El músico Quincy Jones, que produjo a grandes artistas como Michael Jackson y Frank Sinatra, murió a los 91 años, reportó la prensa norteamericana este lunes. Su fallecimiento fue confirmado por su agente Arnold Robinson, en un comunicado que no especificaba la causa de muerte, según medios locales. Extrovertido y sociable, personificó una parte de la historia de la música: de adolescente fue amigo de Ray Charles, director musical para Dizzy Gillespie, arreglista para Ella Fitzgerald y encabezó la última gran actuación de Miles Davis, que se transformó en el álbum “En vivo de Miles & Quincy en Montreux”.
Este hijo de Chicago produjo desde a Aretha Franklin hasta a Celine Dion, y desató un terremoto cultural al lanzar la carrera solitaria del joven Michael Jackson, un matrimonio musical que produjo “Thriller” y cambió el pop para siempre. “Quincy lo ha hecho todo. Ha sido capaz de plasmar su genialidad en cualquier tipo de sonido”, declaró el pianista de jazz Herbie Hancock a PBS en 2001.
‘Otra madre’
Quincy Delight Jones Jr. nació el 14 de marzo de 1933 en Chicago. Su madre sufría esquizofrenia y fue internada cuando era niño. Quincy y su hermano Lloyd crecieron en condiciones difíciles con su abuela en Louisville. Al llegar a la preadolescencia volvió a Chicago para vivir con su padre, carpintero para la mafia. “Quise ser mafioso hasta que cumplí 11″ años, dijo Jones en 2018 en un documental que retrató su carrera, dirigido por su hija, la actriz Rashida Jones.
“Uno quiere ser lo que ve, y eso era todo lo que veía”, afirmó. Luego de mudarse a Seattle con su hermano, Quincy descubrió su habilidad con el piano en un centro recreativo, y la historia de amor empezó. “Encontré otra madre”, escribió en su autobiografía de 2001.
Jones comenzó tocando en pequeños locales. Escribió su primera composición y desarrolló habilidades para los arreglos musicales y la trompeta. Conoció a Ray Charles -futuro pionero del blues y el bebop- tras una actuación, y el dúo se volvió un pilar de la música local. Jones estudió brevemente en el Berklee College of Music en Massachusetts, antes de unirse a las giras de Lionel Hampton y mudarse a Nueva York, donde se dio a conocer como arreglista de famosos que incluyeron a Duke Ellington, Dinah Washington, Count Basie y, claro, Charles.
En la década de 1950 se fue de gira a Europa. Fue la segunda trompeta de Elvis Presley en “Heartbreak Hotel” y formó un dúo con Gillespie durante varios años antes de mudarse a París en 1957, donde estudió con la legendaria compositora Nadia Boulanger. Recorrió Europa con varias orquestas de jazz, pero se dio cuenta de que la fama y el talento no se monetizaban automáticamente.
Endeudado, Jones se pasó al lado empresarial del negocio de la música, consiguió un trabajo en Mercury Records, donde alcanzó el puesto de vicepresidente. “Cuando se trataba de realmente controlar una disquera y la música, no eran personas negras las que lo controlaban”, dijo Hancock. “Teníamos las manos atadas”. “Quincy (...) abrió la puerta”, sostuvo.
Jones trabajó también en Hollywood, en shows de televisión y películas. Escribió sus propios éxitos, como “Soul Bossa Nova”, mientras realizaba arreglos a un ritmo vertiginoso para decenas de estrellas de la industria musical. Trabajó con Sinatra, arreglando la más famosa versión de “Fly Me To The Moon”, y forjó una relación personal y musical con el cantante hasta su muerte. Jones fundó un sello discográfico, una revista de hip-hop y produjo el famoso programa de televisión “El Príncipe de Bel-Air”, que hizo saltar a la fama a Will Smith.
Llevó a Oprah Winfrey a la pantalla grande al presentársela a Steven Spielberg, quien la reclutó para actuar en la película “El Color Púrpura”, por la que fue nominada al Óscar. Apoyó a Martin Luther King Jr y a causas humanitarias en África. Reunió a decenas de estrellas del pop para cantar el clásico “We Are the World”, para recolectar fondos contra la hambruna en Etiopía en 1985.
Soñar en grande
La intensa vida personal de Jones no se quedó rezagada en comparación con su carrera. Se casó tres veces y tuvo siete hijos. Sufrió varios descalabros de salud, incluyendo un casi mortal aneurisma cerebral en 1974, tras el cual dejó de tocar la trompeta.
