La hidroeléctrica de la Itaipú Bina­cional es uno de los patrimonios económicos más importantes en la historia del Paraguay. Con su construcción y funcionamiento, el país ha dado un fuerte salto desde la penuria econó­mica a la posibilidad de mayores ingresos de divisas y la capacidad energética para enca­rar numerosos proyectos industriales que nunca se habían soñado. Es, por lo tanto, una de las mejores oportunidades de negocio que ha tenido y tiene nuestro país para aban­donar definitivamente la pobreza extrema y perfilarse como nación poderosa por sus recursos y con enormes posibilidades de progreso. Todo esto, siempre que aproveche adecuadamente este gran emprendimiento.

Por eso es que las negociaciones de ahora para mantener las tarifas de la energía que produce, y la posibilidad de sacar mayor provecho económico y finan­ciero, en el futuro, con la renegociación de algunos anexos del Tratado de Itaipú son de capital importancia para nuestro país. Y nadie debería estar ajeno a la dis­cusión de las ideas para que el país con­siga mayores beneficios de esta joya que le pertenece en un 50%.

Este diario está contribuyendo al inter­cambio de ideas y posiciones sobre Itaipú con la opinión de destacados especia­listas en la materia. Es que cuantas más inteligencias analicen el tema y más luces se arrojen sobre los comple­jos problemas que existen, estaremos más próximos a la verdad y más cerca de actuar como corresponde.

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Uno de los puntos de gran actualidad es la tarifa de la energía de Itaipú, que Para­guay pretende que se quede en US$ 22,60 por kilowatt/mes, en tanto que Brasil quiere reducirla a US$ 18,95.

Un ex técnico de la Ande, Fabián Cáce­res, lamentó que hasta ahora el Brasil no haya dado aún una señal oficial sobre la propuesta paraguaya presentada al gobierno de ese país de no bajar la tarifa. Y que, en cambio, en el interior de ese país la energía de Itaipú ya se está comer­cializando con una reducción del 12%, lo que indica que con ese precio provisorio están confirmando la pretensión de bajar el precio final.

Cáceres manifestó que, ante la falta de contestación oficial, el Gobierno para­guayo y los representantes de nuestro país deben emplazar al Brasil a que dé una res­puesta y no seguir esperando. Advirtió que, si el Brasil logra su objetivo de bajar la tarifa en discusión, que es lo que le interesa, sin negociar con Paraguay, en el 2023, cuando que se tenga que renegociar el Anexo C del Tratado de Itaipú, podría adoptar esa misma actitud. Apuntó que, si no existe una respuesta, hay que “tomar ya una decisión para la revisión de una negociación en el 2023″.

Los intereses de cada uno de los dos socios son diferentes, pues Brasil quiere bajar la cotización de la tarifa de la electricidad de Itaipú y seguir disponiendo de la ener­gía paraguaya para su economía a escaso precio. Paraguay, en cambio, quiere reci­bir más dinero por las regalías, la venta libre de la energía no utilizada por noso­tros, que haya dinero suficiente para que la Ande realice sus inversiones en el país. Si se mantiene la tarifa de US$ 22,60 por kW/mes, la Ande obtendrá importantes recursos financieros para encarar nume­rosos proyectos que son de gran impor­tancia para el Paraguay.

Como la decisión sobre la tarifa de la energía de Itaipú tiene cierta urgencia, las autoridades nacionales deben insis­tir a sus pares brasileños para que res­pondan en la brevedad posible. Además, este asunto servirá de indicio para ver qué postura tendría el Brasil en la revisión del Anexo C que se debe realizar en el 2023.

No hay que olvidar que en el último tri­mestre de este año habrá elecciones pre­sidenciales en el vecino país, y que la administración actual querrá presentar como uno de sus logros la disminución de la tarifa eléctrica para su industria y su gente, a fin de que el presidente actual pueda conseguir el favor de los electores y lograr su reelección.

La ciudadanía paraguaya tiene que com­prender que la suerte de la Itaipú es una causa nacional y que de su buena marcha se podrán tener más beneficios que alcan­zarán a los que habitamos este país. Una razón suficiente para que nadie pueda ser indiferente a esta situación.

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