• Por Dra. Fabiola Román

Investigadores de la IHU Mediterranee Infection in Marseille (Francia) han identificado una variante del SARS-CoV-2 que combina mutaciones de las variantes Delta y Ómicron. Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) comunicó que la aparición de este tipo de variantes era esperable, considerando que tanto Delta como Ómicron están circulando de forma descontrolada.

En el mes de febrero, investigadores de Francia encontraron algunas características llamativas en secuencias del material genético del virus que estaban analizando. Observaron que algunas de las muestras de SARS-CoV-2 tenían características de ambas variantes (Delta y Ómicron). Los científicos denominan recombinantes a esos virus. Posteriores análisis, por parte de especialistas, finalmente confirmaron que sí estábamos frente a una variante híbrida de Ómicron y Delta.

Este nuevo híbrido se ha encontrado ya en Francia, Dinamarca, Alemania, Países Bajos y Estados Unidos. Entendiblemente, surgió cierta preocupación ante la noticia de un virus que combina características de dos variantes que han creado graves problemas a los sistemas de salud de casi todos los países del mundo. Sin embargo, después de analizar algunas evidencias preliminares, los investigadores han señalado que esta nueva variante no es de preocupación.

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Primeramente, el híbrido se muestra poco común y no se ha observado que tenga capacidad de crecimiento exponencial. Segundo, una de las características de este híbrido es que la porción de la proteína de la espiga proviene casi en su totalidad de Ómicron y el resto del virus corresponde a Delta. Esto significa que “la superficie de los virus es superparecida a Ómicron, por lo que el cuerpo la reconocerá al igual que reconoce a Ómicron”, dijo Simon-Loriere, uno de los investigadores en Francia. Además, las defensas que la gente ha adquirido contra Ómicron –ya sea por infección, vacuna o ambas– deberían funcionar de manera similar contra el nuevo recombinante.

Según la OMS, no se observan cambios en la gravedad y transmisibilidad del virus. Sin embargo, aún se están realizando varios estudios sobre el tema, cuyos resultados deberemos considerar. En esta etapa, las pruebas siguen siendo críticas. Dado que hasta ahora solo se han detectado unos pocos casos, es demasiado pronto para decir si puede causar infecciones graves.

Según el profesor Lawrence Young, virólogo de la Universidad de Warwick, es necesario que se vigile el comportamiento de este híbrido en términos de su transmisibilidad y su capacidad para escapar de la protección inmunológica inducida por la vacuna. A medida que el virus continúa circulando, en particular en poblaciones con vacunas insuficientes y en personas cuya inmunidad inducida por la vacuna está decayendo, es muy probable que veamos más variantes, incluidas las generadas a través de la recombinación. La aparición de este híbrido nos confirma la necesidad de continuar con una vigilancia genómica global.

Recordemos que, a principios de enero, investigadores de Chipre reportaron la existencia de una variante del SARS-CoV-2 que combinaba características de las variantes Delta y Ómicron. Los investigadores habían detectado esta versión en muestras que se tomaron de 25 pacientes con covid-19 en Chipre, 11 de los cuales estaban hospitalizados en ese momento. A esta versión del virus la denominaron Deltacrón, haciendo una combinación de las palabras Delta y Ómicron.

La noticia había sido divulgada por todo el mundo, lo que creó preocupación en la población general, ya que se trataba de una combinación de dos variantes de sabida gravedad. Sin embargo, luego de un análisis profundo de las secuencias disponibilizadas de Deltacrón, se determinó que solo se trataba de un caso de contaminación en laboratorio.

El nuevo híbrido aún no posee un nombre oficial; y, aunque algunos científicos se refieren al mismo como recombinante AY.4/BA.1, es probable que esta nomenclatura cambie en las próximas semanas.

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