Los “signos vitales” de la Tierra se están debilitando, según el comunicado difundido este miércoles por un grupo de científicos que temen que nos estemos acercando a unos “puntos de no retorno” climáticos.
Los científicos forman parte de una plataforma de más de 14.000 expertos que hace dos años ya pidieron una declaración de emergencia climática mundial.
En su nuevo texto, publicado por la revista BioScience, los firmantes afirman que los gobiernos han fracasado a la hora de enfrentarse a las causa del cambio climático, provocado a su entender por la “sobrexplotación de la Tierra”.
De los 31 “señales vitales” del planeta, que incluyen las emisiones de gas con efecto invernadero, el espesor de los glaciares o la deforestación, 18 ya alcanzaron niveles récord preocupantes, según el texto publicado en la revista BioScience.
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A pesar de la reducción temporal de emisión de gases, debido a la pandemia de covid-19, las concentraciones de CO2 y de metano en la atmósfera alcanzaron niveles desconocidos en 2021.
Los glaciares se están fundiendo un 31% más rápido que hace 15 años, y la deforestación de la Amazonía brasileña también alcanzó un récord en 2020, según esos expertos.
El estudio recuerda que ya hay más de 4.000 millones de cabezas de ganado de todo tipo en el mundo, lo que supera la masa combinada de toda la raza humana y los animales salvajes.
“Tenemos que reaccionar ante las pruebas que demuestran que nos encaminamos hacia puntos de no retorno climáticos”, declaró uno de los autores, Tim Lenton, de la universidad de Exeter.
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Algunos de esos puntos podrían haber sido ya superados, como el deshielo en Groenlandia y la Antártida, que podría ser irreversible durante siglos, incluso si se reducen las emisiones de CO2.
Los autores reclaman acciones rápidas y radicales en varios sectores, como la eliminación de energías fósiles, la restauración de los ecosistemas, los regímenes alimentarios vegetarianos y la búsqueda de un nuevo modelo de crecimiento.
“Tenemos que parar de tratar la emergencia climática como un problema independiente, el calentamiento no es el único problema de nuestro sistema bajo presión”, insistió William Ripple, de la universidad del estado de Oregon.
Fuente: AFP.
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Teresa Godoy presentó “Las pequeñas ambientalistas”
La periodista Teresa Godoy, versada en temas ecológicos, cuenta con un nuevo libro titulado “Las pequeñas ambientalistas”, que fue lanzado por la Editorial Rosalba en la reciente Feria Internacional del Libro de Asunción. Ilustrado por Adam y dirigido al público infantojuvenil, narra las experiencias del búho Lala y las tortugas Tina y Pacha, quienes reflexionan sobre la contaminación en Asunción y a lo largo del río Paraguay.
Con un lenguaje didáctico y accesible, el libro ofrece un mensaje claro: el futuro del planeta depende de la acción colectiva. Esta obra es una herramienta valiosa para docentes y una lectura esencial para jóvenes y adultos interesados en comprender mejor su papel en la protección del medioambiente. La edición cuenta con el apoyo del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (Fondec) y consta de 40 páginas.
Dice Blanca Nidia Fernández en el prólogo del libro: “Los cuatro relatos infantiles sobre temas ambientales constituyen un esfuerzo más de divulgación ecologista, tan necesario en este tiempo de extrema vulnerabilidad del planeta. Aquí, una sola interrogante como ejemplo: ¿Qué pasaría de nosotros, de los animales y de las plantas, sin el agua? Sin agua, no hay vida”.
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Biografía de la autora
Nacida en Paraguay y nacionalizada argentina, Teresa Godoy es escritora, periodista, ambientalista y promotora de la lectura. Estudió Comunicación en la UNA y Didáctica Universitaria en Uninorte. Autora de los ensayos literarios La generación dispersa (2012), Se fueron todos (2016) e Itinerantes (2020); y de las obras infantiles El portón de las mascotas (2018), Escalera de amor más allá de las nubes (2021), Voces verdes (2022) y Las pequeñas ambientalistas (2025). Publicó, igualmente, en varias antologías y plataformas virtuales.
