EL PODER DE LA CONCIENCIA

En las últimas semanas la enfermedad de chikungunya tomó protagonismo. Como si fuera un monstruo del pasado, el covid-19 fue superado por esta nueva tendencia. Y no solo la prensa se hizo eco al advertir la situación. También las autoridades sumaron esfuerzos para enfrentar esta ola, así varias instituciones aunaron esfuerzos e hicieron mingas, fumigaciones, campañas de concienciación para que la ciudadanía tuviera empatía y al menos se ocupara de limpiar el patio y eliminar los posibles criaderos.

Pero la población no acompaña mucho este tipo de actividades. Por este motivo las comunas recordaron a sus contribuyentes que existen multas vigentes por tener los patios con malezas. Más que ejercer la presión, que no provoca muchos resultados positivos, deberían analizar las causas y problemas para tener los lotes libres de malezas.

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Además de pagar por el corte de los yuyos o poda de árboles, los operarios cumplen trabajo, pero las ramas quedan amontonadas y el dueño no sabe qué hacer con ellas. No puede quemarlas porque está prohibido, tampoco puede meter ese desperdicio orgánico en bolsas para que se lo lleve el camión de la basura. Y pensar contratar un motocarro, ¿para qué? Además de tener que realizar varios viajes y cobrar por su servicio, estos personajes -generalmente- arrojan esa basura en los cauces hídricos.

Las comunas deberían, en lugar de presionar con multas, acompañar en buscar soluciones, de esa manera el contribuyente se sentiría útil y no coaccionado y en definitiva se lograría el resultado deseado.

Ayer nomás el doctor Guillermo Sequera, director de Vigilancia de la Salud, confirmó más de 7.000 casos y otros 26.000 cuadros sospechosos. No hacía falta, en Central sabemos que muchos de los vecinos dan voces de preocupación porque muchos de sus familiares están en cama, con fiebre alta, severos dolores corporales y manchas por toda la piel.

El chikungunya avanza de la mano del dengue y el esfuerzo para detener esta nueva amenaza debe ser conjunto, de autoridades y de ciudadanía. Empatizar con la conciencia es mejor que reprimir.

La preocupación crece si tenemos en cuenta las previsiones meteorológicas que anuncian lluvias y altas temperaturas, que son las condiciones ideales para la propagación de los vectores. A esto se suma que no solo los adultos mayores, sino que también los niños son presa de esta enfermedad, al punto que los médicos explican lo invalidante que resulta.

En el caso de los menores, los pediatras revelan que los pequeños pacientes pueden convulsionar a causa de las altas fiebres y que eso podría afectar incluso a sus neuronas. Así que ante la presencia de síntomas recomiendan a los padres que lleven a sus hijos a consultar y también hacer todo lo necesario para reducir su temperatura corporal.

Como si todo esto fuera poco, la embestida del jinete de la enfermedad trajo una polvareda de alarma en Hohenau, donde en estos días se confirmó el primer caso de sarampión en 25 años. El propio Sequera reveló que según el reporte laboratorial enviado desde EEUU resultó positiva una de las 40 muestras de este mal tomadas el año pasado. El médico aclaró que, si bien todos los años hay casos sospechosos, desde 1998 todos resultaron negativos.

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