Otorgan el Premio Cervantes 2024 al español Álvaro Pombo
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El escritor español Álvaro Pombo fue distinguido este año con el Premio Cervantes, el más prestigioso de las letras en castellano, por su “extraordinaria personalidad creadora”, anunció ayer martes el ministro español de Cultura, Ernest Urtasun. “Álvaro Pombo ha creado aquello que define a los grandes escritores, un mundo literario propio, imperecedero e imprescindible, que conmueve y que conduele”, indicó Urtasun al leer el fallo del jurado, que quiso ensalzar en esta edición a este veterano autor por su “extraordinaria personalidad creadora, su lírica singular y su original narración”.
Nacido en 1939 en Santander, en el norte de España, Pombo es un prolífico autor con una obra diversa construida a lo largo de cinco décadas de publicaciones de varios géneros, atravesadas sin embargo por una mirada muy personal donde es frecuente la ironía y el humor. “A su notabílisimo nivel como poeta y ensayista se une el ser uno de los grandes novelistas de nuestra lengua, que indaga en la condición humana desde las perspectivas afectivas de unos sentimientos profundos y contradictorios”, resaltó Urtasun al leer la valoración del jurado que presidió Luis Mateo Díez, ganador del Cervantes el año pasado.
Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid, y con estudios posteriores en Londres, Pombo hizo su debut literario en 1973, al publicar todavía desde Inglaterra “Protocolos”, un poemario que había escrito en los años sesenta. Un año después llegaría “Variaciones”, por el que recibió el premio El Bardo para poetas nóveles.
En 1977 publicó el libro “Relatos sobre la falta de sustancia”, doce cuentos por donde desfilan una serie de originales personajes. Aunque a partir de entonces prestaría más atención a la narrativa, Pombo jamás abandonaría completamente la poesía.
Sus novelas le valdrían numerosos reconocimientos, como el primer Premio Herralde que conquistó con “El héroe de las mansardas de Mansard” (1983), donde traza la historia de una familia de la alta burguesía santanderina, o el Premio Nacional de Narrativa que se llevó en 1997 por “Donde las mujeres”.
Miembro de número de la Real Academia Española de la Lengua desde hace dos décadas, su exitosa faceta como novelista le dio también populares reconocimientos como el Premio Planeta en 2006 con “La fortuna de Matilda Turpin” o el Nadal de 2012 por “El temblor del héroe”.
Con un fugaz paso por la política con un partido centrista ahora desaparecido, Pombo, conocido por su irónico aire bohemio, ha seguido cosechando reconocimientos como el Premio Francisco Umbral 2023 por su novela “Santander, 1936″, basada en una historia real en los meses previos al estallido de la Guerra Civil española.
Con una dotación de 125.000 euros (unos 132.000 dólares), el Cervantes es, sin embargo, el premio más prestigioso de las letras en lengua castellana. El galardón se entrega cada 23 de abril, aniversario del fallecimiento de Miguel de Cervantes, en la Universidad de Alcalá de Henares, localidad cercana a Madrid donde nació en 1547 el autor de “Don Quijote de la Mancha”.
Durante una ceremonia solemne, el galardonado recibe el premio de manos de los Reyes de España, Felipe VI y Letizia, en el paraninfo de la universidad.
Desde que se empezó a otorgar en 1976, la distinción ha recaído en autores como Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges, Mario Vargas Llosa, Camilo José Cela, Guillermo Cabrera Infante, Álvaro Mutis, Ana María Matute, Eduardo Mendoza, Carlos Fuentes, Nicanor Parra, Sergio Ramírez, Cristina Peri Rosi o Rafael Cadenas.
El año pasado el ganador fue el novelista y ensayista español Luis Mateo Díez, con el que se recuperó brevemente la costumbre de alternar a autores de ambos lados del atlántico en el palmarés. Esta tradición, ya alterada en las últimas ediciones, volvió a romperse ahora con la designación de Pombo, que encadena de nuevo a dos premiados españoles.
