Gracias a Twitter ubicó a su niñera luego de 13 años: la pandemia posterga su reencuentro
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Hace unas semanas atrás, Belén Villalba había realizado una llamativa publicación en su cuenta de Twitter: estaba buscando encontrar a una persona con la cual había perdido contacto hace mucho tiempo, y que significó mucho durante su infancia, porque fue quien la cuidó hasta sus 9 años de edad. Pero la joven solo contaba con un nombre y una antigua foto impresa.
El tuit lleva colgada una fotografía en la que se la ve a Belén junto a Eudelia, acompañada de un escrito que dice: “Gente de Twitter, me ayudan xfa? Estoy buscando a la persona que me cuidó desde que nací hasta los 9 años. No sé su apellido, pero su nombre es Eudelia y le decíamos Morena de cariño. Era de Paraguarí y tiene un hijo de nombre José Armando. Es la única foto que tengo con ella”.
Desde hace unos años, Belén inició una búsqueda para encontrar a Eudelia Servín, quien había trabajado en su casa, desde antes de que ella naciera y hasta que ella tenía 9 años, aproximadamente, es lo recuerda la joven, al compartir su relato con LN.
Esta era la única foto que Belén tenía de Eudelia. Foto: Gentileza.
“No entendía lo que pasó”
Fue así como, hace poco más de dos décadas, Eudelia pasó a ser una más de la familia y una persona muy especial y que marcó presencia en la vida de Belén, ya que sus padres son docentes y por ese entonces se mantenían mucho tiempo fuera de la casa, a causa de sus labores, por lo que la mujer era la que se encargaba del cuidado, tanto de ella como de su hermano.
Pero luego, por motivos personales, Eudelia decidió volver a su ciudad natal, Paraguarí, debido a que tenía una hija pequeña y necesitaba regresar junto a ella para poder criarla. “Cuando ella se fue yo tenía 9 años y no entendía lo que pasó”, explicó Belén.
Imagen actual de Edualia junto a integrantes de su familia. Foto: Gentileza.
Una llamada muy emotiva
Al principio, la búsqueda fue a través del Facebook, pero con el pasar de los meses no obtuvo resultado alguno, entonces probó suerte en el Twitter y, para su alegría, no pasaron muchos días para que tuviera noticias acerca de su apreciada amiga Eudelia, con quien finalmente logró contactar luego de 13 largos años.
Y aunque aún no se pudieron reunir personalmente, mantuvieron una emotiva conversación vía telefónica donde recordaron momentos que habían vivido en el pasado, a ratos con lágrimas de felicidad. “Se acordó de todos los cumpleaños de los integrantes de mi familia. Yo a ella le tengo mucho aprecio. Mis papás son docentes; con quien yo pasaba más tiempo era con ella, con ella me crié”, destacó.
Belén Villalba, la joven protagonista de esta historia de lazos que se eternizan desde la infancia, tiene 24 años y es de la ciudad de Luque, donde vive junto a sus padres y un hermano. Se encuentra cursando el último año de la carrera de Medicina en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA); y que una vez culminada realizará una especialización en ortopedia. De momento, este relato tiene pendiente un capítulo muy importante: el reencuentro y el abrazo de amor.
Cerro Vera, una de las grandes vistas del paisaje paraguayo
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Jorge Zárate
jorge.zarate@nacionmedia.com
Fotos: Jorge Jara
Para llegar al mirador del cerro Vera de Acahay, departamento de Paraguarí, se recorren senderos de bella vegetación, entre la que se destacan los caraguatás de gran tamaño, las flores silvestres, el aire de gran pureza. Recorriendo el área se pueden avistar los cerros vecinos, los campos preparados para cultivos, mirar la vida desde sus 348 metros de altura. Aquí un acercamiento a sus paisajes y características geológicas en la mirada de una especialista.
Los yryvu hu despliegan su plumaje negro, brillantes al sol. Parecen custodiar el paisaje imponente, el mbokajaty que se despliega en el valle y se trepa a los cerros; el camino de piedra y tierra colorada que se ve como un sendero desde la altura.
Trepar, subir la montaña, desde que el hombre es tal, tiene efectos terapéuticos, ayuda a valorar esfuerzo y consecución. Cuando se corona una cima, algo cambia para bien.
