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Karen Dillon
Podría parecer bien intencionado al principio –su jefe se mantenía cerca de su trabajo y se aseguraba de que usted se presentara bien a lo largo de la compañía. Pero ahora que usted ya no está aprendiendo su rol, la apretada correa se siente opresiva y vergonzante. Su jefe no solo lo está microgerenciando, lo está asfixiando.
–¿Qué sucede?
–A pesar de lo que usted pueda creer, la raíz de esa microgerencia probablemente no es que su jefe sea un patán o se sienta amenazado por usted. En lugar de ello, las acciones podrían explicarse por factores que tienen poco que ver con usted, como un pobre entendimiento de su rol como gerente, jefes que lo microgerencian a él, falta de motivación para cuestionarse cómo ha hecho siempre las cosas o inseguridad personal.
Dicho esto, puede ser difícil ser un poco tolerante con su jefe cuando él no lo es con usted. La insistencia sobre cada pequeño paso en falso que usted da pueden sentirse abrumadoramente personales. La buena noticia es que no necesita resignarse a ser supervisado hasta la muerte. Usted puede, poco a poco, tomar el control y dirigir un proceso que le permita a su jefe confiar más y monitorearlo menos.
He aquí cómo:
1. Maneje su inseguridad.
Forme un cálculo fundamentado acerca de dónde yacen las sensibilidades de su jefe. Si cree, por ejemplo, que a él lo intimida su superior, piense en formas en las que usted puede aliviar esa presión, como realizar reportes para prepararlo mejor antes de las reuniones con su gerente.
2. No pelee.
El consultor de liderazgo Ron Ashkenas sugiere que en lugar de ver el comportamiento del jefe como un golpe a su ego, usted piense acerca de cómo podría beneficiarse de él. Su jefe podría tener los mejores intereses de usted en mente. Quizá quiere asegurarse de que tiene un buen entendimiento de protocolo de la compañía, o de las mejores formas de usar el sistema para lograr que las cosas se hagan.
Sin importar la causa, dice Ashkenas, acepte que su jefe podría tener algo importante qué enseñarle. Trate de aprender tanto como pueda y tan rápidamente como pueda en caso de que él no ceda eventualmente y usted decida que ya no puede soportarlo.
3. Analícese a usted mismo.
Si el jefe parece no tener fe en su habilidad para hacer su trabajo, considere si usted le ha dado alguna razón para sentirse de este modo. ¿Ha fallado en fechas de entrega importantes? ¿Entregado presentaciones que fracasaron? Obsérvese duramente a usted mismo y mire alrededor. Si su jefe no está microgerenciando a otros colegas, su comportamiento podría ser una señal de que usted tiene un mal desempeño.
4. Vea hacia adelante.
Enfocarse en su futuro podría ayudarlos a usted y a su jefe a interactuar de forma más productiva en el presente. Así que inicie una discusión acerca de metas de largo plazo. Agende una reunión personal, o pregunte si usted puede usar uno de sus encuentros agendados para hablar sobre su rol. Explique que quiere comenzar a comunicarse más regular y explícitamente- acerca de su crecimiento y de en qué otras formas podría apoyar al departamento. Dele algunos ejemplos de los tipos de proyectos en los que le gustaría trabajar y el rol futuro que visualiza para usted mismo. Después pregúntele si él trabajará con usted en crear un plan para adquirir las habilidades que usted necesita para realizar su visión.
(Karen Dillon fue editora del Harvard Business Review y coautora, con Clayton Christensen y James Allworth, de How Will You Measure Your Life (Cómo Medirá Su Vida))