Por Jorge Torres Romero

Columnista

La falta de respuestas y resultados desde el poder administrativo de vuelta hacen aflorar las especulaciones sobre potenciales figuras presidenciales. Este gobierno tiene aún casi tres años por delante, pero, la danza de nombres de posibles candidatos inunda las redes sociales. La inutilidad en la conducción de este gobierno precipita la discusión.

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Es prematuro instalar figuras en este tiempo. Eso acarreará un desgaste innecesario para la o el candidato que pueda proponerse. Los partidos políticos, desde donde deberían analizarse los modelos o proponer debates sobre cómo solucionar nuestros eternos dramas, están ausentes en esta discusión. Ellos están concentrados en sus rencillas y pases de factura como ocurrió la semana pasada en el Senado. De vuelta la clase política, quizás con algunas excepciones, dio una bofetada a la ciudadanía con el blindaje de legisladores señalados por corrupción.

A estos senadores de colorado Añetete, Frente Guasu, PDP y algunos liberales les importa un comino lanzar un mensaje claro a la ciudadanía de que quieren combatir al virus que liquida al Paraguay: la corrupción. Además de no importarles, están todos metidos en las roscas y esquemas de bandidaje en todos los niveles.

Estos senadores son unos vulgares delincuentes, oportunistas y miserables, al punto de amañar negociados con meriendas escolares para niños pobres o negociados con tierras que deberían ir a campesinos o indígenas. Si ya tienen la desfachatez de lucrar a costa de estos sectores más vulnerables, es imposible esperar nada bueno de ellos. Hay que llamarlos por su nombre: delincuentes.

Claro que la ciudadanía decente y trabajadora está harta y busca ya desesperadamente opciones para el futuro. Es una pena que los políticos no midan sus actos, porque las consecuencias serían nefastas para el Paraguay si esta “olla a presión” explota. Acá nomás, en la región, tenemos el caso Chile, donde pensábamos que tenían un modelo social que llegaba a la gente, la situación se desbordó y fue durísimo ese proceso de enfrentamientos y saqueos para los chilenos.

Necesitamos hacer una revolución positiva en Paraguay, sin llegar al extremo de Chile, en cuanto al proceso traumático, pero sí en cuanto a los resultados de cara al futuro. Antes de hablar o pensar en los nombres o figuras que podrían suceder al desdibujado, gastado e incompetente Mario Abdo Benítez, diseñemos el modelo que queremos construir.

Recuerdo el espíritu fundacional de la fracasada Alianza Patriótica para el Cambio. El plan inicial era bueno, hasta que llegaron los oportunistas como Fernando Lugo, Rafael Filizzola y otros quienes pisotearon el proyecto original cuyo fin era consensuar entre varios sectores el modelo país y posteriormente buscar quién iba a encabezar el proyecto.

La oposición de vuelta hoy distraída en proyectos individuales y personalistas. Mientras tanto, el partido de gobierno lleva la delantera en un plan unificador denominado “Concordia Colorada”, aunque por ahora esa unidad todavía está lejos. Sin embargo, a pesar de todo, podemos afirmar que a este ritmo, la alternancia de vuelta está muy alejada. Todavía hay tiempo, pero este es el momento de diseñar estrategias y debatir sobre el modelo país que se quiere y no de lanzar globos sonda pretendiendo potenciar de vuelta figuritas. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

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