El Instituto Nacional del Audiovisual Paraguayo está a solo un paso de ser realidad en la práctica. Para el 2022 buscan asignarle su primer presupuesto que ahora está siendo elaborado por un equipo encabezado por Christian Gayoso, quien hace una semana fue nombrado como su flamante director ejecutivo.

Un sueño del sector audiovisual se va volviendo realidad. Tras casi dos meses de proceso de selección, el ministro de Cultura, Rubén Capdevila, designó al director del INAP, a partir de una terna que fue conformada por la Junta de Calificaciones.

Gayoso conoce la realidad local y se especializó afuera, ahora llega al cargo más importante que tiene el Estado para este rubro, y explicó a La Nación cuáles serán los ejes de su gestión.

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-¿Cómo recibís la responsabilidad de ser el primer director de una institución tan anhelada por el sector?

-Si pensara en lo personal, tal vez ahora mismo estaría sintiendo una revuelta en el estómago por la responsabilidad tan grande, pero desde que tomé la decisión de postularme al cargo me convencí de que mi visión no debía apartarse en ningún momento de lo colectivo, incluso al valorar el desafío de ocuparlo. Hoy siento mucha tranquilidad al saber que estaré respaldado por el Consejo Nacional del Audiovisual Paraguayo y que este estará compuesto por expertos del sector público y de las organizaciones civiles del sector.

-¿Cuál es la primera medida que tenés que tomar como director para poner en funcionamiento el espacio?

-Una vez establecido el Consejo lo más urgente es presentar y conseguir la aprobación del presupuesto del INAP, de tal manera a solicitar su inclusión en el Presupuesto General de la Nación del ejercicio 2022. Posteriormente, en lo que resta de este año en el cual aún no contaremos con presupuesto, será importante avanzar en la firma de acuerdos marcos con otras instituciones públicas y privadas, nacionales e internacionales, para el fomento y desarrollo de algunos eslabones de la cadena de valores de la industria audiovisual, como ser en lo concerniente a la formación de los profesionales del sector. En ese sentido, ya tengo avanzadas algunas líneas de acción que fueron presentadas en mi propuesta de plan de gestión, durante la postulación.

-¿Qué misión tiene el instituto y qué planes tenés para llevarla a la realidad?

-La misión del instituto es promover la consolidación del sector audiovisual y el crecimiento de la cultura cinematográfica nacional. Ese es el objeto de su creación según lo señala la Ley 6106/18, “De fomento al audiovisual”. En tal sentido, el INAP debe fomentar y proteger toda la cadena de valores de la industria, que contempla la formación, el desarrollo, la preproducción, la producción, la postproducción, la distribución, la exhibición y el archivo. Para conseguirlo, mi propuesta de plan de gestión se desarrolla sobre tres ejes principales: la formación académica y profesional del sector, la construcción de una identidad audiovisual y el rescate y archivo fílmicos. Sobre estos pilares tenemos acciones concretas para la generación de público mediante estrategias de distribución y exhibición, la articulación con otras instituciones para facilitar fondos y ayudas más importantes para las producciones nacionales y coproducciones generadas desde las productoras locales, entre otros objetivos más.

-La última década fue posiblemente la más productiva del audiovisual paraguayo. ¿Por qué se dio eso y cómo se puede apuntalar ese proceso?

-Personalmente no creo en los milagros, pero sí creo en los procesos milagrosos. Previo a este salto hubo mucho trabajo de base. Realizadores y realizadoras con mucho talento que posicionaron sus obras y a nuestro país en lo más alto de festivales de cine de clase A en el mundo, como Cannes o la Berlinale. Mucha gente que llevaba décadas peleando por la promulgación de una ley de cine que formalizara esta industria artística y cultural. Todo ese trabajo previo sirvió para que en un punto específico diéramos el salto en taquilla, que fue la confirmación definitiva de que el público paraguayo comenzaba a mirar con otros ojos las producciones propias, y sin dudas hay películas que marcaron ese momento bisagra, como son “Libertad” y “7 cajas”. Estos pioneros lo hicieron todo a mucho pulmón. Ahora tenemos un escenario mucho más favorable con una ley que nos permite articular el sector público y privado para favorecer al audiovisual nacional, y convertirnos en un país atractivo para atraer producciones extranjeras, considerando nuestra ubicación geográfica, nuestra baja carga impositiva, una población con un bono demográfico estimado hasta el año 2045. Toca fortalecer todas estas virtudes y construir sobre nuestras carencias para ser eficientes internamente y atractivas ante las miradas de afuera.

-¿En qué sentido es importante la presencia del Estado en el desarrollo de la industria audiovisual?

-La presencia del Estado es importante no solamente para la generación de fondos públicos concursables, también lo es para establecer políticas públicas que brinden ordenamiento y garantías al desempeño industrial del audiovisual, hablamos de establecer las reglas de juego para todos los actores intervinientes: artistas, técnicos, productores, directores, inversores, etc., y ser regulador y garante para mantener la armonía en los sistemas de trabajo.

-En el ambiente hay dos miradas respecto a lo que se debe hacer: más formación o grandes producciones… ¿hacia cuál de estas miradas se inclinará tu gestión?

-Ambas posiciones son de abordaje imperioso. Las producciones deben ser fortalecidas teniendo como referencia la cantidad por año antes del INAP y del FONAP (Fondo Nacional del Audiovisual Paraguayo). Esa cantidad debe incrementarse porque habrá un fondo aplicable, y también por una urgencia de reactivación económica que necesita el sector y el país entero por consecuencia de la pandemia. En cuanto a formación, como ex becario del programa nacional de becas Becal, sé por experiencia el gran cambio que representa en la vida profesional y personal realizar una carrera de posgrado en el extranjero. A más del conocimiento, se tejen relaciones humanas que funcionan para futuros emprendimientos profesionales. El networking.

La resolución de designación fue entregada por el ministro de Cultura, Rubén Capdevila. (foto: gentileza)

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