Ubicado a 130 kilómetros de Asunción, se encuentra en la compañía Pintos, de Acahay, y es uno de los espacios preferidos por jóvenes aventureros y viajeros que buscan adentrarse en el paisaje nacional.
Esta situación puede verificarse en las redes sociales, donde en pequeños videítos la gente se filma subiendo el cerro, acampando, en caminatas en familia, inclusive escalando, practicando montañismo.
ACCESO
Desde la capital se puede llegar a velocidad promedio en dos horas y media hasta el punto de entrada, que está sobre la ruta PY-18, en el tramo que une Acahay con La Colmena. El ingreso está indicado por un pequeño cartel que dice “Cerro Vera-Rubio Ñu”, aunque para más precisión se puede buscar en internet como “Entrada al cerro Vera” y obtener la guía de navegación y el mapa que lleva hasta el sitio.
Una vez allí, hay dos maneras de acceder. Se puede ir con vehículo familiar hasta un estacionamiento y después seguir la travesía a pie o, si se dispone de un 4 x 4, avanzar en un camino algo difícil que acerca hasta el mirador.
LA INMENSIDAD
Las rocas, la formación del cerro tienen una historia especial. Dice la geóloga Ingrid Godoy: “La verdad que es muy impresionante, siempre sorprende y hay cosas nuevas que nos dan una visión de lo pequeños que somos y de lo mucho que tenemos que aprender de lo impresionante que es la naturaleza”.
Lo hace mientras explica los pilancones, una formación especial que se avista en el mirador del cerro, suerte de pequeñas piletas que acumulan agua de lluvia y, al verlas desde cierta distancia, asemejan un rostro, una máscara.
“Es un ejemplo muy bueno de la fuerza de la naturaleza, del transcurrir del tiempo, porque eso se va formando por granitos de arena que se quedan en un hueco en la roca y con el paso del tiempo con ayuda del agua y del viento van puliendo la roca hasta formar oquedades que posteriormente forman estas piletas naturales”, indica.
Ingrid Godoy, geóloga. Foto: Jorge Jara
VEGETACIÓN
Las piedras tienen unas manchas muy particulares. “Son un tipo de alga llamadas líquenes que se forman en ambientes de aire puro, ya que no podemos encontrar en ambientes con aire contaminado. Entonces, eso ya es una característica de cierto tipo de lugares nada más y la vegetación también. Como estas son rocas que acumulan agua, entonces de a poquito las algas mismas van a ir evolucionando y dando origen a esta vegetación que vemos acá”.
También el verde hace su trabajo en la elevación. “La vegetación forma otro tipo de erosión, que es la meteorización biológica. Así se dice cuando las plantas mismas se van enraizando, van rompiendo la roca y formando de repente un poco de suelo también sobre los cerros”, comenta.
Allí desde el mirador se pueden apreciar dos formaciones erigidas en vertical que se escindieron del cerro Vera por obra de la erosión. “Estos son unos inselberg o iceberg de roca”, cuenta Godoy. “Aquí cerca tenemos el cerro Pa’û, donde por la erosión se fue construyendo ese paso que lo identifica, pero en este caso las formaciones quedaron un poco más alejadas”, dice.
Sobre ellos y entre las grietas vuelan y se posan los yryvu con gran señorío, se les admira la perspectiva, que apenas podemos imitar con el vuelo del drone con las imágenes de esas paredes de areniscas con cuarzos que el sol pone a brillar y que le dieron nombre a este bello cerro Vera.
UNA PRESENCIA DE MILLONES DE AÑOS
El cerro Vera está formado por areniscas del Ordovícico, característica del bloque Cordillerita y para adquirir su forma actual fueron necesarias erosiones tectónicas, fluviales y también eólicas, cuenta la geóloga Ingrid Godoy, de Geopetram E.A.S.
“Fue formado por erosión estructural, por el evento que dio origen al rift de Asunción”, una acumulación importante de sedimentos que ocurrió en el Mesozoico, hace 60-65 millones de años aproximadamente. Aunque las rocas “sobre las que estamos parados tienen una formación de entre 440 y 480 millones de años aproximadamente”, explica.