El hallazgo interesa especialmente a los científicos porque demostraría que las mujeres tuvieron un papel destacado dentro de la cultura Caral, dijo el arqueólogo David Palomino. Foto: AFP
Hallan restos de una mujer de élite de la primera civilización de América
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Arqueólogos anunciaron ayer jueves el hallazgo de los restos de una mujer que vivió hace unos 5.000 años y habría pertenecido a la élite de la civilización Caral, una de las más antiguas del mundo que se asentó en el norte de Perú.
El hallazgo interesa especialmente a los científicos porque demostraría que las mujeres tuvieron un papel destacado dentro de la cultura Caral, dijo a la prensa David Palomino, director del equipo de investigadores a cargo del descubrimiento.
La momia fue localizada en diciembre en la antigua ciudad pesquera de Áspero, que por años funcionó como botadero de basura antes de ser declarada sitio arqueológico. Palomino exhibió un video y fotografías de los restos bien conservados de la mujer, con parte del ajuar funerario.
“Lo que se ha mostrado corresponde a una mujer que al parecer tendría un alto estatus, sería una mujer de élite”, dijo el científico a la AFP al término de una presentación en Lima. Palomino resaltó que la momia “ha preservado su piel, parte de las uñas, el cabello y el propio envoltorio”.
Análisis
El entierro fue hallado en la Huaca de los ídolos, en el marco de la exploración que desde 1996 realizan arqueólogos dirigidos por la peruana Ruth Shady. Los análisis bioantropológicos preliminares indican que los restos recuperados corresponden a una mujer de entre 20 y 35 años, de 1,50 metros de estatura y que portaba un tocado en la cabeza que representaría su estatus alto.
El cuerpo estaba envuelto con varias capas de tejidos diversos y con “un manto de plumas de guacamayo”, un ave de la Amazonía, dijo Palomino. Junto a la mujer se encontró un ajuar funerario de pequeños objetos, como un pico de tucán, un cuenco de piedra y una cesta de paja que se exhibieron este jueves en la sede del ministerio de Cultura en Lima.
Desarrollada entre los años 3000 y 1800 antes de Cristo, la civilización Caral es considerada la cultura madre de América. Está ubicada en el valle de Supe, 182 km al norte de Lima y a unos 20 km del océano Pacífico. Caral fue declarada patrimonio cultural de la Humanidad por la Unesco en 2009.
Diez obras y autores fundamentales de la literatura paraguaya
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Paulo César López
paulo.lopez@nacionmedia.com
Fotos: Gentileza/Archivo
Con motivo del Día del Libro, que se recuerda el próximo 23 de abril, el escritor y docente Victorio Suárez comparte lo que a su criterio son los 10 libros fundamentales de la literatura paraguaya y de por qué considera que estas obras y sus autores merecen figurar en este sitial.
Transcurrido el primer cuarto del siglo XXI, ya es posible mirar en retrospectiva y hacer una valoración del camino andado, en este caso respecto a la creación literaria. Si bien en principio la intención fue ceñirse a este periodo, Suárez considera que hay fuentes e influencias de la segunda mitad del siglo pasado que no pueden omitirse.
Por ello, al lado de obras de las últimas dos décadas y media aparecen nuevamente autores clásicos como Augusto Roa Bastos y Elvio Romero, que desde la narrativa y la poesía dejaron un legado que sigue vigente.
Estos son, pues, los diez títulos fundamentales de la literatura paraguaya, con sus respectivos autores, de acuerdo al especialista en las letras nacionales.
–¿Cuáles les parece que son los diez libros capitales de la literatura paraguaya de este siglo?
