• Por Eduardo “Pipó” Dios
  • Columnista

Carota Grillón es un personaje pintoresco que de ser un desconocido supo ubicarse durante el gobierno de Lugo en el entorno de poder. Era suplente de Rafacóptero en la lista de senadores del Partido de Maletín, más conocido como PDP, y ante el nombramiento de este nefasto personaje a la cabeza del Ministerio del Interior, viendo la posibilidad de fatear a diestra y siniestra, cosa a la que dedicó todo su tiempo frente a dicha cartera, renunció a la banca. No sabemos si Carota se comprometió a algún tipo de dinerillo para Rafacóptero o simplemente financió la campaña del partidejo de marras.

Carota jamás fue reelecto para nada, pero su amistad con Fernando Armindo, más para la joda, actividad favorita del Cura Pederasta Confeso, le sirvió para ser “asesor del senador” y de la bancada de los socios del senador, alias Frente Guasu.

Ahora que ya conocen la historia política de este prócer de la paraguayidad, recordemos que hace unos meses apareció en un allanamiento de asuntos de narcóticos un hangar con varias avionetas, algunas de situación irregular, como dicen los argentinos, “flojitas de papeles”. Dentro de una de ellas se encontró un cuaderno con anotaciones muy llamativas sobre votaciones en el Congreso, planes, estrategias, proyectos que llevaban, en su mayoría, a la idea de un “golpe blando”. Es decir, un derrocamiento por etapas del gobierno colorado (?) de Mario Abdo a través del copamiento de las instituciones, eliminación física o política de los enemigos políticos del equipete opositor (?) y luego una rajada del propio Marito, junto con su vice, para colocar al títere “Cachito” Salomón y, eventualmente, a su vice en el Senado, quien más que el propio Fernando Lugo.

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El propio Grillón asumió la propiedad del cuaderno, que no sabemos qué cuernos hacia en ese lugar, y generó reacciones de todo tipo. Algunos lo tomaron como una joda, ya que venía de alguien que es conocido como poco serio; en el mejor de los casos, otros vieron con alarma que dentro del primer anillo del Frente Guasu se estuvieran manejando esas ideas y planes.

Los últimos acontecimientos, la autoprisión de Efraín Alegre, un semimuerto político que intentó, al parecer con escaso éxito, usar este recurso para levantar su golpeadísimo perfil político; el intento de juicio político a la fiscala general del Estado por quién sabe qué motivos, ya que le endilgan funciones judiciales que no tiene, pero nadie cuestiona las elucubraciones de los actores políticos que foguean estas ideas, al menos desde la misma oposición, y un sector grande de la prensa. Inclusive han utilizado a personajes de fuera del espectro político para firmar peticiones, algunos de ellos ni entienden qué firman, pero, como les suena políticamente correcto, se entierran ahí; otros viejos zorros de la política que buscan de nuevo algún zoquete del que disfrutaron y añoran recuperar.

La ambigüedad del Presidente, rodeado de traidores y oportunistas, pillos y peajeros, delincuentes comunes con títulos de doctor o senadores truchos, hace que la idea del golpe blando siga rondando las mentes de los sospechosos de siempre, los que solo saben llegar al poder colgados de alguien o a través de caminos torcidos, ya que su orfandad popular les hace imposible pensar en la vía democrática. Ellos no tienen problemas de mandar a matar, quemar, saquear o victimizarse con la ayuda de sus aliados mediáticos y políticos dentro y fuera del país. Está en nosotros hacerles frente, que se sometan a las reglas, que los ladrones vayan donde tienen que ir, con o sin fueros, y que las instituciones y las leyes se respeten.

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