“A este tipo de estructura se le llama tepuy, una clase de meseta especialmente abrupta, con paredes verticales y cimas relativamente planas y es parecida a la del monte Roraima en Venezuela. La diferencia es que allá tiene rocas precámbricas, pero acá en el cerro Vera lo que tenemos son rocas de edad ordovícica”.
SEDIMENTACIÓN
Las areniscas ordovícicas, rocas sedimentarias, se forman en ambientes marinos a través de la acumulación y compactación de sedimentos arenosos, que luego son cementados. “O alguna vez estuvieron bajo el mar y se elevaron o la erosión fue cavando los valles”, cuenta la especialista.
El Ordovícico es el segundo sistema y período del Paleozoico en la escala temporal geológica. Sucede al Cámbrico y antecede al Silúrico. Comenzó hace unos 487 millones de años y terminó hace unos 443 millones de años. Debe su nombre a la tribu celta de los ordovicos, que vivieron en el centro y norte de Gales, lugar donde el geólogo inglés Charles Lapworth identificó este sistema en 1879.
Sigue contando Godoy que el cerro Vera está compuesto de “areniscas feldespáticas que tienen mucho mineral de feldespato, son mayormente cuarzosas de óxido de sílice, pero también tienen mucho contenido de feldespato, que es lo que le da una coloración anaranjada y también podemos encontrar de repente zonas arcillosas, capas de areniscas intercaladas con arcilla. Minerales más duros como hierro en estas formaciones no hay”.
Apunta que a pesar de ello “pueden tener algunas concreciones de hierro, de manganeso, pero a nivel superficial, no como parte de la composición de la roca”.
El cerro Vera vendría a ser una “colita” de las formaciones que se aprecian en Cordillera: “Es como una continuación hacia el sur de lo que es la cordillera. En algún momento capaz estuvieron unidos, pero por los eventos estructurales, ya sean fallas o fracturas, se separaron”, sostiene.
ALTO INTERÉS TURÍSTICO
Todavía está pendiente la declaración de reserva natural y de interés turístico del cerro Vera desde su acceso hasta la cima, que facilitaría el acceso al sitio. Hubo acciones en este sentido desde la intendencia de La Colmena, iniciativas a nivel departamental en Paraguarí, pero también se busca interesar a los legisladores nacionales para avanzar en este tema.
La declaración de monumento natural sería una forma de proteger la vegetación y la fauna del lugar, una calidad que ya tiene el cerro Acahay, lo que daría más herramientas al Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) para custodiar el lugar.
Unas decenas de hectáreas del cerro son de propiedad privada y en algún momento se llegó a prohibir el acceso a visitantes, situación que hoy en día no se da.
Vale recordar que el Código Civil Paraguayo, en su artículo 1898, indica: “Son bienes del dominio público del Estado:
a) las bahías, puertos y ancladeros; b) los ríos y todas las aguas que corren por sus cauces naturales, y estos mismos cauces; así como las aguas subterráneas c) las playas de los ríos, entendidas por playas las extensiones de tierras que las aguas bañan y desocupan en las crecidas ordinarias y no en ocasiones extraordinarias; d) los lagos navegables y sus álveos; y e) los caminos, canales, puentes y todas las obras públicas construidas para utilidad común de los habitantes. Los bienes del dominio público del Estado son inalienables, imprescriptibles e inembargables”.
Como se lee, el mismo no incorpora a los cerros, por lo que debería darse un tratamiento legislativo especial para garantizar el disfrute público del lugar de manera sostenible y respetuosa con el entorno.
Quiindy: solicitan ayuda para la bebé Milagros, abandonada en un camino vecinal
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Mientras cruzaba por una zona descampada, una mujer escuchó el llanto de un bebé y, tras seguir el sonido, se encontró con una recién nacida envuelta en una pequeña manta. Este hecho se registró en la compañía Potrero de la localidad de San Roque González de Santa Cruz, en el departamento de Paraguarí.
La pequeña fue nombrada Milagros y continúa internada. El director del Hospital de Quiindy, el doctor Pablo Acosta, comentó que necesitan de la solidaridad de las personas para los pañales y alimentos de la pequeña.
