• Por Jorge Torres Romero

Algunos medios calificaron de “fiasco” la reunión entre los presidentes Mario Abdo Benítez y Jair Bolsonaro, que tuvo lugar el pasado miércoles en Planalto, Brasilia, donde se bajó oficialmente la propuesta paraguaya de mantener el statu quo en torno a la tarifa de Itaipú hasta el 2023, cuando se inicie la revisión del Anexo C del Tratado. Sin embargo, todos sabemos que en el ámbito diplomático este tipo de cuestiones no se resuelven de la noche a la mañana, más aún cuando están en juego intereses contrapuestos y campañas electorales en puerta.

Está claro que una vez más este gobierno llega tarde en cuanto a las propuestas que hubieran sido planteadas ya al inicio de su gestión si es que había una hoja de ruta puesto que se sabía de antemano lo que ocurriría en la binacional, pero nos dormimos una vez más; y, primero los brasileños nos quisieron meter la mano con el tema del Acta Bilateral obligando a la Ande a contratar más potencia y ahora pasa lo mismo con el tema de la tarifa donde nos encontramos con que debe reducirse el costo y no tenemos aparentemente un plan B para evitarlo.

El punto está en que todavía no comprendemos que la cuestión de Itaipú se ha convertido en los últimos tiempos en un tema que va más allá de la coyuntura política, puesto que se trata de un capital estratégico para nuestro país.

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Sin embargo, el Gobierno al parecer prefiere seguir la línea de algunos “opinólogos” de los que abundan en los medios últimamente y ni qué decir de los políticos oportunistas, que no desaprovechan un micrófono o una cámara en frente para decir cualquier cosa con tal de figuretear y nos quieren hacer creer ahora que lo que se defina en torno al precio de la energía producida en la usina va a significar una nueva traición a la patria o la pérdida de nuestra soberanía. Si es por eso, en Yacyretá hace años estamos “regalando” la energía a la Argentina, que paga como quiere y cuando quiere, pero, nadie se rasga las vestiduras.

En fin, volviendo al tema Itaipú, hace apenas unos días, se realizaron dos presentaciones que podrían indicarnos el rumbo a seguir para no ahogarnos en un vaso de agua como parecería ocurrir si es que Brasil no acepta nuestras condiciones en Itaipú. Me refiero a lo que señalaron una vez más expertos de la talla de Jeffrey Sachs y la Universidad de Columbia, quienes coincidieron en que una mayor utilización de la producción de Itaipú sería clave, sobre todo si es orientada al sector productivo donde podría generar un valor agregado, que es mucho más de lo que recibimos por “cederla”. La otra presentación fue la realizada por el Grupo de Investigación en Sistemas Energéticos (GISE) de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción, que compartieron los resultados del trabajo “Construyendo un futuro energético sostenible” en el que plantean que la industria de la construcción de Paraguay incorpore energías sostenibles en la producción de cemento en un ciento por ciento para el 2050.

Como vemos acá, lo que necesitamos es cambiar la visión rentista del Gobierno que solo busca apaciguar a un sector de la prensa y se olvida de lo más importante, que está más allá de Itaipú, y es que se pueda utilizar esa energía que tenemos en abundancia, no solo en la represa, sino también la energía de la juventud que es la mayoría de la población, para así transformar esos dos bonos, el energético y el demográfico, en un bono de desarrollo que nos permita salir adelante como país.

La gente muchas veces se queda en la discusión desde los teclados y de eso ya tenemos suficiente, es momento de mirar hacia adelante y construir un futuro con los recursos que tenemos disponibles. Lastimosamente el tiempo perdido ya no lo podemos recuperar, pero sí podemos cambiar la mirada hacia un nuevo horizonte donde podamos tener las mejores perspectivas en cuanto a la eficiencia y las condiciones de comercialización de nuestra energía excedente. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

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