El superministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación (Mitic), cuya creación se dio por Ley 6.207 promulgada por el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, y que se perfilaba como la gran bandera de su gobierno, a meses de concluir su mandato los números provenientes de la gestión de esta cartera resultan otra decepción.

Más de 200 millones de dólares le fueron asignados a esta institución en concepto de presupuesto, fuera de lo que es el Presupuesto General de la Nación, para tres proyectos concretos; el primero tiene que ver con la red nacional de fibra óptica (RNFO), para lo cual solicitaron 12 millones de dólares, que según informes parlamentarios se ejecutó en un 100%.

No hay que olvidar que este tendido se llevó a cabo en medio de retrasos, debía inaugurarse en el 2019; sin embargo, en el 2021 continuaba siendo blanco de críticas porque, además del atraso, no previeron costos de mantenimiento, lo que se traduce en un gran problema para el funcionamiento adecuado.

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A esto se suma la agenda digital, muy famosa por el megapresupuesto que también tiene asignado; sin embargo, nada se sabe del funcionamiento con US$ 130 millones a disposición.

Otro de los proyectos es el de conectividad para las escuelas por 62 millones de dólares que fueron al Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI), que es un convenio firmado con el Ministerio de Educación. Ambos proyectos estuvieron encabezados por el ingeniero Hugo Tarabini, de la Unidad Ejecutora de Proyectos del Mitic, hombre muy cercano al presidente de la República, Mario Abdo Benítez.

El superministerio iba a revolucionar con la conectividad en las escuelas; sin embargo, ni las clases virtuales en pandemia pudieron ser posible, sometiendo a los alumnos a unas “clases” vía Whatsapp, conformándoles a aprender lo poco que se les enviaba a través de esta herramienta de mensajería.

Tres ministros, amigos todos, ex compañeros de colegio en algunos casos, pasaron por el Mitic. Todos se aplazaron, ninguno demostró eficiencia, mucho menos resultados; al contrario, inauguraron un ministerio emblemático para los tiempos virtuales que vivimos para acomodar a recomendados con supersalarios que fueron muy denunciados en los medios de comunicación.

Días atrás, nuestra Unidad de Investigación publicó un informe sobre el deprimente resultado de las gestiones en el Mitic, concernientes a la conectividad en las escuelas, una gran promesa con casi nulo avance, sin exagerar.

Apenas se llegó al 7,7% de las escuelas incluidas en el proyecto de conectividad a internet. Un despropósito, considerando que hoy internet es un recurso indispensable para el aprendizaje.

Los propios informes oficiales, obtenidos mediante requerimientos vía Ley de Acceso a la Información Pública, señalan que hasta la fecha solamente se logró completar los procesos de instalación, conexión y activación de servicios en 119 instituciones de las 1.538 seleccionadas. Para tener bien presente sus nombres, por este “superministerio” ya pasaron Alejandro Peralta Vierci, vinculado a un grupo de comunicación; Juan Manuel Brunetti, quien hoy quiere ser vicepresidente de la República, y actualmente está Fernando Saguier. Entre los tres no llegaron ni al 10% de conexión de internet en escuelas meta.

Para desencanto de muchos alumnos, en algunas instituciones realizaron las instalaciones de los equipos, pero sin las conexiones al sistema de red de fibra óptica. Gestiones como estas son realmente una burla para los estudiantes, a nombre de quienes se desembolsan miles de millones.

“Nuestro principal desafío será escribir un nuevo capítulo para la comunicación y seguir trabajando para lograr el objetivo de conectar este año 1.538 instituciones educativas a internet”, había dicho Saguier el 26 de mayo del 2021, cuando se lo confirmó y juró como ministro tras interinar el cargo tras la salida de Brunetti. Sin embargo, su discurso se lo llevó el viento.

El programa de conectividad en las escuelas, conforme al proyecto de US$ 62 millones, contempla que en setiembre del 2022 se debía avanzar con al menos en un 26% las tareas, continúan aplazados, no llegan al 10% al término del 2022.

En lo que no fallaron en este superministerio es en agilizar contrataciones de asesores con supersueldos, megalicitaciones y en el despilfarro del dinero a costa de los contribuyentes, como aquel llamado por G. 700 millones para “organizar” los talentos humanos de la institución que tuvieron que suspender por el escrache público. El superministerio Mitic, que se había iniciado como la gran promesa en tecnología, comunicación y conectividad, es un fracaso.

La conectividad en las escuelas sigue siendo una utopía, la comunicación en tiempos de mayor necesidad como la pandemia no funcionó, básicamente la cartera se convirtió en ejecutor de gastos sin resultados a la vista.

Corresponde a las autoridades pertinentes devolver el sentido de existencia de esta institución que nos sale demasiado caro a los contribuyentes.

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