Nación.

El joven paraguayo terminó la secundaria en el Colegio Cristo Rey y egresó en 2019 en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Fue presidente del centro de estudiantes de la facultad y también de la Federación de Estudiantes de la UNA, donde trabajó muy de cerca con la rectora en varios proyectos académicos.

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El anuario con todos los colegas de Nicolás. Foto: Gentileza.

Dijo que encontró en un portal de becas la oportunidad de un masterado en derecho marítimo internacional en un instituto de las Naciones Unidas que depende de la Organización Marítima Internacional (IMO) y que Naciones Unidas estableció en la república de Malta, una islita en el medio del Mediterráneo, al sur de Italia.

“Mandé todos los papeles y tuve la primera entrevista en mayo del 2020, me aceptaron. Esa aceptación tenía que ver con una fluidez en inglés, con tener el título de egresado de estudios terciarios y tener el compromiso de volver al país para aplicar lo aprendido en el máster. Creo que también jugó a mi favor el hecho de ser el primer paraguayo en ser parte de ese máster. Como es un instituto internacional, les interesa tener profesionales de todos los países del mundo y yo fui el primero en aplicar”, confesó Nicolás.

“En esos meses gestioné la beca y finalmente el benefactor fue la Organización Marítima Internacional (IMO). El requisito, además, que tenía que cumplir para aplicar era ser candidato del sector privado, el sector público o de la academia. Como no era parte ni de lo uno ni lo otro, hablé con la academia, con el decano de mi facultad y él fue la autoridad que me propuso como candidato al máster”, explicó.

Presentación de proyecto legislativo

De igual manera, Nicolás contó que de octubre del 2020 a setiembre 2021 se desarrolló el máster en Malta. “En ese proceso yo preparé un proyecto legislativo que era parte de los requisitos para graduarse, aparte de la tesis. El mismo consistía en adherirnos a un convenio internacional que le permita a la tripulación paraguaya trabajar en buques marítimos”, refirió.

En ese sentido, el compatriota manifestó que hoy en día, con respecto a nuestra tripulación, que tenemos una flota fluvial comercial muy grande. “Es la tercera más grande del mundo después de Estados Unidos y China por todas las barcazas que se mueven en la hidrovía desde Asunción, hasta el Río de la Plata. Todos los productos que vienen desde el exterior llegan ahí y de ahí nuestras barcazas recogen desde el puerto de Buenos Aires o de Montevideo y van río arriba, así como también los productos que salen de Paraguay y que por río se van a Brasil o Argentina”, explicó.

“Tenemos una tripulación muy grande; sin embargo, esos tripulantes de río no tienen las mismas competencias que los del mar, quienes tienen que tener otro tipo de cursos, conocimientos, están expuestos a más riesgos que tienen que ver con la navegación marítima. El río es más calmo, en altamar muchas veces es a la suerte”, sostuvo.

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Entrega de Ñanduti al director y juez del Tribunal Internacional del Mar, profesor David Attard. Foto: Gentileza.

Nicolás habló que el gran sueño de muchos del sector es que Paraguay vuelva a tener buques de bandera paraguaya que naveguen por los mares. “En los años ‘50s había una flota mercante del Estado, ahora dejamos de tener. Mucho se debe a una razón económica, no es rentable tener un buque que haga el trayecto desde Asunción hasta aguas internacionales porque tenemos un tramo desde Asunción hasta Rosario bajando el río donde la altura del río solamente soporta cierto tipo de barcazas”, aclaró.

Igualmente, agregó que nosotros no tenemos la tripulación que tenga la certificación de poder navegar en el mar, desde el capitán hasta el jefe de máquinas. “El proyecto legislativo es para suscribirnos como país al convenio y adecuar también nuestra legislación de acuerdo a eso”, añadió.

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El compatriota con algunos compañeros del máster en el campus, oriundos de naciones como Tanzania, Libia, Tailandia, China y Bangladesh. Foto: Gentileza.

Aporte al país

Resaltó que su tesis fue sobre la hidrovía Paraguay-Paraná. “Expuse sobre ríos internacionales y cómo esa hidrovía nos conecta y permite salir al mar, pero cuáles son los desafíos que tenemos. Porque una vez que llegamos al punto donde el río Paraguay se encuentra con el río Paraná, hacia Itapúa, después ya entra el territorio argentino y no es más nuestra soberanía, dependemos de los acuerdos bilaterales que tenemos con Argentina para la libre navegación de esos ríos”, describió.

“Tiene mucho que ver sobre los derechos que nosotros tenemos sobre el mar que a pesar de ser un país mediterráneo, tenemos derechos sobre el mar y también tiene que ver con hacia dónde vamos con respecto a potenciar esa hidrovía que es un recurso demasiado importante que tenemos nosotros como país, es un recurso estratégico”, apuntó.

En otro momento, Nicolás habló acerca del aporte que pretende hacer. “Ahora mi aporte es desde la academia, desde la enseñanza, la producción científica, visibilizar los derechos que nosotros tenemos como país mediterráneo sobre el mar y la importancia de nuestro canal natural que es la hidrovía”, enfatizó.

Así también, comentó que tenemos un paraguayo catedrático que forma parte del Tribunal Internacional del Mar. “Es un diplomático de carrera, Oscar Cabello Sarubbi. Se trata de un representante que tenemos ante esa instancia judicial y representa también un aval super importante para nosotros como país en esa instancia jurisdiccional. Son 21 integrantes de entre todos los países que forman las Naciones Unidas, 191 países y hay un paraguayo ahí”, destacó.

Nicolás en una de las piscinas naturales de Malta. Foto: Gentileza.

Experiencia

En cuanto a la experiencia, confirmó que fue muy interesante por cómo estaba compuesta su clase. “Éramos 52 colegas, la mayoría abogados, otros ingenieros, pero todos relacionados con el sector marítimo y eran de 40 países distintos, la mayoría de países en vías de desarrollo. Tenía compañeros de México, Colombia, Estados Unidos, Malta, Montenegro, Palestina, Libia, Jordania, Nigeria, Camerún, Congo, Sudáfrica, Tailandia, Filipinas, India, Bangladesh, China, Japón, era un mix de culturas, colores, comidas, religiones. Esa experiencia cultural internacional de esa red de profesionales del derecho marítimo fue un punto super resaltante”, aseguró.

El entrevistado relató acerca de la vida en Malta y dijo que es una isla pequeña de 600.000 habitantes de 300 kilómetros cuadrados, con transporte público súper eficiente. “Era el medio como nos movíamos ahí. Se habla inglés y maltés. Lo resaltante geográficamente son las playas que hay en Malta porque como es una islita en medio del Mediterráneo, tiene playas fantásticas”, puntualizó.

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