Jones dijo haber sufrido una “crisis nerviosa” en 1986 por exceso de trabajo, y en 2015 estuvo en coma diabético y tuvo un coágulo masivo de sangre que lo llevó a dejar el alcohol. Entre las figuras más condecoradas del mundo del espectáculo, obtuvo prácticamente todos los premios más importantes de la industria, incluyendo 28 Grammys. También obtuvo un Emmy, un Tony, y un Óscar honorario.
Con un gran festival al aire libre que arrancará a las 17:00, el Centro Cultural La Chispa celebrará hoy once años de actividad como referente de la autogestión, el arte independiente y la organización comunitaria en Asunción.
Música, arte y feria se fusionarán sobre la calle Garibaldi, entre Palma y Presidente Franco, en el casco histórico de la ciudad.
El emblemático espacio cultural ha preparado para su aniversario una cartelera musical amplia y diversa, con la participación de artistas consagrados y emergentes; el line up destaca a Arcoíris Analógico, Chico Plastic, Guten, Mi Sueño Póstumo, Ojo Salvaje, 4lly, Los Ollies, Lizza Bogado, Mocasinos, Il Ragazzo y Dominika.
ARTE Y FERIA
Se contará igualmente con intervenciones artísticas y visuales de Envidia Metenés, Culto Visual, El Ojo Salvaje, Bruno Magín y el dúo Sasanuma + Miliki, en una propuesta que amalgama música, performance y arte urbano.
La jornada incluirá también una feria en la calle, donde se reunirán editoriales independientes, proyectos autogestivos y emprendimientos locales, reafirmando el espíritu colaborativo que caracteriza al espacio.
Óscar “Cachorrock” Sanabria, considerado uno de los padres fundadores del Rock nacional, sufrió un infarto y necesita ayuda para someterse a una cirugía. Foto: Gentileza
Piden ayuda para Cachorrock, entrañable maestro de la guitarra
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Amigos y familiares del reconocido guitarrista Óscar “Cachorrock” Sanabria, uno de los padres fundadores del rock nacional, hicieron un llamado a la solidaridad. El músico sufrió un infarto al corazón y se encuentra internado en el 5º piso, sala 534, del Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS) donde se lo puede visitar.
Para reponer su salud requiere la colocación de un stent que tiene un costo de entre 6,5 y 7 millones de guaraníes. Además, la intervención requerirá de una guía intracoronaria, un catéter y un balón.
La operación tendrá lugar apenas se consigan estos materiales de alto costo. Para ayudar a la familia a conseguir se puede contribuir a la cuenta del Banco Itaú de su hijo Óscar Gustavo Sanabria Gómez a la que se accede con el alias 3549035.
La familia planteó el caso ante la Fundación de IPS buscando algún apoyo económico, pero todavía no obtuvo respuesta.
Pasión por la música
Recordaba el periodista Mario Rubén Velázquez en el artículo “Los Rebeldes salen del encierro y la censura” de aquellos inicios del Rock en el país: “Cuenta “Cachorrock” que en 1974 conoció a Chester Swann en el escenario del ex cine Quinta Avenida, en el Primer Festival de Rock & Roll de Paraguay, y que entonces se volvieron amigos inseparables durante décadas. Ambos guitarristas armaban –junto con Thompson, Velázquez y otros amigotes– maratones de discusiones sobre historias, poesía y filosofía, en medio de riffs y porros bien armados.
“Con Roberto y Chester teníamos una banda. Con Justy conformaron otro grupo. Roberto se integraba a todas las bandas. Él era muy versátil y podía tocar sin ensayar. Era increíble. Roberto tocaba en las orquestas. Eran muy profesionales”, memora.
Recordaba también: “Su padre le regaló su primera guitarra a la edad de 15 años. Algo impensable en otros hogares, en donde la música y el fútbol eran visto como de “gente haragana”. Mi viejo era diferente, leía mucho y me compraba discos de Los Beatles, Creedence, Little Richard, Monkees. Yo los escuchaba con mis pequeños amigotes del barrio con un tocadiscos a pilas”, recuerda.
Cuando iba al colegio que quedaba en Nuestra Señora de la Asunción y Tercera conoció a Nicodemus Espinosa, el hoy humorista Nico, y a Carlos Storm, “quien tenía una discoteca y compraba discos de King Krimson, Jimmy Hendrix, Pappo Blues, Led Zeppelin y un sinfín de otros discos que escuchábamos todos los días”, desgrana.
Cuando niño, los fines de semana “iba al cine a ver y escuchar a Elvis, quien protagonizaba películas de camioneros y cantaba sus temas de Rock & Roll, y en Radio Paraguay en los años 60 ya sonaban Los Beatles”.
