DESDE MI MUNDO

• Por Carlos Mariano Nin
• Columnista

Según los científicos, la tierra tiene más de cuatro mil quinientos millones de años. No es una esfera perfecta como todos pensamos y existen alrededor de 1,2 millones de especies de animales catalogadas, aunque se cree que ese es solo un pequeño porcentaje del total.

Tampoco la tierra es toda de tierra. La característica más importante es que es el único planeta en el sistema solar con agua líquida en su superficie. El 70 % de la tierra está cubierto de agua. Hasta hoy, el nuestro es el único planeta del sistema solar con unas condiciones favorables para la vida, y el centro podría ser de hierro.

En este planeta sobrevivimos nosotros y lo matamos poco a poco. La tasa de desaparición de los bosques tropicales es de 62 % en los últimos 20 años. Tiempo en el que cientos de especies se declararon extintas… erradicadas de la faz de la tierra. Desaparecidas.

Los expertos advierten sobre las consecuencias que tendrá para América Latina y el Caribe un aumento de la temperatura promedio del planeta en 4 ºC: habrá un 20 % más de sequías, un 80 % más de ciclones tropicales y los glaciares andinos casi desaparecerían.

Nadie escucha. Es el futuro. Muchos niños sentirán incluso los efectos antes de nacer. Un estudio sobre el impacto de eventos climáticos extremos reveló que la salud de las mujeres embarazadas y, en consecuencia, la de los recién nacidos, se ve afectada por estos fenómenos.

Una ola de calor que dure un mes, por ejemplo, puede aumentar la posibilidad de nacimientos prematuros, con las consecuencias que eso puede tener en el futuro desarrollo de los bebés.

Pero la destrucción es sistemática y pareciera ser que irreversible. No lo entendemos. Hemos viajado a las estrellas. Recorrido el universo. Gastamos millones en buscar vida mientras agonizamos poco a poco. Y hay una sola realidad, hasta hoy estamos solos en el infinito.

Y la tierra, nuestra casa, es el único planeta capaz de garantizarnos la vida… Las potencias buscan en el cosmos un lugar habitable que salve nuestra existencia, pero ni siquiera hemos llegado a un planeta que nos permita descansar para seguir avanzando.

Hasta el infinito que conocemos, estamos inmensamente solos, pero claro, esa… esa es otra historia.