La deuda acumulada de la previsional con las empresas farmacéuticas proveedoras de medicamentos ascendería a la fecha a unos USD 270 millones. Aparentemente, la entidad ha llegado a un acuerdo con dichas empresas para poder ir honrando dicha deuda en forma parcelada, con el objetivo de poder volver a tener un aprovisionamiento regular de medicamentos, que son demandados por los asegurados del IPS.

Si es que ya llegaron a un acuerdo, me parece correcto y muy bien hecho. Teniendo en cuenta el importante monto adeudado, quizás lo mejor hubiese sido estructurar un programa de emisión de bonos de renta fija a través del mercado de capitales, en el cual la previsional, como potencial empresa emisora, tenía la posibilidad de poder diagramar su prospecto de emisión (incluyendo plazo y forma de pago del capital e intereses que vayan devengando los bonos) en función a su capacidad actual y proyectada de generación de fondos por el periodo de vigencia de la emisión, con lo cual ya podía haber quedado exenta de los intereses moratorios que hoy posee por el capital adeudado.

Tengamos en cuenta que todo esto se trata de un desfasaje financiero coyuntural del IPS y que una vez que vuelvan a equilibrar, todo estaría volviendo a la normalidad, dado que se trata de una entidad que cuenta con importantes ingresos mensuales en concepto de aporte (obrero-patronal) que pasan a engrosar el fondo de jubilaciones y pensiones, independientemente a los demás ingresos no operativos con los que cuenta la institución.

Sin duda es una verdadera pena lo ocurrido en el IPS, donde los anteriores administradores, quienes tenían bajo su responsabilidad la toma de decisiones de mayor relevancia para la buena marcha institucional y han malversado fondos por sumas multimillonarias en diversos conceptos, situación que lo ha llevado a la entidad a una situación de iliquidez para poder seguir honrando en tiempo y forma con sus compromisos financieros.

Nuestro mercado de capitales ha observado en los últimos años un desarrollo y evolución importante, lo cual refleja la confianza de los inversionistas en las empresas emisoras, las que son reguladas por la Comisión Nacional de Valores (CNV), contando las mismas con calificación de riesgos por parte de empresas especializadas, formando también parte del mismo las casas de bolsa que operan dentro de nuestro mercado, quienes son las intermediarias entre los emisores e inversionistas, al igual que con la Bolsa de Valores de Asunción.

La gran virtud que ofrece el mercado de capitales es que, independientemente al mercado primario, está el secundario, donde los tenedores de bonos tienen la posibilidad, a través de sus casas de bolsa, de poder hacerlos efectivos, incluso mucho antes de su fecha de vencimiento, y las empresas emisoras en función al comportamiento/evolución que vaya mostrando su flujo de fondos proyectado también cuentan con la posibilidad de realizar un rescate anticipado de los bonos emitidos.

Todas las consideraciones enunciadas son a modo referenciales para que podamos tener en cuenta que, a través del mercado de capitales, tenemos la posibilidad de poder fondearnos para cubrir tanto necesidades de capital de trabajo como inversiones en bienes de capital, pudiendo los inversores recibir mejores tasas pasivas que las que les podrían ofrecer dentro del mercado financiero, dado que no se da intermediación alguna.

El IPS es una de las entidades estatales más fuertes que tenemos desde el punto de vista económico-financiero-patrimonial, pero dadas las coyunturas adversas por las que ha pasado y que son de público conocimiento, se ha producido dicho desfasaje dentro de sus finanzas, pero con la cuasiplena seguridad de que muy pronto volvería a la normalidad.

Así como el Ministerio de Economía y Finanzas incluye cada año dentro del PGN la posibilidad de emisión de bonos tanto soberanos como dentro del mercado doméstico, también otras entidades deberían tener en cuenta considerando las características enunciadas precedentemente, constituyéndose en una excelente fuente de fondeo.

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