Elenco de la película basada en la guerra de la Triple Alianza titulada “Ignacio: Mi tierra, Mi sangre” celebró el cierre de su rodaje en un salón de eventos asunceno, el martes último. El elenco estuvo acompañado de algunos uniformados, pues este proyecto audiovisual contó con el apoyo de las Fuerzas Militares.
La dirección estuvo a cargo de Dan Morínigo y Giselle Machado; la película relata la vida de un niño de 12 años que combatió en la guerra grande. El protagonista de la cinta es Ezequiel Báez, quien interpreta a Ignacio, otras personalidades que hacen parte del elenco son: Mario Toñanez, Martín Oviedo, Lourdes Torres y más.
El adelanto del filme nacional se estrenó a mediados de agosto, la cinta llegará a los cines en mayo del 2024. “Es una película que fue declarada de interés nacional por parte de la Honorable Cámara de Senadores y de interés artístico por la Honorable Cámara de Diputados del Paraguay”, según informó la productora “Su imagen”.
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Sinopsis
Paraguay en 1870, Ignacio, un niño de 12 años, que vive en un pequeño pueblo de Piribebuy durante la guerra con su familia. Su papá, un soldado y maestro escolar del pueblo, su madre como maestra reemplazante cuando estalla la guerra.
En medio de la contienda, Ignacio se separa de su familia, debe enfrentar el horror de la guerra y sobrevivir en un entorno trágico y peligroso, pero su determinación por encontrar a su familia lo mantiene vivo y le da la fuerza para seguir luchando. Su mamá se une a la caravana en busca de su hijo desaparecido, enfrentando los desafíos y peligros de la guerra para reunirse con Ignacio.
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Orgulloso heredero de un nombre que marcó su historia
Descendiente de don Carlos Antonio López, el ilustrador argentino Francisco Solano, homónimo del mariscal paraguayo, vuelve a obtener el reconocimiento por su trabajo, 14 años después de su muerte, al popularizarse la serie argentina protagonizada por Ricardo Darín.
- Por Jimmi Peralta
- Fotos Gentileza
El pasado 30 de abril tuvo su estreno a través de Netflix la serie “El Eternauta”, convirtiéndose rápidamente en tendencia global al alcanzar el primer puesto en reproducciones entre las realizaciones en español dentro de la plataforma. Se trata de una producción argentina basada en la historieta de igual nombre, publicada en el vecino país en su primera entrega entre 1957 y 1959 a través del suplemento semanal Hora Cero, con guion de Héctor Oesterheld (1919-1977) y dibujos de Francisco Solano López Fontaine (1928-2011).
Esta coincidencia de nombre con el mariscal paraguayo no es una mera casualidad, pues se trata del tataranieto del primer presidente constitucional del Paraguay, don Carlos Antonio López, y bisnieto de Venancio López. Fue en honor al máximo héroe paraguayo que sus padres, Carlos Antonio López Blomberg y Carmen Fontaine, lo hicieron heredero del nombre Francisco Solano, una marca que atravesó su historia familiar y que en las últimas semanas resonó nuevamente, evocando a la vez el origen de este sello que lo vincula con el Paraguay.
“Mi padre tenía mucha ilusión de hacer por lo menos una historia, aunque no fuera completa, del mariscal y me encargó a mí escribirla”, comenta Gabriel Solano López, guionista e hijo de López Fontaine.
LA GUERRA DEL PARAGUAY
El dibujante de “El Eternauta” y de un sinnúmero de publicaciones más trabajó a fines de los 70 en la historieta “La guerra del Paraguay”, con guion de su hijo Gabriel, quien habló con La Nación/Nación Media sobre la figura y el legado dejado por su padre.
“La historia se concentró en el último periodo de la guerra, cuando el mariscal estaba en medio de la selva, escapando, intentando que no lo descubrieran en su odisea con 400 supervivientes. Entonces, un poco nos concentramos en ese periodo porque mi padre tampoco tenía tiempo porque estaba con sus compromisos editoriales, entonces a poco podía proyectar una historia así a largo plazo”, explica Gabriel Solano López.