Integra la Sociedad de Escritores del Paraguay (SEP), Escritoras Paraguayas Asociadas (EPA), el PEN Club Paraguay y el Club de Libros Paraguay. Fue asistente del desaparecido escritor y periodista argentino Héctor Germán Oesterheld, autor de El Eternauta, entre otros numerosos títulos de historieta y otros géneros.
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Reglamento 1115 de la UE: ¿ambientalismo o proteccionismo?, esto dice UGP
La Unión de Gremios de la Producción (UGP) sigue poniendo en tela de juicio las multas que quiere imponer la Unión Europea (UE) en caso de no cumplir con las exigencias establecidas en el marco del Reglamento 1115.
Para el gremio, las medidas que quieren imponer son irracionales y solo buscan bajar el precio de la soja paraguaya, de altísima calidad. Cuestionan la categoría de riesgo estándar que le asignó la UE a Paraguay, que implica mayores controles y auditorías sobre las exportaciones, a diferencia de países como China, EE. UU. e India, que tienen altos niveles de emisión de gases de efecto invernadero.
En su boletín semanal, el gremio realizó un análisis sobre qué es lo que podría impulsar al mercado europeo avanzar con este reglamento, y poner trabas a nuestro país, al igual que a Argentina, Brasil y Rusia.
Historia
Hugo Jiménez de Recalde recordó que hasta inicios de 1800, las cédulas reales eran documentos oficiales del Antiguo Régimen europeo, donde la corona comunicaba a las autoridades locales la voluntad real sobre diversos asuntos políticos, organizativos y administrativos. Estas disposiciones no se discutían, se imponían.
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Ante los abusos de poder de la Corona y la expoliación de las colonias americanas, el proceso de emancipación de España y la constitución de repúblicas independientes dieron lugar a un cambio radical en el mapa del Nuevo Mundo. La primera nación latinoamericana en independizarse —en este caso de Francia— fue Haití, en 1804. Le siguieron Paraguay (1811), Argentina (1816), Chile (1818), Perú (1821), Ecuador (1822), Brasil (1822), Bolivia (1825) y otras.
“Hace unos días, como reeditando aquellas decisiones imperiales, la UE-27 publicó la lista de países proveedores de bienes agropecuarios y forestales, junto con sus respectivas clasificaciones de riesgo”, expresó.
Luego, mencionó que en la categoría de bajo riesgo fueron incluidos Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, India, China, Chile y Uruguay, entre otros. Argentina, Brasil y Paraguay fueron colocados en la categoría de riesgo estándar o medio, mientras que Rusia fue clasificada como país de riesgo alto.
Afirmó que esta clasificación se basa en criterios como la tasa de deforestación o degradación forestal, la expansión de tierras agrícolas y la tendencia de producción de materias primas y productos relevantes. En consecuencia, el Imperio Europeo, bajo el pretexto de “cuestiones ambientales”, disfraza su espíritu proteccionista y lo transforma en un argumento ambiental.
Luego, expuso que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), una fuente respetada y confiable en el mundo entero, presenta una amplia colección de trabajos sobre áreas de producción, población, emisiones de CO₂ y gases de efecto invernadero. Allí se pueden explorar las emisiones de numerosos países y regiones, de dónde provienen, cómo evolucionarán en el tiempo y qué factores las impulsan.
Finalmente, precisó que para poner algún criterio objetivo en la comparación de emisiones, deben considerarse múltiples métricas: emisiones anuales por país, emisiones por persona, contribuciones históricas y si se ajustan o no a los bienes y servicios comercializados.
“Ante la necesidad de producción de alimentos para una población cada vez más numerosa, y el papel de las naciones para enfrentar este desafío consagrado en el ODS 2, conocido como “Hambre Cero”. Este objetivo busca poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y promover una agricultura sostenible. Busca, en definitiva, asegurar que todas las personas tengan acceso a alimentos suficientes y nutritivos durante todo el año, especialmente los más vulnerables”, aseveró.
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Copernicus registró el segundo mayo más caluroso de la historia
- París, Francia. AFP.
El calor se mantuvo como la nueva norma en el mundo durante el mes de mayo, tanto en tierra como en los mares, muchos de los cuales siguen experimentando temperaturas “inusualmente elevadas” como desde hace más de dos años. Aunque ha vuelto a situarse por debajo del umbral de 1,5° C de calentamiento respecto a la era preindustrial, el mes pasado fue el segundo mayo más caluroso de la historia, justo detrás de mayo de 2024, según el observatorio europeo Copernicus.
