Consejos prácticos del Dr. Hernán Codas para ser conscientes sobre la desinfección al salir y entrar a la casa. A su vez, el Dr. Hernán Rodríguez nos indica que los nuevos hábitos saludables incorporados como aprendizajes de esta crisis del Covid-19, deberían continuar aún después de concluida la epidemia. Una crisis es la oportunidad necesaria para mejorar las cosas.

Por: Jazmín Gómez Freitas (@jazgomezf)


“Toda situación de crisis que vivió la humanidad sirvió para incorporar avances tecnológicos, no debemos desaprovecharlo ahora. Debemos asumir un nuevo estilo de vida que incluya hábitos más saludables (higiene, buena alimentación, sueño) así como el trabajo remoto, eliminar la marcación física o hacerlo sólo con el rostro, sin tocar nada. Aquí es dónde todos tenemos que romper estructuras y adecuarnos, apelar a la creatividad para idear elementos de uso más seguro en la vida diaria”, reflexiona el Dr. Hernán Rodríguez, director de Vigilancia de Enfermedades Transmisibles del Ministerio de Salud Pública.

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Lo hace resaltando que en los últimos 100 años se vivieron diversas epidemias respiratorias y que éstas seguirán sucediendo. Claro que la del Covid-19 es una nueva enfermedad que aún se sigue estudiando, un caso particular que la hace más desafiante, pero recalcando que todas las medidas o protocolos tomados en distintas áreas -salud, trabajo, gobierno, educación, etc.- giran en torno a los conocimientos elementales que se tienen del virus y del ser humano. Debido a ello es que compartimos los consejos y las reflexiones de profesionales que tienen puesta la vista al largo plazo.

¿Qué es una cadena epidemiológica?

En el audio de WhatsApp del Dr. Hernán Codas -médico y docente, con experiencia de más de 50 años en la profesión- que se volvió viral, se hacía referencia a ello. Al ser consultado explica que hay tres etapas fundamentales: incubación, estado o enfermedad y convalencia o recuperación.

“El virus una vez que ingresa al cuerpo por la boca, nariz y ojos, puede producir enfermedad o no, eso en la población se llama carga de la enfermedad, el porcentaje de personas expuestas que se van a enfermar. No se tiene algo definido respecto al Covid-19 , se estima que está alrededor de un 30% . Es decir, de 100 personas expuestas, 30 se van a enfermar”, explica el Dr. Rodríguez.

De ahí surgen dos grupos: sintomáticos y asintomáticos (no tienen síntomas), sin embargo, ambos pueden transmitir el virus. “De los sintomáticos, se aprendió que los cuadros graves se dan con las personas de la tercera edad y, en segundo lugar, las que tienen enfermedades crónicas (cardiopatías, neumopatías, metabólicas como diabetes o inmunodepresión -sida, tratamiento para cáncer-)”, continúa.

El Dr. Hernán Rodríguez clarifica que el período de incubación va desde el período de ingreso del virus al cuerpo hasta la aparición de los primeros síntomas o cuadro clínico. “Ese período pareciera ser que oscila entre 3 días a 14 días. En la mayor parte de los casos se vio de 5 a 7 días”.

El período de enfermedad puede ser leve, moderado o grave. Desde horas o días, hasta terapia intensiva. Y el período de convalencia o recuperación, es cuando deja de tener el cuarto clínico. “Una persona que ya tiene el virus en su organismo, comienza a expulsarlo 48 horas antes de que aparezcan los síntomas en su organismo. Desde el día que presenta síntomas, se cuentan dos para atrás, para saber desde cuándo comenzó a contagiar”

Agrega: “Se vio en los estudios que en el día 4, 5 y 6 de enfermedad, la carga es mayor, y en uno de esos días se le va tomar la muestra para confirmar si es Covid-19 o no. Como protocolo todo es muy cambiante. El período de transmisión sigue 14 días después de iniciar el cuadro, el período en el cual se expulsa el virus”. Si uno sufre complicaciones, quizás deba internarse, caso contrario guarda la cuarentena.

En base a esto, a los conocimientos elementales que se tienen del virus y del ser humano, es que se establecen las medidas: aislamiento para los cuadros respiratorios, distanciamiento social, bioseguridad para el personal sanitario, para las recomendaciones de la casa, para clases virtuales, trabajo remoto, videoconferencias, etc.

La diferencia entre “contaminado” e “infectado”

Extrememos las medidas de limpieza y desinfección.

“No es para entrar en paranoia, pero una medida que se toma para evitar el virus dentro del cuerpo es la de asumir que al salir de casa todo está contaminado. Contaminado es un término técnico para señalar que un objeto puede tener un virus que produzca enfermedad. Desde los picaportes, hasta las suelas de los zapatos, las manos, etc”, explicó.