La historieta realizada entre padre e hijo marca una mirada respecto a la historia no popularizada en el vecino país. El material fue varias veces reeditado. “Ambos disfrutamos mucho de ese trabajo. Lo disfrutamos mucho porque hemos sido muy estudiosos de la guerra del Paraguay para hacerlo, mi padre por orgullo y yo también. Lo hicimos a partir de un historiador que en su momento fue muy popular en Argentina, que era José María Rosa”, agrega.
NARRATIVA
La narrativa predominante en el vecino país respecto a la contienda, conocida en Paraguay como guerra contra la Triple Alianza, estaba marcada por el sesgo justificador de la acción de los aliados, pero la mirada de Rosa no coincidía de pleno con ella. “Con respecto al mariscal, en principio mi opinión era, como la de mi padre, con ese orgullo de nuestra ascendencia y por el carácter heroico del mariscal y de cómo murió también, eso fue realmente un espectáculo muy bárbaro. Pero ya con el tiempo fui cambiando mi perspectiva”, explica el guionista.
Gabriel Solano López está cerca de cumplir 50 años de vida en España, donde lo llevó en principio su padre luego de rescatarlo de la prisión en el contexto de la dictadura militar argentina, la que se cobraría la vida del guionista de “El Eternauta”, Héctor Oesterheld.
UN TRABAJADOR
“Yo me he criado desde muy niño viendo a mi padre trabajar sin descanso, trabajar, trabajar y trabajar. ‘El Eternauta’ se empezó a publicar el mismo año que yo nací. Entonces, cuando terminó, en el 59, yo tenía 2 años. O sea, testigo de su trabajo en ‘El Eternauta’ no podría haber sido. Lo que yo recuerdo es verlo a él trabajando continuamente”, comentó Gabriel.
Francisco Solano López Fontaine firmó publicaciones de diversas temáticas en Argentina, Reino Unido y EE. UU. Su carrera se inició en la década del 50 y siguió hasta sus últimos días, abarcando géneros como la ciencia ficción, la épica histórica, el drama, las aventuras eróticas, entre otros.
Gabriel trabajó en su juventud con su padre como guionista y, si bien señala que actualmente su única relación con la escritura la mantiene en su condición de lector, según la crítica de entre aquellos trabajos “Ana” e “Historias tristes” lo inscriben entre los más destacados del género en Argentina.
“‘Historias tristes’ las escribí más como relato, como cuento en prosa y entonces lo que hizo mi padre fue seleccionar los textos, asegurándose de que se veía un hilo argumental y dibujaba las viñetas. Y luego ‘Ana’ ya lo escribía directamente con forma de hilo, con sus viñetas y sus cantidades de páginas, hacia el concepto de página. El concepto de página me lo enseñó Carlos Sampayo”, comentó.
Gabriel Solano nunca volvió a vivir en Argentina. Su padre lo acercó a la producción de historietas, pero él no le dio continuidad a ese camino. Al parecer, el mundo de certezas propios de la juventud que lo marcaron dentro de la militancia política se pusieron entre paréntesis en el contexto de su formación en filosofía.
LA SERIE
La serie “El Eternauta” vuelve a poner sobre la mesa la historia de sus creadores: Héctor Oesterheld y Francisco Solano López Fontaine, dos personajes icónicos en el mundo de las historietas, que tal vez reciben el reconocimiento de una nueva generación a través del ejercicio de la memoria.
“Una pena que yo siento es que mi padre no esté presente, porque el reconocimiento que tiene ahora de todos los medios dedicados al género mi padre nunca lo recibió directamente. Alguna vez tuvo un premio. Fue en una feria de historietas de Barcelona y él comentó entre sus amigos de la profesión que era la primera vez que le daban un premio. Llevaba mucho tiempo en la profesión y tenía su nombre, pero no obtuvo el reconocimiento que se está dando ahora, que se está haciendo justicia a posteriori”, comenta.