Estuvo marcado por una temperatura media de 15,79° C, es decir, 0,12° C más fresco que el récord registrado hace un año, pero ligeramente más cálido que mayo de 2020, que ocupa el tercer lugar. Lo mismo para los océanos: con 20,79° C en superficie, el mes también fue el segundo más cálido de la historia reciente, solo detrás de mayo de 2024.
Pero estas temperaturas se mantuvieron “inusualmente altas” en muchas mares o cuencas oceánicas, observa Copernicus. “Grandes zonas en el noreste del Atlántico Norte, que han sufrido olas de calor marinas, registraron temperaturas superficiales récord para el mes. La mayor parte del mar Mediterráneo estaba mucho más cálida que la media”, señalan los expertos.
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La salud de los océanos está en el centro de la tercera Conferencia de Naciones Unidas dedicada a ellos (UNOC), que tiene lugar actualmente en Niza. Los episodios de olas de calor marinas pueden provocar migraciones y episodios de mortalidad masiva de especies, degradar los ecosistemas, pero también reducir la capacidad de las capas oceánicas para mezclarse entre el fondo y la superficie, dificultando así la distribución de los nutrientes.
Los océanos, que cubren el 70 % de la superficie del globo, actúan también como un regulador del clima terrestre. Aguas más cálidas provocan huracanes y tormentas más violentas, con su cortejo de destrucción e inundaciones.
Copernicus señala que la primavera fue muy contrastada en Europa en términos de lluvias.
“Algunas partes de Europa han experimentado sus niveles más bajos de precipitaciones y humedad del suelo desde al menos 1979”, indican los expertos.
La primavera batió varios récords climáticos en Reino Unido, y una sequía no vista en décadas también ha afectado desde hace varias semanas a Dinamarca y Países Bajos, lo que hace temer por los rendimientos agrícolas y las reservas de agua.
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“Breve respiro”
El mes pasado se registró 1,40° C por encima del promedio de los años 1850-1900, que corresponden a la era preindustrial, antes de que el uso masivo de energías fósiles calentara de manera duradera el clima.
“Mayo de 2025 interrumpe una larga secuencia inédita de meses superiores a 1,5° C” de calentamiento, subraya Carlo Buontempo, director del servicio de cambio climático de Copernicus (C3S).
Esa cifra es un umbral simbólico, pactado en el Acuerdo de París contra el cambio climático.
“Esto quizá ofrezca un breve respiro para el planeta, pero se espera que el umbral de 1,5° C vuelva a superarse en un futuro cercano debido al calentamiento continuo del sistema climático”, destacó.
En un periodo de doce meses (junio de 2024-mayo de 2025), el calentamiento alcanza 1,57° C respecto a la era preindustrial.
Sin embargo, las temperaturas mencionadas en el histórico acuerdo de 2015 se entienden sobre períodos largos, normalmente como promedio en 20 años, lo que permite suavizar la variabilidad natural de un año a otro.
Los científicos consideran que el clima actual se ha calentado al menos 1,3° C de media.
Los científicos subrayan la importancia de contener lo más posible el calentamiento global, ya que cada fracción de grado adicional implica más riesgos como olas de calor o la destrucción de la vida marina. Limitar el calentamiento a 1,5° C en lugar de 2° C permitiría así limitar significativamente sus consecuencias más catastróficas, según el IPCC.
El hielo se derritió más rápido
El hielo se derritió 17 veces más rápido que la media histórica entre el 15 y el 21 de mayo en Groenlandia, como consecuencia de una ola de calor récord que también afectó a Islandia, advirtió el miércoles la red científica World Weather Attribution (WWA). “La contribución del deshielo de Groenlandia a la subida del nivel del mar es mayor de lo que habría sido sin esta ola de calor”, destacó en rueda de prensa Friederike Otto, profesora de Ciencias del Clima en el Imperial College de Londres.