Y es que aunque esto no sea así, nos ayuda a tomar las precauciones necesarias, ya que se puede contaminar sin estar infectado. Sí, propagar el virus sin tenerlo dentro del cuerpo, por ejemplo, al tocarlo con la mano e impregnarlo en otras superficies, pero sin que necesariamente ingrese al nuestro por habernos tocado la cara.

Para la desinfección: asumir la contaminación

La idea con la cuarentena es justamente no dar lugar a esta cadena, con la premisa de quedarse en casa, no dejar ingresar al virus en el organismo ni diseminarlo. De ahí las recomendaciones que brinda el Dr. Hernán Codas:

  1. Si se necesita salir de la casa, que lo haga sólo un miembro de la familia.
  2. Al ingresar al supermercado, que desinfecten el mango del carrito o canasto y le den alcohol en gel para las manos.
  3. Guardar en una bolsita de plástico el celular, la tarjeta de crédito o efectivo, factura, etc., para desinfectarla ahí mismo antes de entrar al auto o subir al bus, ponerse alcohol en las manos.
  4. Al llegar a la casa, dejar el zapato afuera o bien desinfectarlo poniéndolo en un recipiente con agua y la lavandina, para desinfectar las suelas. Sacarse la ropa y poner en una bolsa para luego lavar.
  5. Lavarse las manos con agua y jabón, y luego bañarse.

¿Por qué estos cuidados? El Dr. Hernán Rodríguez explica que el virus se expulsa del cuerpo de la persona enferma mediante la boca y la nariz, a través de las secreciones (moco o saliva) al hablar, toser o estornudar, “la gota tiene un peso que hace que no vaya más de dos metros”. Al caer en un objeto, se queda allí dependiendo del tipo de superficie, durando incluso hasta días.

Mantener limpios los equipos electrónicos ayuda a mantener la salud, incorporemos ese hábito.

Nuevos hábitos de ahora en adelante

El Dr. Hernán Rodríguez relata que años atrás, con la gran epidemia que hubo de H1N1, él tomó todos los recaudos correspondientes al tratar con pacientes enfermos. No se contagió, pero meses después fue a una conferencia en el extranjero y volvió con influenza.

“Yo no aprendí, no cambié mis hábitos en esa epidemia. Perdí esa percepción de riesgo y no incorporé a mis hábitos el hecho de no tocarme la cara, porque creía que sólo durante la epidemia tenía que hacer. Incorporemos estas directivas, estos protocolos, estos hábitos de ahora en adelante. ¿Por qué? Porque esta realidad es categórica y se va repetir periódicamente. Es una lección aprendida. Tuvimos epidemias respiratorias en los últimos 100 años”, destaca.

“Antes de lavarse las manos, no tocarse la cara. La clave principal, el eje de todo, es no tocarse la cara”, y continúa “hay que ingeniarse, ser creativos en este tiempo e incorporar medidas que puedan continuar llevándose a cabo en el futuro”.

Una cuarentena de comida saludable

Este período de quedarse en casa también es una oportunidad para cuidarse más, cocinando comida saludable.

Como destacábamos más arriba, este período de quedarse en casa también es una oportunidad para cuidarse más. Para hacer todas las comidas, comer alimentos en casa, dormir mejor, actividades que de manera general cuidan de nuestro sistema inmunológico.

Por eso, la nutricionista Ximena Ibarra nos motiva a trabajar en no debilitar el sistema inmunológico y algunos alimentos que pueden ayudarnos son:

  1. Frutas como naranja, limón, pomelo, mandarina, guayaba, kiwi, por ser fuentes de vitamina C. Se pueden comer enteras para el aporte de fibra o tomar en licuados.
  2. Almendras, nueces, frutos secos, por el aporte de vitamina E.
  3. Huevos. Aporte de lisina (antiviral). También otras fuentes de proteína de alto valor biológico como el pollo, que también es fuente de vitamina B6.
  4. Brócoli y coliflor son fuentes de vitamina A, C y E. Se recomienda consumirlas crudas o, bien cocerlas lo mínimo posible.
  5. Espinacas por tener antioxidantes, betacarotenos y vitamina C (hervir lo menos posible para aprovechar sus propiedades).
  6. Jengibre. Entre sus propiedades se encuentra el potasio, niaciana y vitamina C.
  7. Atún, salmón, tilapia, merluza por el aporte de Omega 3.

En este tipo, extrememos las precauciones e incorporemos nuevos hábitos para contrarrestar las enfermedades.

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