El Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (PSPyBS) advirtió en estos días la lle­gada de una gran epidemia de dengue en nuestro país y que esta es una preocupación de gran magnitud para la cartera sanitaria que todavía sigue admi­nistrando secuelas de la reciente epide­mia de chikungunya, que hasta hace unos meses tenía colapsados los consultorios como el sistema de atención en general.

La alerta incluso avisa que en el verano entrante podría presentarse “la peor epi­demia” de dengue por el impacto negativo que puede tener en la salud de la pobla­ción, principalmente ante posibles casos del DEN-3 que actualmente afecta al Brasil.

El anuncio del (MSPyBS) sugiere un inminente escenario de emergencia sanitaria que urge tareas coordinadas para activar medidas de prevención sin pérdida de tiempo. El trabajo no es solo responsabilidad de la cartera sanitaria, sino que debe empezar a movilizar ya a municipios, gobernaciones, ministerios y demás instituciones educativas perti­nentes como a la ciudadanía en gene­ral en una misión sencilla, pero clave: la limpieza.

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No hay secretos, la solución real en una campaña que adhiera esfuerzos contra el dengue es la eliminación de los criade­ros de mosquitos.

El panorama de alta circulación y el ingreso del serotipo DEN-3, principal­mente por el tráfico de los paraguayos que acostumbran viajar al Brasil en la temporada de verano, torna casi seguro esta epidemia.

La ministra de Salud manifestó que existe mucha preocupación porque actualmente en Paraguay está circu­lando el serotipo 1 y el 2. Recordó que la última vez que tuvimos circulación de DEN-3 en nuestro país fue en 2006-2007, o sea hace 17 años, pero como en todos los países vecinos se da la situa­ción del DEN-3 es casi un hecho que lle­gue al territorio nacional.

Se estima “una epidemia de dengue de gran magnitud” y se advierte que esta potencial epidemia “puede ser de mucho impacto porque la canti­dad de casos y porque pueden ocurrir varios fallecimientos”. Mientras tanto, aumentan notificaciones por casos de dengue y el saldo de la epidemia del chi­kungunya no desaparece.

Los últimos reportes registran 116 casos confirmados de dengue, de los cuales el 68 % se encuentran concen­trados en las zonas de Central, Itapúa, Asunción y Paraguarí.

En otra dura batalla que se avecina, Salud deberá ejercer un liderazgo fuerte y con una hoja de ruta bien defi­nida que involucre la colaboración de todos. De lo contrario, continuaremos lamentando estadísticas de casos con­firmados y fallecidos como desenla­ces peores a consecuencia de la desidia para consensuar acciones de limpieza claves.

Seguimos arrastrando problemas tan antiguos como el mismo mal cuando sabemos que en esta lucha es no darle lugar a la cría de larvas. No hemos dado mayores avances en el manejo ade­cuado de los residuos. Los municipios continúan aplazados en el servicio de recolección de basura, una población mayoritaria que no logra ganar con­ciencia en eliminar los criaderos de mosquito. Así también, el problema de acumulación de neumáticos con muchas dificultades para su elimina­ción y que sirven como criaderos de mosquitos por excelencia, la falencia en el requerimiento de la limpieza en los terrenos baldíos, patios, jardines, piscinas son negligencias colectivas que contribuyen con reproducción del aedes aegypti.

El Ministerio de Salud no debe dar tre­gua en el inicio de un agresivo plan antidengue que haga cumplir responsa­bilidades pendientes, llámase munici­palidades, instituciones educativas y la misma población. Eliminar criade­ros de mosquitos es un compromiso de todos y desde el Gobierno tienen que encontrar la forma de sumar a la colec­tividad en esta misión.

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