Justo este fin de semana de fiebre mundialista, en casa conversábamos acerca de la pertinencia o no, de que sigan existiendo capitanes en los equipos de fútbol. Más allá de participar en la polémica que rodea a Lionel Messi en su rol de capitán del equipo por considerar “que no habla”, lo que subyace es la necesidad creciente de desarrollar más y mejores líderes.

Resulta necesario entender que hace falta democratizar el liderazgo y que la mentoría puede ser una excelente forma para hacerlo.

Pero, ¿cómo lograr democratizar algo que está asociado con niveles socioeconómicos altos?

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En diferentes culturas, pero especialmente en la latina, nos hemos acostumbrado a que solo las élites tengan acceso a la formación especializada.

Se trata de una deuda de conocimiento que afecta todos los ámbitos (basta con ver las últimas elecciones de países latinoamericanos y cómo se termina eligiendo “al menos malo” por falta de líderes con credibilidad).

Hoy quiero decirte que la mentoría es una excelente alternativa para contrarrestar esa falta de liderazgo siempre y cuando estemos dispuestos a, verdaderamente, trabajar para brindar oportunidades de formación a los más vulnerables.

Si vemos la mentoría como una vía para transformar formas de pensar, vivir, trabajar y producir, entonces podremos comprender cómo es posible convertirla en la clave para desarrollar nuevos y mejores líderes.

Pensando en eso, creamos junto a un equipo académico liderado por mi admirado Édgar Ospina, de la Universidad Hispana de Mentores.

A través de un programa de formación académica de dos años, en la UHM se formarán 1.020 estudiantes durante el primer año a razón de 30 mentores en cada una de las 34 ciudades de Latinoamérica con las que impactarán a más de 20 mil personas con herramientas para el progreso.

El plan de estudios consiste en dos años de formación (cuatro semestres) durante los cuales, los estudiantes avanzarán desde la mentoría 1 a 1 (primer semestre), pasando por las mentorías grupales (segundo semestre), las diferentes especializaciones (tercer semestre) hasta llegar al nivel de formador de mentores (cuarto semestre) para alcanzar finalmente la Certificación Internacional en Mentoría Avanzada (CIMA).

Sin duda una gran oportunidad de mejorar nuestros niveles de representatividad y progreso.

Ante la escasez de liderazgo, ¡multipliquemos líderes a través de la mentoría!

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