“El Eternauta” se enmarca dentro de una narrativa de ciencia ficción que se desarrolla en Buenos Aires de los 50, una temática que atrapó a los lectores de varias generaciones. La publicación tuvo tres partes y llegó a ser editado sin la autorización de los creadores y herederos.
“A mí la serie me gustó mucho, primero porque se animaron, se atrevieron a hacerla ubicándola en la actualidad y me parece que ese fue un acierto. Funciona a la hora de captar público juvenil que podrá sentirse identificado. Hacer toda una reproducción de la época de los años 50 y 60 sería un esfuerzo quizá necesario y, aunque hay también muchos cambios en el guion, creo que esos cambios son positivos, porque lo exige también lo que es el lenguaje cinematográfico, que es distinto. Lo que es el espíritu y el argumento que quería transmitir el dibujo de mi padre yo creo que está respetado en la serie y, claro, con los límites de distintos géneros, pero está respetado y logrado”, refiere Gabriel.
La producción audiovisual de “El Eternauta” tuvo cerca a los herederos de Solano López y de Oesterheld, quienes estuvieron de alguna forma en la custodia del legado artístico. La serie vuelve a plantear una valoración sobre las historietas, que décadas atrás marcó una forma de consumo de la ficción y la no ficción en la cultura masiva. La producción ya anunció la realización de una segunda temporada, que mantendrá en alerta al público de habla hispana.
GÉNERO EN BOGA
En el último par de décadas las historietas volvieron a tener un papel protagónico en las narrativas de ficción, retroalimentándose con la pantalla, proveyendo al cine y a las plataformas de personajes y reavivando la dinámica del papel. “En aquel momento y hasta hace relativamente poco, se planteaba que la historieta era un género menor. Y había por las clases pretendidamente cultas como cierto desprecio a la historieta, tanto del guionista como el dibujante. Pero desde hace ya bastantes años ha habido una corriente de reconocimiento y ahora se le llama noveno arte a las historietas”, explica el guionista.
“Y de ahí vienen también los intentos de prestigiarla llamándola novela gráfica, que yo creo que no es necesario. La historieta se puede considerar como un arte y valorarla sin necesidad de ponerle nombres supuestamente más honoríficos. Las buenas historietas, las grandes historietas, aunque tengan el nombre de historieta o de cómic, es un arte ya masivo y no necesita que se le ponga ese suplemento”, remata.
Francisco Solano López Fontaine es uno de los representantes más destacados de la ilustración argentina en el mundo de las historietas, y fue un orgulloso heredero de un nombre familiar que marcó la historia del Paraguay y la suya.
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Hace 160 años, Paraguay le declaró la guerra a Argentina y se oficializó el peor conflicto regional
El 29 de marzo de 1865, el gobierno de Paraguay le declaró la guerra a Argentina, oficializando el inicio de la Guerra de la Triple Alianza, hace 160 años. El 18 de marzo de 1865, el Congreso paraguayo autorizó esta decisión al presidente Francisco Solano López, quien once días después publicó los motivos de la declaración, ante la negativa de Argentina para permitir que tropas paraguayas crucen su territorio rumbo a Uruguay, invadido por Brasil el 12 de octubre de 1864. Contra Brasil ya se había declarado la guerra, tres meses antes, el 13 de diciembre de 1864.
“La verdad es que la guerra empieza con una fase ofensiva por parte del Paraguay, primero tomando el territorio que le correspondía a Mato Grosso (estado brasileño), justamente para cubrirse la espalda, y después fue en ayuda del Uruguay y ahí entró en conflicto con Argentina. O sea, el inicio de la guerra marca la etapa ofensiva paraguaya, pero una vez que ellos ingresaron a territorio paraguayo, todo se hizo muy difícil para nuestro país”, explicó el historiador y profesor Fabián Chamorro, en conversación con La Nación/Nación Media
El detonante local que habría llevado a que se desatara la Guerra de la Triple Alianza fue la intervención militar del Brasil, que invadió el Uruguay, donde el gobierno uruguayo pidió ayuda al Paraguay, cuyo presidente era el entonces general Francisco Solano López, que decidió atacar al Brasil, temiendo que la invasión militar brasileña fuese el primer paso para una ocupación definitiva del Uruguay, lo cual rompería el equilibrio del Río de la Plata y pondría en peligro la independencia del Paraguay, proclamada el 14 y 15 de mayo de 1811, cinco décadas antes.
