Los santos están de fiesta hoy sábado. Un gran sector del país, el deportista, se encuentra pendiente del desenlace del torneo Clausura. Los olimpistas prenden velitas y oran al cielo pidiendo alcanzar el título 46 en el fútbol local.

Para eso les basta dar el último “pasito”, lograr un empate contra Nacional, que viene de capas caídas luego de perder dos partidos seguidos contra Ameliano; primero por el cetro de la Copa Paraguay y unos días después por el Clausura, derrota esta que lo alejó definitivamente de la posibilidad de disputar el trofeo del campeonato.

Los archirrivales cerristas, también desilusionados, ven muy lejanas las posibilidades de que ocurra un milagro, aunque prenderían velas grandes, cirios pascuales y hasta fogatas si fuera necesario para impedir la llegada de la 46. Matemáticamente pueden forzar un partido extra si Nacional (sin su suspendido goleador Facundo Bruera) vence a Olimpia y Cerro hace lo propio ante Guaireña. Difícil, una hazaña casi imposible de triple resultado obligatorio: pérdida del Decano, victoria ante los gua’i y posteriormente vencer a los de Julio Cáceres en la finalísima.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

“Die religion... sie ist das opium des volkes” publicaba Karl Marx hacia 1844, lo que traducido al español significa: “La religión, ella es el opio del pueblo”, frase popular que fue llevada al deporte y reconvertida en “El fútbol, el opio del pueblo”. Y viendo el alcance mundial del “deporte rey” y palpando su importancia en este día, es natural rendirse ante la evidencia: Tiene paralizado al país.

La publicación original de Marx se dio en el contexto de una contribución a la “Crítica de la filosofía del derecho” de Hegel hace exactamente 178 años, un número que los cabalistas relacionarán con otro acontecimiento acaecido nada menos que hace tres días en Paraguay, cuando el Censo Nacional 2022 paralizaba a todo el país y que tras su fracaso los organizadores instaban a los “no censados” a reagendarse a ese número, al 178, para recibir posteriormente la visita de los censistas y completar los datos de la jornada.

Muchos ciudadanos que con alegría y esperanza esperaron en vano la visita de los voluntarios no solo se quedaron con las ganas de aportar información privada para beneficio de la nación toda, sino que además perdieron todo un día laboral.

Las ganas “obligatorias” que tenía el ciudadano por colaborar se esfumaron al considerar que una vez más fue estafado. Así como en la pandemia, el “quedate en casa” dejó más dudas que certezas en cuanto a cómo se utilizó el dinero prestado (y que hay que devolver con intereses). La bofetada en esta oportunidad fue mayor para la gente puesto que quien debía dar el ejemplo y respetar el principio de igualdad se “escapaba” con su selecto séquito por segunda vez en diez días a Europa, nada más que para festejar con todo su cumpleaños número 51.

Los 43 millones de dólares que debían ser una inversión a futuro fueron un fiasco y las protestas no se hicieron esperar primero en las redes sociales y luego por parte de los críticos al Gobierno, quienes exigen al titular del INE, Iván Ojeda, una rendición de cuentas sobre en qué se destinó el dinero público.

Los cabalistas sumarían 200 a esos 43 y obtendrían otro número aún más nefasto: 243 millones de dólares, que es la cifra aprobada por Diputados hace cuatro días, que autoriza al Consejo del IPS para hacer un préstamo y pagar a los proveedores y farmacéuticas.

Mientras los cabalistas suman o restan números tratando de encontrar significados esotéricos y respuestas a la vida, otros paralizan al país y tratan de rapiñar pensando en otro número que se acerca y al que le tienen terror: ¡el 18!

Como anunciaran en Terminator 2, “El día del juicio final” se acerca.

Dejanos tu comentario