En Islandia, la temperatura superó los 26 ºC el 15 de mayo, algo nunca visto en esta isla situada en el borde del Ártico. “Las temperaturas observadas en Islandia en mayo batieron todos los récords, superando en más de 13 ºC la media de las temperaturas máximas diarias de mayo para el periodo 1991-2020”, señaló WWA en un comunicado.
En el mes de mayo, 94 % de las estaciones registraron nuevos récords de temperatura, según el instituto meteorológico local. “Sin cambio climático, esto habría sido imposible”, afirmó Otto. En el este de Groenlandia, el día más caluroso registró un aumento de la temperatura de unos 3,9 ºC respecto al clima preindustrial, indicó WWA.
“Una ola de calor de unos 20 ºC no parece un evento extremo para la mayoría de la gente, pero es un problema realmente importante para esta región (...) y esto afecta masivamente a todo el mundo”, insistió la investigadora. El Ártico se calienta cuatro veces más rápido que el resto del mundo, según la revista científica “Nature”.
Para las comunidades indígenas de Groenlandia, el aumento de las temperaturas y el deshielo suponen un cambio en las condiciones tradicionales de caza y repercuten en las infraestructuras. “En Groenlandia e Islandia, las infraestructuras están diseñadas para resistir el frío, lo que significa que, cuando hace calor, el deshielo puede provocar inundaciones y dañar carreteras e infraestructuras”, señaló la red científica.
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Hidrólogo paraguayo simula con éxito 30 años del curso del río Paraná con supercomputadora de la NASA
Por Lourdes Torres – Periodista - lourdes.torres@nacionmedia.com
Invitado por John Bolten, jefe del Laboratorio de Ciencias Hidrológicas de la NASA, el ingeniero Eduardo Dose Martínez, oriundo de Hohenau, Itapúa, se encuentra desde inicio de año en la NASA Goddard, centro neurálgico de la NASA para la ciencia climática, satelital y de la Tierra, ubicado en Greenbelt, Estados Unidos, estudiando el comportamiento del río Paraná. Logró simular con éxito 30 años de caudales del cauce hídrico mediante el uso de Discover, la supercomputadora de la NASA.
El hidrólogo paraguayo explicó en una charla con La Nación / Nación Media que es funcionario del sector de Hidrología de la Central Hidroeléctrica Yacyretá. Su labor consiste en estudiar los datos del río Paraná para la gestión del embalse, como el pronóstico de caudales, el pronóstico climático, la evaluación de riesgos de inundación y el análisis de factores como los fenómenos de El Niño y La Niña. Todo ello en función de la generación de energía hidroeléctrica y la prevención de riesgos.
Indicó que desde su llegada a la NASA en febrero de este año, ha tenido acceso a herramientas satelitales que permiten utilizar datos obtenidos por misiones en órbita relacionados con la precipitación, el uso del suelo y parámetros físicos en general. Gracias a ello, esperan continuar la investigación para generar pronósticos de caudales más precisos, permitiendo entender cómo responde el río a la lluvia, al uso del suelo y al clima.
“En la NASA tienen lo que llaman una constelación de satélites alrededor del planeta que están permanentemente recolectando datos climáticos, del suelo y del océano. Con esa impresionante gama de información logramos simular el río Paraná utilizando su modelo Land Information System (LIS) y datos satelitales, abarcando un periodo de 30 años. Esto contribuirá en Yacyretá a mejorar la previsión de caudales y la gestión de riesgos de inundación”, explicó.
Proyecciones a futuro
Mencionó que en el contexto medioambiental, también será posible evaluar cómo el cambio climático podría afectar la generación de energía eléctrica debido a una eventual escasez de agua. Gracias a las autorizaciones correspondientes, obtuvo acceso a Discover, lo cual le permite realizar simulaciones del río Paraná a gran escala.
“Estoy utilizando un modelo informático llamado LIS (Land Information System). Es un simulador de diversos procesos naturales; uno de ellos es el ciclo del agua. Para simular un río necesito saber cuánto llueve, dónde llueve, qué uso del suelo hay en ese lugar —qué porcentaje corresponde a bosque, agricultura, zonas urbanas o humedales—, además de variables como la evapotranspiración, el viento, la humedad y la radiación solar. Todos estos elementos determinan cuánta agua corre por un río, cuánto se evapora y cuánto infiltra hacia los acuíferos”, detalló.
