En conmemoración de su aniversario, el Museo Nacional de Bellas Artes invitó al público a participar en “El robo del siglo”, un proyecto que fusionó la memoria histórica con un taller de creación, los días 17 y 18 de febrero, en que cinco artistas reinterpretaron las obras maestras que fueron robadas del museo en el año 2002.
Más de 700 personas tuvieron la oportunidad de presenciar en vivo el proceso creativo de Victoria Bedoya, Leticia Casati, Masha Liachovitskaya, Anna Scavone y Camila Cadogan. Los presentes pudieron observar cómo cada una de ellas, con su estilo único y perspectiva personal, dieron vida a las piezas que homenajean a las originales. Además, interactuaron con las creadoras para conocer su visión sobre las obras y el hecho histórico.
La muestra central de las obras se llevará a cabo el 22 de marzo reuniendo las obras reinterpretadas por las artistas. La exposición permanecerá abierta al público durante un tiempo, permitiendo que un mayor número de personas tengan la oportunidad de apreciar las obras resultantes.
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El proyecto contó con el apoyo de la escritora y poeta Bea Bosio, quien colaboró en la recopilación de datos y el proceso de producción de las obras. Además, el director de Museos de la Secretaría Nacional de Cultura, el arquitecto Christian Ceuppens, estuvo presente durante la actividad para responder preguntas sobre el proyecto.
“Robo del Siglo” se realizó en el marco del aniversario del Museo de Bellas Artes y formó parte de las actividades del Museo Vivo (MUVI). Este proyecto, impulsado por la Dirección de Museos de la Secretaría Nacional de Cultura, busca promover la participación del público en los museos y fomentar la creación de nuevas experiencias culturales.
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Carmen Dora, su pintura y el legendario 121
- Por Toni Roberto
- tonirobertogodoy@gmail.com
Este domingo, Toni Roberto nos lleva hasta el alma de una vieja casa de la calle Tte. Ruiz, del barrio Las Mercedes, donde habitaba la pintora Carmen Dora Pérez, una artista que hoy, después de más de una década de su partida, es redescubierta por la investigadora, antropóloga y artista Fátima Martini. Inspirado en ello, el autor de estas páginas hace un recorrido imaginario por su obra en el legendario pequeño coche de esta mujer paraguaya del siglo XX.
Tengo una sola manera de mirar la obra de Carmen Dora Pérez (1930-2011); sentado en su antiguo Mazda 121 de los años 70, recorriendo con ella y su madre Mamá Dora, su eterna copiloto, los barrios de Asunción. Los que tuvimos el privilegio de conocerla y alternar por varios años podemos visualizar su pintura de otra manera, desde la inmaculada subjetividad que nos dan los afectos, aquellos imborrables que nos regaló ella, gracias a una ciudad que en aquellas décadas era muchos más lenta y que nos daba la posibilidad de sumergirnos en lo que hoy, en el siglo XXI, llamamos “glocalidad”.
“Carmen Dora, ¿podés dejarme en la parada del 30?” o “¿te vas a ir a la muestra en Magíster, nos podemos ir contigo?” son los vagos recuerdos que me quedan de aquellos maravillosos años 80, cuando nos conocimos en la vieja casita de madera del IDAP (Instituto para el Desarrollo Armónico de la Personalidad), al que llamábamos naturalmente la casita del TEI.
En largas clases de pintura con Olga Blinder, se notaba quién seguía al pie de la letra las instrucciones y también quiénes no, como Carmen Dora y yo, que junto a otros formábamos esa rebelde cofradía. Cuando Fátima Martini me presentó el delicado trabajo de rescate de su obra contenida en unas páginas digitales, esa ventana de la notebook se convirtió en la misma de aquel autito celeste de cuatro puertas que parecía preparado para un viaje con la familia Picapiedra. Mujeres, mujeres y más mujeres, como ella, una generación que nació entre los quehaceres del hogar de una tradicional ama de casa y la determinación de llevar tareas independientes como lo hizo ella a partir de la decisión de dedicarse a la expresión tomando varios talleres de arte.