Para contactos se puede escribir y llamar a los teléfonos 0985 649027 (Óscar, hijo), 0983 950651 (José, hijo) o 0976 587527.
El 2026 será el año en que viajar por música se convierta en el nuevo lujo. Los grandes escenarios del mundo se preparan para hacer vibrar a miles de fanáticos con experiencias inolvidables.
Sin Bandera conquistará corazones en febrero
El dúo romántico Sin Bandera llegará a Paraguay el 21 de febrero de 2026 para presentar su “Escenas Tour” en el SND Arena de Asunción. El espectáculo comenzará a las 20:00 y promete un recorrido por sus grandes éxitos y nuevas canciones. Las entradas están disponibles en Tuti, con precios que van desde G. 600.000 hasta G. 1.500.000. El SND Arena se prepara para recibir a miles de fanáticos en una velada que combina nostalgia y emoción. Sin Bandera vuelve a los escenarios paraguayos con una propuesta que celebra la música y los recuerdos compartidos.
Cosquín Rock, la cita imperdible en Córdoba
Después del éxito de su 25° aniversario con más de 110.000 asistentes, Cosquín Rock prepara su próxima edición en el Aeródromo Santa María de Punilla, Córdoba, Argentina, los días 14 y 15 de febrero de 2026. Las entradas ya están disponibles y pueden adquirirse en puntos oficiales y online. El festival promete volver a reunir a los artistas más convocantes del rock nacional y experiencias únicas para los fanáticos. La adrenalina y la música en vivo regresan a las montañas cordobesas en un plan imperdible para este verano.
Gira ‘Loop tour’ de Ed Sheeran
Después de nueve años, el fenómeno británico Ed Sheeran regresa a Perú para ofrecer un concierto único el 20 de mayo de 2026 en el Estadio Nacional de Lima. Sus fanáticos podrán disfrutar de sus grandes éxitos en vivo, en una noche llena de emoción y energía. Las entradas ya están disponibles en Ticketmaster.pe. Este esperado regreso promete ser uno de los conciertos más memorables del año en la capital peruana
Rock in Rio Lisboa 2026 promete una edición épica
La cuenta regresiva para el Rock in Rio Lisboa 2026 ya ha comenzado y los primeros nombres anunciados para este gran evento prometen una edición inolvidable. El festival, que celebrará su undécima edición los días 20, 21, 27 y 28 de junio en el Parque Tejo de la capital portuguesa, ha confirmado a Linkin Park y Katy Perry como dos de sus grandes cabezas de cartel, junto a artistas como Pedro Sampaio, Calema y Napa.
“La esencia de la música es la conexión entre el creador y el público”
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Fotos: Mariana Díaz
En este “Expresso” a puro canto y guitarreo, Augusto dos Santos recibe al cantante misionero Marcelo Gabriel, quien repasa el inicio de su carrera musical en los fogones en las estancias, pasando por sus primeros shows tras ganar popularidad en las redes y su etapa profesional en los espectáculos en vivo. En contraposición al panorama sombrío respecto a los riesgos que supone la inteligencia artificial para los derechos de autor, Marcelo Gabriel destaca las puertas que abre esta tecnología para hacer más asequibles los procesos de producción y grabación, así como los ingresos por las reproducciones a través de las plataformas.
–¿Cómo empieza lo de tu gen musical?
–Qué linda pregunta. Arranca en casa, yo traigo esto de mi papá, de su influencia. Siempre yo hago un comentario. Por más de que él haya oficialmente en la etapa que yo crecí dejado la música, la música nunca lo dejó a él porque él seguía tocando en casa. Agarraba el teclado, la guitarra, de repente un acordeón y eso me influye durante toda mi infancia hasta que un día yo no aguanto más y le digo “papá, necesito aprender”.
–Aprendiste con qué instrumento en principio.
–Mi primer instrumento fue el teclado. Papá me mostró el teclado y me dejó jugando con eso y ahí hice mis primeras armas.
–¿Cuál es la música que te formó en este camino?
–Al crecer en Misiones, en San Miguel básicamente hago mi vida, pero me relaciono con todas las otras ciudades. Y ahí hay esa conexión con el folclore litoraleño. Yo crecí entre chamamés, sambas. Me acuerdo que uno de mis mejores amigos, que se llamaba Iván, me mostraba los festivales de Jesús María. Nos juntamos en su casa a ver esos festivales. Nosotros éramos seguidores de los grandes, de Soledad Pastorutti, El Chaqueño, Quemil Yambay, Contrapunto, Generación, crecimos con ese tipo de mezcla.