–Hay mucho más de diez libros capitales, pero trataré de ceñirme a los diez libros que considero son los más importantes de la literatura paraguaya. En esto tengo que incluir a escritores, críticos y poetas que vinieron a partir del cuarenta, obviando (arbitrariamente) a aquellos autores y obras novecentistas y quienes aparecieron en ese intermedio de 1900 a 1940. No obstante, puedo enumerar cuanto sigue:
1. “YO EL SUPREMO” (1974, NOVELA)
–¿Podría hablarnos brevemente de cada una de las obras y por qué las escogió?
–Creo que estos autores fundamentales de la literatura paraguaya abrieron un amplio diafragma para la incursión literaria en nuestro país. Augusto Roa Bastos (1917-2005), por ejemplo, como hijo legítimo del cuarenta, comenzó escribiendo poesías, luego pasó a la narrativa. En ese sentido, su mejor libro fue “El trueno entre las hojas”, obra que expone esa vertiginosa presencia de hechos esenciales en medio de soledades tan extremas como aquel “Pedro Páramo”, de Juan Rulfo, donde la ficción se incorpora a la realidad como el brazo ejecutor de la obra. Esos “carpincheros” de Roa son como luces que caminan en las sombras, destellando una poesía permanente, inquieta, total. Sin embargo, en “Yo el supremo”, obra de difícil lectura, el escritor no renuncia a sus raíces poéticas y construye una montaña sobre la historia y los personajes del Paraguay, destacándose sobremanera la imagen del doctor Gaspar Rodríguez de Francia, genio inspirador, decidido y de carácter difícil en una novela donde el tiempo es ayer y también se puede considerar como hoy. Con esta obra Roa logra el Premio Cervantes de Literatura en 1989 y él mismo manifestó que no le resultó fácil escribir, que le llevó una década de escritura e investigación. Estimo que, por el momento, la escritura literaria está liviana, agredida por los medios electrónicos, se mantiene casi en estado neutral, hecho que nos lleva a creer que una obra como la de Augusto Roa Bastos seguirá siendo un clásico insuperable.
2. “LOS INNOMBRABLES” (1959, POEMAS)
El otro de esta apretada lista es Elvio Romero (1926-2004), probablemente el máximo poeta del Paraguay y uno de los más emblemáticos de Hispanoamérica y el mundo. Merecía el Cervantes de Literatura, pero no fue así. Dejó una impresionante cantidad de laureados libros. No obstante, creo que “Los innombrables” (1959) es una de sus producciones de mayor calidad estética y de denuncia, apuntando siempre con detallada sinceridad hacia el sistema opresor. Por su militancia política, casi toda su obra se desarrolla en el exterior y recibió elogios de grandes escritores como Nicolás Guillén y Rafael Alberti, a quienes también él admiraba sin disimulo. Se trata, probablemente, del poeta paraguayo de mayores y mejores recursos expresivos. Nunca olvidó sus “llanuras natales” y en todas sus obras late el compromiso fuerte, los deseos de libertad, la denuncia directa hacia las injusticias que, en realidad, nunca cedieron en Hispanoamérica y menos en nuestro país.
3. “POEMAS DE UN MUNDO EN BRUMAS” (1950, POEMAS)
También apunto el nombre de Elsa Wiezell (1926-2014), poeta y autora de una impresionante cantidad de libros. Su voz poética sigue siendo una de las mejores de la literatura del Paraguay e Hispanoamérica. Amó la poesía y vivió cada día como poeta. Creativa, visceral, amplia, su “mundo en brumas” es la más clara expresión de la poesía que ya comenzaba a tomar fuerza en aquella década del cincuenta, que produjo probablemente el repertorio poético más logrado del Paraguay. Poesía existencial, voz de incertidumbre, tanteos estéticos para capturar aquello que nos aprisiona a cada paso marcan la semblanza de esta gran poeta que habló con fuerza quemante sacudiendo los ánimos y volviendo febril todo el ámbito que nos rodea.