CARMEN DORA Y LA LIBERTAD DE LAS PALOMAS
Todas las féminas retratadas por Carmen Dora tienen mucha personalidad. Tal vez desde una mirada chagalliana, congeladas en el tiempo, recordando a muchas de su generación que vivían a caballo entre la opresión y la potente libertad que dan las palomas que aparecen y desaparecen en sus obras. En el recorrido en el legendario coche, llegamos a sus arquitecturas y a sus particulares flores que, después de ver tantas damas retratadas por ella, con una mirada a “no sé dónde”, me recuerdan a la primera pintora paraguaya Ofelia Echagüe Vera de Kunos, tal vez rescatada de las enseñanzas de Blinder, quien fuera alumna y vecina de aquella adelantada mujer paraguaya del siglo XX, dibujante, pintora y educadora.
Todo ello me lleva a buscarlas en esas casonas, en esas flores, en esas naturalezas. Tal vez, conciente o inconcientemente, siempre estarán ahí, en cada una de esas puertas, de esas ventanas, en cada pétalo de las flores de algunos de sus jarrones, en la torre de alguna de sus iglesias o simplemente en la tensa quietud de sus fugaces palomas decididas a volar a quién sabe dónde.
El viaje en el 121 terminó. Llegamos a su casa, a una angosta pero extensa cuadra de la calle Tte. Ruiz, del barrio Las Mercedes, tratando de seguir recorriendo la obra de Carmen Dora Pérez, que hoy nos sorprende al redescubrirla en la tercera década del siglo XXI desde un rincón de la ciudad de Asunción.
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El arte indígena gana protagonismo en la decoración de interiores
La Nación del Finde conversó con Gustavo Gauto García, fundador del espacio Popore junto con César Centurión, sobre el auge de la decoración con artesanía de los distintos pueblos nativos del Paraguay. Contó que cuando su local nació, en el año 2017 y de forma online, si bien había gente que incorporaba arte indígena y arte popular en sus ambientaciones era una minoría en comparación con la tendencia que se está dando en estos últimos años.
“Este auge repercute directa y positivamente en las familias de artistas que viven de este trabajo y mantienen un legado ancestral” (Gustavo Gauto García, gestor cultural y creador del espacio Popore).
“Desde Popore, al crear la marca, quisimos que las obras no se vean nada más como piezas expuestas en pedestales. El trabajo fue exhibir de una manera que se acerque más al cotidiano de las personas, en una sala, en el comedor, en la habitación y de esta manera se pueda apreciar de cómo podrías utilizar, por ejemplo, un cesto Mbya Guaraní, dando ideas al cliente”, señaló.
LEGADO ANCESTRAL
Dijo que hoy en día muchos arquitectos, decoradores y empresarios del rubro inmobiliario optan por el arte indígena y popular para la identidad de sus espacios. “De esta manera más personas consumen lo nuestro y es algo que nos pone superfelices, ya que esto repercute directa y positivamente en las familias de artistas que viven de este trabajo y mantienen un legado ancestral”, celebró.
Al hablar de arte indígena, Gustavo destacó las creaciones de los Mbya Guaraní en todo lo que es cestería, fibras planas para enmarcado (cuadros) y tallas en madera. En el bagaje de los Aché se pueden hallar tallas en madera de cedro con dibujo pirograbado, una de las piezas más solicitadas, y pantallas en fibras naturales que son enmarcadas para cuadros.
Entre tanto, los Ishir, Manjui y Ayoreo proponen telares en karaguata, cada comunidad con su propio sello de identidad; aparte de las tallas en madera de rae y todo lo que es arte plumario. Por su parte, los artesanos del pueblo guaraní occidental sobresalen por sus máscaras que son utilizadas en rituales y fiestas, pero que también lucen maravillosas como ornamentos en distintos espacios contemporáneos.