La bebé fue rápidamente auxiliada por los vecinos, quienes la trasladaron al Hospital de Quiindy, donde la ingresaron de urgencia para los chequeos necesarios, teniendo en cuenta que había estado expuesta a la humedad y las bajas temperaturas.
Según el informe médico, la pequeña habría nacido solo hacía unas horas cuando fue hallada y aún tenía parte de su cordón umbilical y restos de placenta. La misma se encuentra estable y saludable en líneas generales.
Los médicos estiman que habría cumplido las 38 semanas de gestación cuando se dio su nacimiento y que la madre habría tenido un desarrollo normal del embarazo, atendiendo que la bebé pesa 3.300 y no presenta ninguna dificultad para respirar ni tragar.
“La pequeña está estable; hasta el momento presenta un estado de salud óptimo, buenos reflejos y capacidad de succión normal. Le estamos sometiendo a un tratamiento de luminoterapia atendiendo las condiciones en que fue hallada y aguardamos los resultados de los análisis complementarios para descartar cualquier cosa”, explicó el director del centro asistencial, en conversación con Telefuturo.
Camión perdió los frenos e impactó contra un automóvil y una casa
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Una familia del barrio Mbarambure de la ciudad de Luque se llevó un susto luego de despertarse porque un camión tumba impactó contra su vehículo que se encontraba estacionado y fue arrastrado hasta llegar al interior del patio.
Según manifestó el conductor del camión de gran porte, el cual a su vez estaba cargado de arena, habría llegado hasta la parte superior de la pendiente de la calle, pero en un momento dado perdió el control del vehículo y los frenos le fallaron, por lo que empezó a retroceder sin poder detenerse.
Finalmente y a pesar de las maniobras del chofer, el camión terminó impactando contra un automóvil de la marca Toyota, modelo FunCargo de color negro, que se encontraba estacionado frente a una vivienda. Este fue arrastrado varios metros hasta ingresar al patio de la casa, donde finalmente el impacto logra ser frenado por parte de la casa.
“El conductor manifestó que aparentemente fue una falla mecánica, que trató de no chocar otras casas por lo que terminó impactando el vehículo y la casa. Afortunadamente, no había nadie por la calle en ese horario ni ninguno de los propietarios del vehículo se encontraba en el interior del mismo”, comentó el oficial Juan Mora en conversación con Canal Trece.
Ahora los propietarios de la vivienda esperan que el conductor o la empresa para la cual trabaja se haga cargo de los destrozos de la fachada de su vivienda y el de su vehículo, ya que quedó aplastado y prácticamente inutilizable.
Luque: roce entre vehículos terminó en amenaza y un choque
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El roce de una motocicleta con un automóvil sobre la calle 7 de octubre de la compañía Isla Bogado de la ciudad de Luque derivó en una fuerte discusión entre los conductores de ambos vehículos, la cual escaló hasta el punto en que uno de ellos amenazó al otro con un arma de fuego.
Todo lo ocurrido quedó registrado en imágenes de circuito cerrado, donde se puede observar como, tras el aparente roce accidental de ambos vehículos, el conductor del automóvil frena y desciende del mismo, enfrentando al motociclista. La discusión inclusive escaló al punto en que se dieron amenazas con un arma de fuego, según la denuncia.
Al percatarse de la llegada de otro automóvil que circulaba por la zona y no podía pasar porque la riña obstaculizaba el paso, ambos sujetos se retiraron en medio de gritos y abordaron sus respectivos vehículos, siguiendo su camino.
Todo apuntaba a que el incidente de violencia culminaría así, pero unas cuadras más adelante se puede ver en la grabación de otro circuito cerrado como el automóvil sigue a la motocicleta y choca contra ella en varias ocasiones hasta que termina sacándola del camino.
El conductor del biciclo maniobró de manera brusca para evitar caer, pero terminó subiendo abruptamente sobre la vereda; posteriormente, el conductor del automóvil se da a la fuga. A raíz de este actuar peligroso, el motociclista realizó la denuncia correspondiente a la comisaría jurisdiccional y entregó las imágenes de circuito cerrado como prueba.
Ahora los investigadores se encuentran cotejando los datos obtenidos para lograr dar con el conductor del automóvil y continuar con la investigación para aclarar lo ocurrido y determinar el grado de responsabilidad de cada uno de los conductores en el hecho.