• POR EL DR. MIGUE ÁNGEL VELÁZQUEZ
  • Dr. Mime

El martes pasado conmemoramos el Día Mundial de la Enfermedad de Parkin­son, por lo que consideré útil poder hacerles llegar algunas actualizaciones res­pecto a esta afectación neurológica. Es una enfermedad neurodegenerativa crónica que afecta principalmente a las células nervio­sas del cerebro responsables del control del movimiento. Los síntomas de la enfermedad de Parkinson incluyen temblores, rigidez, len­titud en los movimientos y problemas de equi­librio.

A medida que la enfermedad progresa, los síntomas pueden empeorar y pueden apa­recer otros síntomas, como depresión, proble­mas de memoria y trastornos del sueño. Aun­que aún no se ha encontrado una cura para la enfermedad de Parkinson, los últimos avan­ces en la investigación y el tratamiento han mejorado la calidad de vida de los pacientes y han abierto nuevas vías para comprender y tratar esta enfermedad.

Uno de los avances más significativos en el tra­tamiento de la enfermedad de Parkinson ha sido el uso de la terapia de estimulación cere­bral profunda (DBS, por sus siglas en inglés). La DBS implica la implantación de electro­dos en el cerebro que envían señales eléctri­cas para bloquear las señales nerviosas que causan los síntomas del Parkinson. La DBS ha demostrado ser efectiva en el tratamiento de los síntomas motores de la enfermedad de Parkinson, y también se está investigando su uso en el tratamiento de otros síntomas, como la depresión y los trastornos del sueño. Otro avance significativo en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson ha sido el desa­rrollo de nuevos medicamentos que mejoran la función dopaminérgica en el cerebro. Los medicamentos dopaminérgicos se han utili­zado durante mucho tiempo para tratar los síntomas de la enfermedad de Parkinson, pero los nuevos medicamentos, como los agonistas de los receptores de dopamina selectivos, tie­nen menos efectos secundarios y pueden ser más efectivos en el tratamiento de los sínto­mas de la enfermedad.

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Además de los tratamientos farmacológicos y quirúrgicos, la investigación también está explorando la posibilidad de utilizar la terapia génica para tratar la enfermedad de Parkin­son. La terapia génica implica la introducción de un gen que produce una proteína especí­fica en las células nerviosas del cerebro para mejorar su función. Se están llevando a cabo ensayos clínicos para evaluar la seguridad y la eficacia de la terapia génica en pacientes con Parkinson.

La investigación también está avanzando en la identificación de biomarcadores para la enfer­medad de Parkinson. Los biomarcadores son medidas objetivas que se pueden utilizar para diagnosticar la enfermedad y monitorizar su progresión. Los biomarcadores podrían ayu­dar a los médicos a identificar la enfermedad en sus etapas tempranas, cuando los trata­mientos pueden ser más efectivos, y también podrían ayudar a los investigadores a entender mejor los procesos subyacentes que causan la enfermedad. Estos pueden ser:

- Marcadores de imagen cerebral: Las imágenes del cerebro, como la resonancia magnética (MRI) y la tomografía por emisión de positro­nes (PET), pueden detectar la presencia de cambios en el cerebro que son característicos de la enfermedad de Parkinson.

- Pruebas de olfato: La pérdida del sentido del olfato es un síntoma común de la enfer­medad de Parkinson. Las pruebas de olfato se pueden utilizar como biomarcadores para detectar cambios en el sentido del olfato y así poder evaluar la progresión de la enfermedad.

- Evaluación del movimiento: La evaluación objetiva del movimiento puede ser un biomar­cador útil para la enfermedad de Parkinson. Se pueden utilizar dispositivos de seguimiento de movimiento, como relojes inteligentes o sensores, para medir la velocidad, la ampli­tud y la frecuencia del movimiento.

- Marcadores genéticos: Los estudios han iden­tificado varios genes asociados con la enfer­medad de Parkinson, como el gen LRRK2 y el gen SNCA. Las pruebas genéticas pueden ser un biomarcador útil para determinar el riesgo de desarrollar la enfermedad.

Además, los investigadores están explorando nuevas opciones de tratamiento para la enfer­medad de Parkinson, incluyendo el uso de tec­nología wearable y dispositivos de estimula­ción neuromuscular para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Algunas de las formas en que la tecnología wearable (mediante dis­positivos de medición como relojes) se puede utilizar para la enfermedad de Parkinson son las siguientes: Monitores de movimiento en forma de relojes para ayudar a los pacientes a realizar un seguimiento de su movimiento y actividad física diaria; dispositivos de esti­mulación cerebral profunda implantados en el cerebro para enviar señales eléctricas a cier­tas áreas del cerebro para controlar la estimu­lación y hacer ajustes en su programación de estimulación según sea necesario; sensores de detección de caídas para evitar lesiones relacionadas con caídas y alertar a un cuida­dor o llamar automáticamente a los servicios de emergencia; dispositivos de seguimiento de medicamentos para ayudar a los pacientes a realizar un seguimiento de su medicación diaria. Y hay más.

En resumen, aunque todavía no existe una cura para la enfermedad de Parkinson, los últimos avances en la investigación y el tra­tamiento han mejorado significativamente la calidad de vida de los pacientes y están abriendo nuevas vías para comprender y tra­tar esta enfermedad DE LA CABEZA, pero que pronto verá la luz al final del túnel. Nos leemos en una semana.

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