Desde 1992, cada 6 de mayo se conmemora el Día Internacional Sin Dietas. La precursora de esta fecha es la británica Mary Evans Young, quien luego de padecer anorexia decidió hacer un llamado de atención sobre la ineficacia de las dietas comerciales y la manera en que estas restringen nutrientes y energías al cuerpo.
“Las dietas en general son desequilibradas y, en consecuencia, insostenibles en el tiempo, porque prohíben ciertos grupos de alimentos que pueden provocar carencias. También pueden despertar un trastorno de la conducta alimentaria por el ciclo que genera de restricción y descontrol”, señala la nutricionista Angie Paiva, certificada en el método no dieta.
Y continúa: “Me prohíbo, me prohíbo y luego me excedo y me reviento con la comida, entonces potencian ese ciclo. Las dietas también nos indican qué comer y qué no comer; no trabajan en el cambio de hábitos de los pacientes, que al final es lo más eficaz. Es decir, no fomentan la educación alimentaria, directamente te dicen: esto sí podés y esto no”.
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Ningún extremo es bueno, y esta fecha también fue creada para concienciar sobre los desórdenes alimentarios y otros peligros que pueden provocar los planes dietéticos exagerados. “Las dietas generan consecuencias psicológicas, generan malestar, malhumor, ansiedad, irritabilidad, pérdida de control, etc. No son sostenibles en el tiempo, la persona pierde peso rápido, vuelve a ganar más peso del que perdió y se queda con un montón de secuelas”, señala la especialista.
Paiva indica cómo podemos identificar las “dietas mágicas” a partir de ciertas características. “Generalmente, estas dietas mágicas excluyen un grupo de alimentos (no carnes, no carbohidratos o solo frutas y verduras, etc.), siempre sacan algo. También suelen incluir la compra de algún producto mágico (pastillas, batido, etc.); prometen cambios rápidos en un corto plazo y no tienen aval científico”, sostiene.
El Día Internacional Sin Dietas promueve una vida saludable, pero sin conductas negativas que interfieran en la salud. “Es importante entender que todos los cuerpos y metabolismos son distintos. El sobrepeso y la obesidad muchas veces están ligados a factores genéticos, entonces es importante amigarse con el cuerpo, buscar su mejor versión, pero siempre dentro de una rutina saludable que implique cambios de hábitos y no solo descenso de peso en números”, concluye.
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