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A una pista de skate sumaron un sitio para compartir música, salsa y poemas
- Por Dolly Galeano
- dollygaleano@gmail.com
- Ciudad del Este. Agencia Regional
Si quieres aprender a bailar salsa, a sacar tus ganas de dibujas, pintar, o a escuchar poesía, música, Jardín Espacio Cultural es un centro donde se comparte arte en sus variadas expresiones en medio de tragos y picadas. Nació de la necesidad de contar con un lugar donde compartir entre artistas y el público que disfruta del arte, según sus mentores. Hablan que es Ciudad del Este y dejan de lado la frase “no parece CDE”.
En el lugar desarrollan talleres propios como también reciben propuestas de gente que tenga una idea o un proyecto que quiera ejecutar, para la cual proveen la infraestructura y el conocimiento para ayudar en lo que pueda ser posible. Es lo que explicó a La Nación/Nación Media, Marcelo Cardozo, uno de los creadores del proyecto.
“Tertulia de poemas nuevos”, “Noche de salsa”, “Dibujo y birra. Vení a dibujar con buena música”, y “Vinyl Sessions”, con discos sobre clásicos del rock, rock argentino, bossa y otros, son algunas de las propuestas compartidas.
Las clases de salsa son con un maestro cubano Pablo Mestre. El local está ubicado en el barrio Boquerón, abierto de martes a sábado desde las 17:00.
“Desarrolla talleres propios, pero también reciben propuestas de gente que tenga un proyecto que quiera ejecutar, facilitándole toda la infraestructura y el apoyo para materializar la idea”.
MÁS PROPUESTAS
El espacio artístico cumplió un año y nació a partir de una pista de skate, ya que el grupo creó primero un sitio para la práctica del skteboarding y luego ver que era necesario algo más. La casa venía funcionando desde octubre de 2022 con los jóvenes de Once42 (Grupo de Skate) cuando se suma Marcelo Cardozo para incorporar arte y así se creó Jardín Espacio Cultural. La primera actividad oficial fue el “Taller de murales” el 15 y 16 de abril de 2023.
“Venimos activando cada vez más en diferentes áreas. El año pasado se sumaron los chicos de Folk Bier, cerveza artesanal hecha en Ciudad del Este y se encargan de atender la cantina. Todos juntos trabajamos en todas las actividades, siempre que cada uno esté disponible”, refirió Cardozo. Se trata de un rincón donde van alternando emprendedores, cada uno con sus proyectos, sumándose a la propuesta central del sitio, tanto en ideas culturales como gastronómicas.
EN CADA ACTIVIDAD, CARAS NUEVAS
Sobre la respuesta del público al proyecto, Marcelo Cardozo dijo que “es bastante positiva” y que se dieron cuenta de una particularidad: “Es que con cada actividad que realizamos vemos caras nuevas, de todas las edades; solemos recibir comentarios de gente que se sorprende al conocer el espacio, también la apertura en darnos ideas o contarnos de sus proyectos para trabajar en conjunto”.
“Una frase que escuchamos siempre es ‘no parece Ciudad del Este’ y les decimos que sí es Ciudad del Este, porque es la única casa con estas características”, remarcó Marcelo Cardozo, enfatizando que cuentan en un solo lugar con la pista de skate y un centro cultural donde no solo se puede disfrutar viendo o escuchando, sino haciéndolo.
ESCUELA DE SKATEBOARD
Sobre la pista de skateboarding, los socios iniciales son José López, Edward Muñoz, Rubén González y Osni Corrêa Filho. “Todo empezó por la necesidad de contar con una rampa o pista pequeña particular donde poder practicar el deporte después del horario laboral, que cada uno de los amigos pueda ir a disfrutar en un espacio seguro”, contó Cardozo.
