Recientemente han surgido rumores sobre supuestos trastornos causados por la vacuna anti-COVID-19 en la fertilidad de las mujeres. Es probable que dichos rumores se hayan iniciado a partir de reportes de efectos secundarios relacionados a la alteración de los ciclos menstruales.

Según la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA) del Reino Unido, efectos secundarios comunes de las vacunas anti-COVID-19 incluyen: dolor en el brazo, fiebre, fatiga y mialgia (dolor muscular). En esta lista, no se enumeran cambios en los períodos y el sangrado vaginal inesperado; sin embargo, se han reportado casos de mujeres con algunas alteraciones de sus periodos menstruales, entre estos, periodos más abundantes de lo habitual, periodos retrasados y sangrado inesperado; aparentemente después de la vacunación anti-COVID-19.

En el Reino Unido se ha reportado un total de 34,633 mujeres con diversos tipos de alteraciones menstruales después de la aplicación de vacunas anti-COVID-19, específicamente Pfizer, Moderna y AstraZeneca.

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El número de notificaciones de trastornos menstruales y sangrado vaginal puede sonar alarmante; sin embargo, es bajo en relación al número de mujeres que han recibido la vacuna anti-COVID-19 hasta la fecha, aproximadamente 47,8 millones de dosis de vacuna administradas a mujeres hasta el 8 de septiembre de 2021.

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La doctora Victoria Male, profesora de inmunología reproductiva del Imperial College de Londres, reporta, en una nota editorial de la importante revista médica The British Medical Journal (The BMJ), que las alteraciones observadas en los periodos menstruales son de corta duración. De hecho, la mayoría de las mujeres vuelven a la normalidad después de un solo ciclo.

La doctora Male indicó que se habían informado cambios menstruales tanto entre las mujeres que habían recibido las vacunas de ARNm (Pfizer y Moderna), como las que recibieron vacunas COVID-19 con vectores de adenovirus (AstraZeneca).

Debemos recordar que las citadas vacunas son las aplicadas en el Reino Unido, por tanto, es mucho más probable que se reporten casos con esas vacunas, debido simplemente a que el sistema de salud de dicho país realiza un seguimiento a las personas que tienen sospechas de efectos adversos.

En la nota escrita en The BMJ, se aclara que no existe evidencia de que la vacunación afecte la fertilidad en las mujeres. De hecho, en los ensayos clínicos de las vacunas anti COVID-19, los embarazos no deseados ocurrieron en tasas similares en grupos de vacunados y no vacunados. Además, en las clínicas de reproducción asistida, las medidas de fertilidad y las tasas de embarazo son similares en pacientes vacunados y no vacunados.

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Sin embargo, la doctora Male aclaró que se necesita más investigación para garantizar el éxito del programa de vacunación, y así desechar cualquier temor.

Algunas mujeres tienen dudas para acudir a la vacunación anti-COVID-19, debido, en gran medida, a afirmaciones falsas de que la vacunación podría perjudicar sus chances de embarazo en el futuro. La Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA) del Reino Unido, ha dicho que no encuentra un vínculo entre las vacunas anti COVID-19 y las alteraciones menstruales.

¿A qué se deben estas alteraciones?

Según lo relatado por la inmunóloga, en caso de que exista una conexión entre las vacunas anti-COVID-19 y variaciones del ciclo menstrual, es probable que sea el resultado de la respuesta inmune a la vacunación en lugar de un componente específico de la vacuna.

Es sabido que algunas vacunas pueden tener ese tipo de efectos secundarios, como la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), asociada con cambios menstruales. De hecho, el ciclo menstrual puede verse afectado por la activación inmunitaria en respuesta a diversos estímulos. Si bien son incómodos o angustiantes, los problemas menstruales son extremadamente comunes y los eventos estresantes de la vida pueden interrumpir los periodos menstruales.

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También se ha informado de cambios en el ciclo menstrual después de la infección por COVID-19 y en personas afectadas por COVID prolongado. De hecho, alrededor de una cuarta parte de las infectadas con SARS-CoV-2 experimentaron trastornos menstruales.

Cabe resaltar la importancia de un seguimiento y una investigación sólida sobre esta posible reacción adversa, ya que es fundamental para el éxito general del programa de vacunación. La investigación también ayudaría a comprender los mecanismos que podrían yacer detrás de un potencial vínculo.

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