–Misiones es una región extraordinaria, es la única región que tiene nombre y apellido, porque vos sos San Miguel Misiones, San Juan Misiones, San Ignacio Misiones, y el otro tema es que no solamente tiene que ver con el litoral probablemente, tiene que ver también con la cultura de estancias, donde hay mucho de eso de mezclar chamamé, chacarera y compañía.
–Es la famosa música de fogón, que se defiende con una guitarra. Imaginate que yo a estas alturas de mi carrera artística me doy cuenta de la importancia que tiene eso. El poder agarrar una gran canción, defenderla con una guitarra que suene en un ambiente así y que vos te vayas con esa canción en la cabeza. Es lo que te marca ese tipo de ambientes. Y después también te lleva a analizar que esos son los ingredientes que tiene que tener una gran canción.
PERSIGUIENDO UN SUEÑO
–Y encontraste entonces inspiración en ese contexto y después tu siguiente momento fue venir a aprender música más formal en Asunción, ¿verdad?
–En ese deseo que yo tenía de perseguir la música, como papá y mamá me veían, entonces ellos me dicen “tenés que ir a estudiar al conservatorio, no te quedes sin esa oportunidad”. Me mandan al Ateneo Paraguayo, hago cinco años del profesorado ahí. Yo salía de San Miguel a las tres de la madrugada, llegaba en el colectivo a las 7 de la mañana, tenía piano con Manuel Domínguez, a las 8 de la mañana teníamos clases de apreciación musical, estudiábamos toda la historia de la música, 10 de la mañana tenía otra materia y a las 11 práctica coral. Una cosa hermosa que me dio las oportunidades de estar ahí. Y también estudié guitarra clásica en la misma época con Violeta de Mestral, que es la que me da los dedos.
–¿Qué te parece que tiene que mejorar en la escuela de música en Paraguay?
–Yo creo que lo académico tiene que enlazarse con la parte artística del vivo, de la música en vivo. Eso es lo que siempre le reclamé a la academia.
Marcelo Gabriel, cantautor y productor
–¿Cuáles fueron los referentes de tu vida que te marcaron?
–Yo escuchaba mucho cuando estudiaba en la Facultad de Derecho a la generación de Charly García, bandas como Serú Girán, donde estaban Pedro Aznar, Lebón y todo eso. Y eso me inspiró mucho. Y eran canciones. Yo siempre estuve muy cautivado por las grandes canciones. Y entonces me conectaba con la historia de ellos, yo me ponía a leer las biografías.
–¿Y te recibiste de abogado?
–Yo soy abogado por la UNA (Universidad Nacional de Asunción). No llegué a litigar. Tengo el título y todo eso, pero no ejercí, pero me dediqué a la música a partir de ahí.
UNA DEUDA SALDADA
–Háblame un poco de “Tengo tu mirada”, por favor.
–“Tengo tu mirada” conecta con lo que estábamos hablando. Era una deuda que yo tenía de escribir una canción para mi papá. Yo siempre tenía a mi papá en el sentimiento, pero me faltó siempre decirle “papá, te amo y te quiero mucho”. Hablábamos con lekaja, soñábamos juntos, hasta que salió esta canción que dice así... (momento musical).
–Maravilloso… Luego llega una etapa en tu vida en la que te convertiste en un personaje más público.
–Total. Yo creo que una de mis pasiones también siempre fue el ver para dónde va la cuestión. En esa época se abría internet. Y decía ¿por qué no canto y no subo esto? Después me venían los pedidos. Como veían esos videos, llegaban los pedidos. Eso me llevó a tocar a un montón de lugares. Mis primeros fans salían de esa dedicatoria y después te recomendaban otra vez.
–Luego llega la pandemia y nos arrebatan nuestra rutina. Probablemente vos mismo estabas en una etapa de crecimiento.
–Fue un momento complicado, porque nosotros veníamos tocando en eventos, habíamos tenido como una subida de shows en bodas recuerdo muy bien. Teníamos agendado todo el año, teníamos todo eso y cae. Nosotros milagrosamente nos encontramos en aquella época con Sol y dijimos “vamos a transmitir en vivo”. Yo recuerdo una siesta cuando estábamos arrancando la pandemia, conecto a Facebook y tenemos 600 personas. Y digo ¿qué tal si nos ponemos a cantar en vivo? Nos conectamos, le pusimos horario, viernes 22 horas y hacíamos un espacio que se llamaba “Viernes de peña”, donde no solo había gente de Paraguay, sino que se empezó a hacer una comunidad latina, gente de Venezuela, de toda Latinoamérica. Y tanto así que nosotros hicimos 178 ediciones de “Viernes de peña” a puro corazón, porque nos cambió la vida. Después de la pandemia toda la comunidad quería tenernos en la casa y no encontramos con las familias que no conocíamos, nos encontramos con fans, era un sentimiento hermoso.