Campaña de Mato Grosso
El 27 de diciembre de 1864, las tropas paraguayas atacaron el Fuerte de Coímbra y en unos meses vencieron toda resistencia, ocuparon las principales ciudades del Mato Grosso, como Corumbá, Dourados, Nioaque, Anhambai, Miranda, Coxim y Laguna; y se apoderaron de una considerable cantidad de armas. Esta etapa fue conocida posteriormente como la Campaña de Mato Grosso, la cual terminó con una victoria paraguaya, que se extendería hasta abril de 1868.
López pensaba enviar tropas al Uruguay para expulsar a los invasores brasileños. Esto finalmente no ocurrió, puesto que, en febrero de 1865, los brasileños comenzaron el sitio de Montevideo y controlaban los puntos estratégicos del Uruguay. Tras el reemplazo del presidente uruguayo Atanasio Aguirre, quien era afín con el gobierno paraguayo, por Venancio Flores, con simpatía hacia el Brasil, el entendimiento bélico entre el Paraguay y el Uruguay se vería completamente modificado.
Solano López decidió atacar Río Grande del Sur y solicitó permiso al presidente argentino, Bartolomé Mitre, para que sus tropas accedieran por la zona de Misiones, petición que le fue negada por el mandatario argentino, tras lo cual el presidente paraguayo sospechó de la existencia de un acuerdo entre el jefe de Estado argentino y el emperador Pedro II de Brasil, y decidió tomar la iniciativa de la invasión.
En represalia a la negativa de Argentina, el 13 de abril de 1865, la marina paraguaya se apoderó de embarcaciones de guerra argentinas ancladas en el puerto correntino y ocupó Corrientes. El 1 de mayo del 1865, los representantes de Brasil, Argentina y Uruguay firmaron el tratado de la Triple Alianza en Buenos Aires.
Desventajas
Fabián Chamorro comentó que el Paraguay debía de lidiar con varias desventajas, como el hecho de que quedó aislado, el salto tecnológico que habían causado la guerra de Secesión estadounidense (1861-1865), donde muchos armamentos se habían modernizado y a los cuales Paraguay no tuvo acceso. Además de las reservas ilimitadas de hombres con que contaban los aliados, ya que Paraguay tenía una población muy pequeña (365.000 a 450.000 habitantes, según proyecciones científicas, y no la versión de Du Graty, de 1.337.000 habitantes), hecho que de alguna manera terminó definiendo la contienda.
Al hablar respecto a la realidad nacional en aquel momento, el historiador subrayó a LN el hecho de que el 95 % de la población se dedicaba a las tareas agrícolas, por lo que era una zona conocida por su trabajo rural, pero que se veían ciertos elementos de progreso importantes, como el ferrocarril que, si bien aún no llegaba a todo el país, abarcaba las principales localidades de la época.
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Así también mencionó que existían ciertos avances en materia de producción de armas y arsenal, teniendo en cuenta el astillero y la fundición de hierro de Ybycuí, los cuales generaban un impacto positivo en el desarrollo macroeconómico nacional. Respecto a los objetivos de la contienda bélica en general y por sobre todo la de los aliados, Fabián Chamorro comentó que la finalidad de las guerras, en su gran mayoría y en esta en específico, el panorama lo marcaba la política emergente.