4. “ARCÁNGELES EBRIOS” (1964, POEMAS)
En 1960 aparece la voz poética fundamental de aquella promoción: Roque Vallejos (1943-2006). Fue una expresión saturada de belleza, soledad y desesperación. Después de su primer y celebrado libro, “Pulso de sombra” (1961), llega una serie de poemas en “Los arcángeles ebrios” (1964), obra en la que logra desenterrar la patética elucubración al mirar un mundo cambiante. En ese contexto, nuestro país ya sentía en su epidermis la consolidación del sistema dictatorial que castigó a todos. Con un trabajo inteligente e impecable, Vallejos logró entender los tramos de la creación en Paraguay dando a conocer su libro “La literatura paraguaya como expresión de la realidad nacional”, importante radiografía para conocer nuestro proceso literario. Más allá de “Los arcángeles ebrios”, llega en formato opúsculo “Poemas del Apocalipsis”, probablemente conteniendo los mejores poemas escritos en Paraguay.
5. “PASO DE HOMBRE” (1963, POEMARIO)
Otro escritor de irradiaciones supremas fue Francisco Pérez Maricevich (1937-2022), crítico riguroso, narrador y poeta. En su segundo poemario “Paso de hombre”, recibió halagos de Josefina Plá, gran protagonista del acontecer literario del Paraguay en aquellos años difíciles. Coincidimos con ella al exponer la incursión de nuestro poeta al territorio de la existencia y a las profundidades del ser, donde se trata de hallar respuestas para enfrentar la realidad del tiempo que se vive. Afanosamente directo en su proyección poética, este libro es un alivio que nos lleva a tocar con alas nuevas la misma existencia tantas veces descompaginada por crueles arrogancias y falta de creencia.
6. “ESPANTADIABLOS” (2006, POEMARIO)
Otro poeta de singulares aciertos y calidad expresiva fue Jacobo Rauskin (1941-2024). En 2007 recibió el Premio Nacional de Literatura por su obra “Espantadiablos”. Se trata de un poeta de lenguaje universal y muy cercano a todo lo que palpita en el mundo. Rauskin sella connotaciones precisas a sus versos, vaciándolos de cualquier exceso y apostando por las honduras del alma. Precisamente allí el poeta lucha contra su propio desencanto.
7. “HIJOS DE LA REVOLUCIÓN” (2019, NOVELA)
“Hijo de la revolución” es uno de los tantos títulos que dio a conocer una de las más prolíficas escritoras del Paraguay, Maribel Barreto (1936-2022). Por esta obra obtuvo el Premio Nacional de Literatura y fue, además de crítica en literatura, una excelente representante de la vida creativa. En la novela de referencia, una vez más, aparece la certera imaginación de la autora, que ya venía incursionando en la investigación de los vericuetos políticos de la vida nacional. Aquella revolución, emparentada con la del 22, aparece en todo el esplendor imaginativo de la autora, que condensa muy bien los ingredientes que llegan con una sublevación, entre ellos, el abuso en todo sentido. Antes de su fallecimiento, se dedicó con intensidad a la escritura, ofreciendo libros de gran valor sobre los autores nacionales, especialmente en ese emblemático ensayo crítico titulado “Visión de dos décadas de literatura paraguaya en el siglo XXI”.
8. “EL PELUQUERO FRANCÉS” (2008, NOVELA)
“El peluquero francés” es una de las mejores novelas de Guido Rodríguez Alcalá (1946), destacado intelectual, poeta y periodista perteneciente a la promoción del 70. En varias obras de carácter histórico, el autor de esta novela indagó de manera puntillosa en la historia del Paraguay y de ella emergieron otras memorables obras, pero es en “El peluquero francés” donde se puede percibir un desprendimiento del hecho histórico tal como nos cuentan los manuales de historia. Si bien transcurre en un tiempo relacionado al pasado paraguayo, en esta obra el autor expone y logra la atención del lector con la llegada de Elisa Alicia Lynch al Paraguay y la amistad necesaria de esta con Jules Berny, un antiguo amigo a quien volvió a encontrar. Es una obra en la que no faltan los detalles de aquellos años políticos por estos lares de supervivencia extrema.