Dose señaló que luego de meses de trabajo, la semana pasada logró simular con éxito el comportamiento del río Paraná desde 1991 hasta 2025, con resultados muy satisfactorios. Esto fue posible gracias a la existencia de satélites de la NASA con la resolución adecuada desde ese mismo período.
Evaluación con distintos satélites
“El trabajo que ahora estamos iniciando es el de comparar distintos satélites. Hay varios que miden la lluvia a escala global. Yo utilicé uno y obtuve los resultados que tenemos hoy. Vamos a comenzar a probar otros, como IMERGE, CHIRPS, MERRA2, entre otros, para identificar cuál se ajusta mejor al comportamiento del río Paraná. Esto nos permitirá comparar con los datos reales de caudal medidos en Yacyretá”, explicó Dose.
Agregó que trabajar con estos datos abre la posibilidad de mejorar los modelos de pronóstico y, con ellos, prever con mayor certeza las precipitaciones y el caudal del río, elementos clave para la planificación energética.
“Los satélites son progresivamente más avanzados, con sensores más especializados que nos ofrecen datos validados científicamente. Esto permitirá pronosticar cuánta agua irá al río, identificar zonas propensas a inundaciones y preparar mejor a la población. En el caso de una hidroeléctrica, también permite estimar la generación de energía”, explicó.
Simulación del cambio climático
No obstante, aclaró que aún es muy temprano para establecer parámetros relacionados con el cambio climático, ya que por ahora el equipo está centrado en calibrar el modelo para generar pronósticos de caudal a corto plazo. Sin embargo, reconoció que es un tema interesante a abordar más adelante.
Mencionó también que están tomando como referencia un estudio reciente de la Universidad de Alabama, que muestra una bajante significativa en el caudal promedio de grandes ríos, incluido el Paraná, durante los últimos 30 años.
“Ahora nos estamos enfocando en el pronóstico de caudales del río a corto plazo. Estamos probando distintos satélites que miden la precipitación para mejorar la simulación. Cuando identifiquemos el más adecuado, podremos basarnos en sus datos para pronosticar el caudal. Solo entonces podré responder con certeza sobre la viabilidad de una simulación de cambio climático”, acotó.
Ciencia al servicio de la región
El hidrólogo destacó que estos meses de trabajo representaron una experiencia única, tanto por las herramientas como por el nivel profesional de los equipos de la NASA. Expresó su deseo de que los resultados del proyecto puedan ser útiles para Paraguay y para toda la región.
“Hasta ahora, los resultados son alentadores. Estamos en el camino de seguir ajustando y mejorando, con el objetivo de ofrecer un producto útil. Considerando que la NASA busca abrir sus datos a todos los países que deseen utilizarlos, para nuestro país es clave poder contar con información que nos ayude a gestionar mejor nuestros recursos hídricos —los ríos, los acuíferos, el clima—”, concluyó.
Cooperación interinstitucional de alto nivel
El desarrollo del proyecto de investigación sobre el río Paraná en el Centro Goddard de la NASA fue posible gracias a una articulación interinstitucional de alto nivel. El grupo ISAT, conformado por la NASA, la Universidad de Virginia (UVa) y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE. UU. (USACE), junto con el financiamiento parcial del Departamento de Estado de los Estados Unidos, conformó el núcleo técnico y científico de esta iniciativa.
La gestión administrativa y la intermediación de fondos fueron asumidas por el Programa Agua de las Américas de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que actuó como puente fundamental para viabilizar la cooperación internacional.
Por su parte, la Entidad Binacional Yacyretá recibió formalmente la convocatoria y solicitud de autorización por parte de la NASA, y autorizó la participación del profesional involucrado mediante resolución del Comité Ejecutivo Binacional, con la aprobación de ambos directores —paraguayo y argentino— y el pleno respaldo institucional para facilitar su incorporación al equipo de investigación.
Debido a los buenos resultados ya obtenidos, se ha agendado una presentación final el 7 de julio en el auditorio principal de la NASA, donde se compartieron los avances del proyecto. Para esta ocasión se cursaron invitaciones a autoridades representativas de las instituciones involucradas, así como a representantes consulares de Paraguay y Argentina, entre otros.