“Brasil, que creo que era el que tenía mejor panorama y sabía lo que quería, logró primero su pretensión territorial, que hoy sería un tercio del Mato Grosso del Sur, y evitar que Argentina se vuelva un Estado más fuerte, porque en aquella época se hablaba todavía de la posibilidad de que lo que son Paraguay y Uruguay se vuelvan parte de lo que hoy es Argentina, viendo así que el único país que logró todos sus objetivos políticos fue Brasil”, expresó Chamorro a La Nación.
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Museo de Paso de Patria, el legado de un apasionado con la Guerra de la Triple Alianza
Una de las joyas de nuestra identidad es la historia de nuestro país, y custodiarla es el deber de cada paraguayo, un deber que don Vicente García ha abrazado desde hace más de veinte años con su búsqueda y preservación de objetos relacionados con la Guerra de la Triple Alianza.
Vicente García se ha convertido en el gestor cultural del Museo de Paso de Patria, pero en este museo, a diferencia de muchos, exhibe objetos que han sido hallados enteramente por don Vicente y su familia, quienes se dedican a la búsqueda y excavación en zonas donde se desarrollaron batallas claves durante la guerra y van desenterrando estas reliquias con las que se relata una historia que marcó al Paraguay.
En conversación con el programa “Arriba Hoy”, emitido por GEN y Universo 970 AM Nación/Media, Vicente García destacó que tanto es el impacto de la zona y ahora del museo que han recibido a turistas desde Holanda, Irlanda, Alemania, Estados Unidos, Argentina y Brasil que vienen particularmente para conocer la historia de la zona y de la guerra.
“Yo estoy en el cuartel del Mariscal Francisco Solano López desde el 2004. Yo venía juntando ya piezas históricas relacionadas con la guerra de la Triple Alianza, ya tenía un pequeño museo privado en mi casa y da la casualidad que el cuartel de López se había caído tras una inundación en el año 1983 que azotó a todas las poblaciones ribereñas y el cuartel no se salvó, además de que era una construcción del año 1847 y con ayuda de la entidad Yacyretá se volvió a recrear en el 2004 y por invitación del intendente vine acá a trabajar”, relató don García.
El mismo destacó que si bien sus búsquedas habrían iniciado mucho antes, una vez asentado en la zona continuaron y los hallazgos se fueron dando con mayor frecuencia, y rápidamente sus hijos, a pesar de su corta edad, se involucraron en el trabajo de su padre, al punto que actualmente trabajan en el relato musical de la guerra de la Triple Alianza con el objetivo de una mayor difusión de la historia y la cultura de la zona.
“Estamos en un sitio sagrado para nuestro pueblo, que vendría a ser el departamento de Ñeembucú, lo que motiva mucho a la gente a venir, son los sitios históricos que tenemos. Para mí lo mejor de esta colección es que todo nos recuerda lo que sucedió; la mejor parte es extraer un objeto y pensar en quién lo habrá usado y para qué”, remarcó don Vicente García.
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Autoridades rinden homenaje a los héroes en Cerro Corá
Con presencia de autoridades nacionales, militares y educativas, se realizó este sábado el acto de conmemoración por el Día de los Héroes, en el Parque Nacional Cerro Corá, ubicado en el departamento de Amambay. En esta fecha se conmemora la muerte del mariscal Francisco Solano López, así como a todos los héroes que dieron su vida por la patria en la Guerra de la Triple Alianza (1864-1970).
El ministro de Defensa Nacional, Óscar González resaltó que el mariscal López ha sido el único presidente de la República del Paraguay, que ha ofrendado su vida por la patria. “Su legado histórico debe perdurar en las generaciones venideras, inspirando a los jóvenes a valorar la libertad, la justicia y la unidad. Es fundamental que sigamos transmitiendo estos principios, para que la memoria de nuestros héroes continúe viva en el corazón de cada paraguayo”, expresó.
Este evento reunió a autoridades militares, civiles, académicas y a la ciudadanía en general, rindiendo homenaje a uno de los líderes más significativos de la historia de la República del Paraguay. Durante la ceremonia se realizó una ofrenda floral en el monumento al mariscal Francisco Solano López, considerado el héroe máximo de la patria.
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