9. “EL TEXTO IMPOSIBLE” (2023, POEMARIO)
“El texto imposible” es un poemario de Moncho Azuaga (1952), que en 2023 recibió el Premio Nacional de Literatura. Se trata de una obra que expresa el sentir más sincero del poeta. Probablemente, algunos pensaron que renunciaría a su palabra contestataria, casi exteriorista, como diría Ernesto Cardenal. Pero Moncho siguió en lo mismo para decirnos lo que somos y quiénes son aquellos que siguen con el fusil cargado en este largo peregrinaje que resulta confuso, extremadamente peligroso, amargo, letal.
10. “MANUAL DE ESGRIMA PARA ELEFANTES” (2012, RELATOS)
Finalmente, “Manual de esgrima para elefantes”, de Javier Viveros (1977), un escritor de feliz aparición en la literatura nacional. Si bien el material recoge experiencias de una estadía del escritor por el continente africano, su escritura es atrapante y nos lleva al deleite de leer su trabajo. Desde los primeros tramos, Javier ofrece no solamente su capacidad creativa, sus ganas de invención, presenta también la buena escritura, correctamente diseñada para lograr su objetivo. Es en la actualidad no solamente el más promisorio, sino también el de mayor caudal literario en la cuentística nacional. Su calidad queda demostrada en varios libros que el escritor viene presentando regularmente.
–¿Por qué le parece que estos autores son especialmente importantes?
–Creo que cada uno logró el propósito de crear una buena literatura y, por supuesto, abrir la senda para otros escritores nacionales. Se han comprometido grandemente, y eso es muy difícil en Paraguay. Despojarse de todo lo innecesario, soñar y actuar solidariamente es una actitud que requiere valentía, capacidad creativa y conocimiento. Todos estos autores entendieron, saben perfectamente esta situación.
–¿Algo que desee añadir que no le haya preguntado?
–Sí. Hablamos de diez libros fundamentales y yo creo que existen mucho más. Hay nombres que no podemos pasar por alto, aunque a veces al nombrar uno olvida a ciertos poetas, escritores y ensayistas. No obstante, voy a ofrecer mi reconocimiento y admiración a tantos más: Teresa Méndez Faith, una mujer que hizo visible la literatura paraguaya desde sus cátedras de literatura en una universidad norteamericana. Asimismo, publicó cerca de cuarenta libros sobre autores nacionales, con exhaustivos análisis sobre la literatura paraguaya. Debo recordar también a la escritora Raquel Saguier, que falleció tempranamente, pero dejó una novelística brillante. Por otra parte, tenemos a Luis María Martínez, el máximo poeta social del Paraguay; José Luis Appleyard, poeta místico por excelencia; Rubén Bareiro Saguier, Carlos Villagra Marsal, Carmen Soler, Nila López, Juan Manuel Marcos, Jorge Canese, Alcibiades González Delvalle, Osvaldo González Real, Renée Ferrer, Feliciano Acosta, Milia Gayoso, Andrés Colmán Gutiérrez, Bernardo Neri Farina y los integrantes del Taller Ortiz Guerrero: Mario Rubén Álvarez, Delfina Acosta, Amanda Pedrozo, Ricardo de la Vega, Mario Casartelli, Osmar Sostoa, Miguel Ángel Meza, Susy Delgado, Jorge Gómez Rodas y los más actuales: Gloria Muñoz, Chiquita Barreto, Blas Brítez, Genaro Riera, Gabriel Ojeda, Maricruz Méndez Vall, Ulises Viveros, Alicia Rizzi, Gloria Marecos, Mía Luján Duarte Quintana, Sebastián Ocampos, Julio Benegas Vidallet, Alberto Sisa, Ricardo Loup. Puede seguir un poco más la lista y te darás cuenta que tenemos mucho más. De todos modos, creo en una veintena de libros fundamentales y más de treinta escritores y poetas imprescindibles.