Encontraron la casa ya disponible con un tinglado en el fondo donde construyeron la primera rampa con sus propias manos y, más tarde, habilitan la escuelita de Skate, donde se enseña a practicar el deporte a partir de los 5 años.
Para el aniversario de la pista, en noviembre de 2023, se concluyó la construcción dentro del tinglado contando con una pista bajo techo, hecha en madera, de 360 metros cuadrados, destacó Marcelo Cardozo, acotando que es la única con techo dentro del país.
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Marcos Díaz, actor paraguayo que se capacita en tierras mexicanas
- Por Paz Godoy
- paz.godoy@nacionmedia.com
- Fotos: Gentileza
El actor paraguayo Marcos Díaz, de 34 años, se formó como actor en el Taller Integral de Actuación (TIA) de Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori. En sus años de experiencia, ha trabajado como actor, guionista, director, entre otros. El pasado mes de marzo se estrenó la película “Desesperadamente Sara”, cinta escrita y dirigida por Díaz.
El artista, además de tener experiencia en las tablas y en audiovisuales, es tiktoker. En el perfil de esta red social suma más 120.000 seguidores y comparte contenido de comedia o comentarios sobre algún tema de actualidad.
Recientemente se viralizó su comentario sobre la miniserie de Netflix basada en hechos reales, titulada “Secuestro del vuelo 601″, pues esta historia en vida la realizaron unos paraguayos, pero en la ficción la protagonizan unos actores argentinos, situación que Díaz lamentó.
–¿A qué se debe tu viaje a México?
–Vine a México a ver cómo está la cosa en el rubro audiovisual y artístico en general, tomar talleres y ver la posibilidad de quedarme un tiempo por acá a seguir formándome como profesional.
–¿Cuánto tiempo estarás por tierra azteca?
–Me quedo un tiempito más, vuelvo a Paraguay a grabar un proyecto que me tiene muy entusiasmado (pronto se van a enterar). Organizar algunas cosas y luego ya venir a México a instalarme un buen tiempo, esa es la idea.
–¿A qué edad te llegó el llamado de la actuación?
–La verdad que tanto la actuación como el canto y arte en general, me empezó a atraer desde muy chico, desde la escuela, siempre participando en todas las obras, festivales, intercolegiales de canto, etc. ¡Desde los 5 años!
–¿Cómo inició tu incursión en los medios?
–Empecé en el rubro por medio del teatro, escribiendo obras y empezando a dirigir. Ahí conocí gente con la que luego emprendería proyectos audiovisuales. A la par empecé a hacer asistencia en casting para publicidades, y desde ahí fui creciendo, haciéndome conocer de a poquito en las productoras y demás, hasta que al final me metí de lleno y terminé trabajando en televisión como guionista, director y casting.
–¿Podrías comentar algunas de tus experiencias como actor?
–Como actor tengo más experiencia en teatro que en audiovisual. Estuve en obras infantiles, comedias musicales y también en obras propias en donde el desafío es mucho mayor. En audiovisual estuve en cortometrajes y participaciones en TV. En realidad en el rubro audiovisual mi trabajo era mucho más detrás de cámara.
–Además de la actuación, ¿a qué más te dedicás?
–Soy guionista y dramaturgo, también hago dirección de casting, dirección de ficciones, me tocó dirigir unos años en TV nacional, pero siempre a la par escribiendo mis propias obras de teatro y proyectos propios audiovisuales.
Tenés presencia en redes, ¿cómo fue para dar este paso como creador de contenido?
–Lo de las redes sociales realmente me divierte mucho. Ya que mi contenido siempre lo trato de encarar hacia la comedia, mostrando un poquito de mi esencia y mi humor. Es muy grato saber que hay gente que la pasa bien y a la cual puedo sacar una sonrisa con eso. Hoy en día estando solito y lejos, también debo decir que hacer contenido en redes me hace sentir un poco más acompañado.