Por David Sánchez, desde Cannes (Francia), X: @tegustamuchoelc (*)

Con producción de la mexicana Pimienta Films, “Emilia Pérez” es la única cinta que representa a Latinoamérica en la competición oficial de Cannes 2024. El director francés Jacques Audiard nos sorprende con una audaz y única incursión en el género musical con esta cinta que explora la transformación de un narcotraficante en una mujer trans.

Audiard, conocido por su habilidad para abordar temas complejos y emocionales (“Un profeta”, “París, distrito 13, “De óxido y hueso”, “Dheepan”), logra aquí un equilibrio entre lo brutal y lo femenino sin que resulte chocante para el espectador. La música juega un papel crucial, envolviéndonos en un manto que nos permite sobrevolar algunos de los defectos más evidentes del film.

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Audiard aborda esta historia con un enfoque moral más que judicial, alejándose de los tribunales y centrando su narrativa en la transformación personal y la redención. La trama sigue a Manitas del Monte, un poderoso narcotraficante que desea cambiar de sexo y de vida. La abogada Rita, interpretada por Zoe Saldaña, es secuestrada y encargada de encontrar al mejor y más discreto cirujano para realizar esta transformación y desaparecer bajo su identidad anterior. A partir de aquí, la película nos lleva a un viaje inesperado lleno de revelaciones y desafíos.

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Uno de los aspectos más discutidos de la película son las actuaciones de dos de sus protagonistas, Zoe Saldaña y Selena Gomez. Saldaña, quien interpreta a Rita, la abogada, ofrece una actuación que se siente rígida y carente de vitalidad, mientras que Gómez, en el papel de la esposa del narcotraficante, tiende a la sobreactuación, entregando cada línea con una intensidad desmedida que resta credibilidad a su personaje. Sin embargo, el formato de musical permite que estas debilidades sean menos prominentes, ya que las escenas de canto y baile en contextos inverosímiles son una parte aceptada del género.

Karla Sofía Gascón, por otro lado, ofrece una actuación magistral como Emilia Pérez. Su interpretación es convincente y profunda, logrando que el público se sumerja en la complejidad emocional de su personaje. Gascón encarna a una mujer trans que, habiendo sido un narcotraficante despiadado, empieza a sentir una creciente sensibilidad y culpa. Su transición, tanto física como emocional, está retratada con una autenticidad que conmueve.

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La música, compuesta por Camille y Clément Ducol, es uno de los puntos fuertes del film. Las letras de las canciones no están ahí por casualidad; transmiten las intenciones del cineasta y reflejan los temas de cambio corporal y social. La coreografía fluida y la dirección de Audiard añaden una capa de sofisticación a la narrativa, creando un producto final que, aunque puede parecer manufacturado, lo hace en el mejor sentido posible, apuntando a deleitar al espectador.

El film ha sido recibido con entusiasmo en el Festival de Cannes 2024, posicionándose como una de las favoritas en las quinielas para llevarse el premio Palma de Oro. Se sabrá si ha ganado el próximo sábado 25 de mayo, pero independientemente del resultado, esta obra ya ha dejado una marca significativa en el festival, destacándose como un ejemplo de que los artistas consagrados, como Audiard, tiene que reformularse para no aburrir.

* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.

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