–¿Y qué pasó después de la pandemia con la experiencia en internet?
–Creció el formato. Nosotros hemos arrancado entre dos, después teníamos ya una banda. Lo que nosotros hicimos fue ir todas las semanas a grabar al estudio y subir el video a YouTube, porque estaba explotando el canal. Entonces, teníamos el primer video que llegaba ya a 10 millones (de reproducciones).
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
–En algún momento dijiste que uno no puede volverse fan de una IA. ¿Qué te suscita esto que está pasando en este momento?
–Yo creo que la IA viene a cambiar y a revolucionar la música. Uno, viene a democratizar la producción. Antes el quid de la cuestión era llegar a un estudio. No es lo mismo grabar en tu zona con el pibe que aprendió ayer que grabar con el productor que está nominado al Grammy. ¿Qué viene a hacer la IA? Viene a cambiar el paradigma. Te viene a decir “vos tenés la posibilidad de escuchar cómo sonaría con una producción increíble y yo te voy a dar la idea por 5 % del valor que te saldría el productor”. Eso está ocurriendo ahora ya, está revolucionando todo porque la IA se alimenta de toda la base sonora que ya existe y te tira la referencia. Entonces, a mí me llevó ahora a acelerar mi proceso creativo, de tener una canción, de decir ¿cómo sonaría esto en el estudio? De ahí trabajar con mi músico, de decirle “tomá esto de referencia, quiero que vuele tu creatividad”, pero ya avanzamos mil veces más rápido. Y sobre los artistas de IA, yo creo que no hay creación sin creador. Si no hay esa cara visible, es difícil. La esencia de la música es la conexión entre el creador y el público.
–No descarto que en 50 años más todo lo creado por el hombre sea una cuestión de nicho que va a costar más caro, pero por el momento cuesta un poco adaptarse a ver un cantante que en realidad no existe y que canta canciones que sí existen.
–Encima estamos teniendo una revolución en dos ámbitos, en el ámbito de video y de música. Y los dos se mezclan y vos no sabés cuál es real. Yo coincido contigo. Yo creo que vamos a llegar a la experiencia y la IA va a ser baratija y lo caro va a ser la experiencia humana, el que pueda llevar la experiencia humana y al contacto real. O sea, la canción puede sonar increíble en el estudio, pero si no la podés defender en vivo, te quedaste hasta ahí. Ahora vos podés crear una canción en fracción de segundos, pero también cómo llevar esa canción al mundo vivo va a ser el gran tema.
Marcelo Gabriel, cantautor y productor musical
UN OFICIO A TIEMPO COMPLETO
–Quería preguntarte ¿cómo ves el negocio de la música y si es posible vivir de ella?
–Yo recuerdo bien que le dije a papá “estoy ganando la plata en esto”. Me acuerdo de cuando arrancaba, le dije que tengo la intuición de que acá hay algo que es grande. Tanto así que me encuentro un día con una frase de Quincy Jones que dice ¿cuál es el producto que está colocado en todos lados y sonando al mismo tiempo? La música, en el súper hay música, al acostarse hay música, está en todos lados. Entonces, yo ahí digo “es cierto, la música está en todos lados”. Tengo que aprender de este negocio. Ahí aprendo todo el negocio de la distribución digital, de los derechos, de lo que son los derechos del autor, de los negocios de publishing. Me puse a estudiar, hice todo un curso ahí. Entonces dije “bueno, si quiero vivir de esto, tengo que entenderlo al 100 % y desarrollarme”. Ahí es que yo aprendo a desarrollar el catálogo, me doy cuenta de que estamos en el mejor momento de la música.
–¿Por qué?
–Porque digitalmente el control de la música es mucho más eficiente que antes. Antes tenía que hacerse por monitoreos de repertorio de dónde sonaba. Ahora si vos escuchás mi música, un fragmento, me llega a mí el centavo de dólar. Significa que me escuchan allá en Tanzania y me va a llegar el centavo de dólar. Entonces vos recogés de todos lados y ese es el negocio. El mundo digital cambió todo. Entonces, ahí yo empecé a vivir en la música, también de decir “esto que construí en el tiempo de las grabaciones que hice, lo que yo invertí ahí, me tiene un retorno en el mundo digital” y por eso también te da la gana y la pauta de desarrollarte como artista. Porque es una inversión increíble. Vos estás trabajando en grabar en estudio, en hacer audiovisual, toda una producción que te sale también. Entonces, la respuesta es sí, se puede vivir en la música.